Gespräche in der Dämmerung 00610

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / a. La visión moral del mundo [a. Die moralische Weltanschauung]

 

[Tercer postulado: la conciencia santa, o el Absoluto representado; el puro deber y la realidad como siendo y no siendo en y para sí, el puro deber y la realidad corno momentos desaparecientes; que esto último es la moraleja del presente cap. VI, C, a]

Gespräche in Jena

[610] Die Weltanschauung ist hierin vollendet; denn in dem Begriffe des moralischen Selbstbewußtseins sind die beiden Seiten, reine Pflicht und Wirklichkeit, in einer Einheit gesetzt und dadurch die eine wie [die] andere nicht als an und für sich seiend, sondern als Moment oder als aufgehoben. Dies wird in dem letzten Teile der moralischen Weltanschauung für das Bewußtsein; die reine Pflicht nämlich setzt es in ein anderes Wesen, als es selbst ist, d.h. es setzt sie teils als ein Vorgestelltes, teils als ein solches, das nicht das ist, was an und für sich gilt, sondern das Nichtmoralische gilt vielmehr als vollkommen. Ebenso sich selbst setzt es als ein solches, dessen Wirklichkeit, die der Pflicht unangemessen ist, aufgehoben [ist] und, als aufgehobene oder in der Vorstellung des absoluten Wesens, der Moralität nicht mehr widerspricht.

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Conversaciones en Valencia

[610] Y con esto queda completa la visión [moral] del mundo [la cosmovisión moral, Weltanschauung moral]; pues en el concepto de autoconciencia moral quedan puestos ahora en una unidad ambos lados, a saber: el puro deber y la realidad, y por medio de ello, tanto el uno como la otra quedan puestos, no como siendo en y para sí, sino como siendo cada uno de ellos sólo un momento, o lo que es lo mismo: como suprimidos y superados. Y esto, [sólo] en la última parte [en el último paso] de la concepción moral del mundo, se vuelve [se ha vuelto] así para la conciencia [se convierte en ingrediente de ella]; pues el puro deber lo pone la conciencia en otro ser que el que ella misma es, es decir, ese deber ella lo pone en parte como algo representado [como algo que ella se representa, como algo distinto de ella, de lo que ella tiene una representación] y en parte como algo que no es lo que es válido en y para sí, sino que lo no moral [lo imperfecto] es lo que más bien se considera perfecto. Y a la vez, ella [la conciencia] se pone a sí misma [mediante la introducción de la conciencia santa] como algo cuya realidad que no sea conforme con el deber queda suprimida y superada y, en cuanto suprimida y superada, o lo que es lo mismo: en cuanto reducida a representación del ser absoluto, o dentro de esa representación del Ser absoluto, [la realidad de la conciencia] ya no contradice a la moralidad, o deja de contradecir a la moralidad X241X.1El tenerse ella ahí delante a sí misma la libertad absoluta en su ser consumado y perfecto (el serse ella para sí en ese su ser perfecto) era el tránsito del cap. VI, III, al cap. VI, C. Con estas explicaciones la «cosmovisión moral» estaría dando las razones de ello, ello quedaría traído aquí a su fundamento.

Algunas aclaraciones

X241X = El tenerse ella ahí delante a sí misma la libertad absoluta en su ser consumado y perfecto (el serse ella para sí en ese su ser perfecto) era el tránsito del cap. VI, III, al cap. VI, C. Con estas explicaciones la «cosmovisión moral» estaría dando las razones de ello, ello quedaría traído aquí a su fundamento.

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Conversaciones en Madrid

[610] La visión del mundo se ha completado en ello; pues, dentro del concepto de la autoconciencia moral, ambos lados, el deber puro y la realidad efectiva, están puestos en una única unidad, y por ello, tanto el uno como la otra no están como siendo en y para sí, sino como momento, o como cancelados y asumidos. Esto es lo que adviene para la conciencia en la última parte de la visión moral del mundo; a saber, el deber puro, lo pone ella en otra esencia distinta de la que ella misma es, es decir, lo pone, en parte, como algo representado, y en parte como algo que no es lo que vale en y para sí, sino que, más bien, lo no-moral es lo que vale como perfecto. Igualmente, a sí misma se pone como una conciencia tal que su realidad efectiva, inadecuada al deber, ha sido cancelada y que, en cuanto cancelada y asumida, o estando en la representación de la esencia absoluta, no contradice ya más a la moralidad.

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Conversations in Washington

[610] [610]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition With that, the moral worldview is completed, for in the concept of moral self-consciousness, the two aspects, those of pure duty and actuality, are posited as being in a single unity, and as a result both the one as well as the other are each posited not as existing in and for themselves but as a moment, or as sublated. In the last part of the moral worldview, it is for consciousness that this comes to be. That is to say, consciousness posits pure duty as lying in another essence than itself, i.e., it posits pure duty as something which it partly has as something represented and which it partly has as something which is not valid in and for itself, but it is the non-moral consciousness which instead counts as completed. It likewise posits itself as having an actuality which is unsuited to duty, which is sublated, and which, as sublated, or as lying in the representation of the absolute essence, no longer contradicts morality.

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Conversaciones en el Atrium

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