Gespräche in der Dämmerung 00592
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / III. La libertad absoluta y el terror [III. Die absolute Freiheit und der Schrecken]
[Libertad y negatividad]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[592] In diesem ihrem eigentümlichen Werke wird die absolute Freiheit sich zum Gegenstande, und das Selbstbewußtsein erfährt, was sie ist. An sich ist sie eben dies abstrakte Selbstbewußtsein, welches allen Unterschied und alles Bestehen des Unterschiedes in sich vertilgt. Als dieses ist sie sich der Gegenstand; der Schrecken des Todes ist die Anschauung dieses ihres negativen Wesens. Diese seine Realität findet aber das absolut freie Selbstbewußtsein ganz anders, als ihr Begriff von ihr selbst war, daß nämlich der allgemeine Wille nur das positive Wesen der Persönlichkeit sei und diese in ihm sich nur positiv oder erhalten wisse. Sondern hier ist für es, das als reine Einsicht sein positives und negatives Wesen – das prädikatlose Absolute als reines Denken und [437] als reine Materie – schlechthin trennt, der absolute Übergang von dem einen in das andere in seiner Wirklichkeit vorhanden. – Der allgemeine Wille, als absolut positives wirkliches Selbstbewußtsein, schlägt, weil es diese zum reinen Denken oder zur abstrakten Materie gesteigerte selbstbewußte Wirklichkeit ist, in das negative Wesen um und erweist sich, ebenso Aufheben des Sichselbstdenkens oder des Selbstbewußtseins zu sein.
Conversaciones en Valencia
[Libertad y negatividad]
[592] [697]1Epígrafe: Libertad y negatividad. En esta su peculiar obra es como la libertad absoluta se convierte para sí en objeto, y la autoconciencia hace experiencia de qué es esa libertad absoluta X219X.2Vide infra Algunas aclaraciones X219X. En sí, esa libertad es precisamente esa autoconciencia abstracta, que elimina o aniquila toda diferencia o todo intento por parte de las diferencias de cobrar consistencia. Y es en términos de esta autoconciencia como esa libertad se es a sí misma el objeto [o se convierte para sí misma en objeto]; el terror de la muerte es precisamente el quedar a la vista esta su esencia negativa [es decir, la esencia negativa, das negative Wesen de la libertad absoluta]. Y la conciencia absolutamente libre encuentra la realidad de ese objeto [o encuentra la realidad de ella como objeto] totalmente distinta de lo que era el concepto que esa libertad absoluta tenía de sí misma, a saber: que la voluntad general no sería sino la esencia positiva de la personalidad y que en esa voluntad general esta personalidad no se sabría sino positivamente, es decir, sostenida y mantenida en ella [es decir, en esa voluntad]. Pero aquí a la autoconciencia absolutamente libre misma (la cual, en tanto que intelección pura, separaba absolutamente su ser positivo de su ser negativo, al Absoluto carente de predicados lo separaba o dividía absolutamente en puro pensamiento y en pura materia, cfr. cap. VI, II, b), aquí a la conciencia absolutamente libre, digo, se le vuelve presente [se le hace existente, le queda ahí] el tránsito absoluto de lo uno a lo otro, es decir, de lo positivo a lo negativo, en su realidad [es decir, en la realidad de ese tránsito, en el cobrar realidad ahí ese tránsito] [o en el haber cobrado ahí realidad la libertad absoluta]. — La voluntad general, en cuanto autoconciencia real absolutamente positiva, precisamente porque esa autoconciencia es realidad autoconsciente elevada a puro pensamiento o a abstracta materia, precisamente por ello, digo, se trueca en esencia negativa y se revela como siendo igualmente [que puro pensamiento] la supresión y superación del pensarse a sí mismo o de la autoconciencia [la conversión de ello en pura materia].
Algunas aclaraciones
X219X = Advierta el lector que es por este punto por donde empieza la Filosofía del Derecho de Hegel. Así se entiende que el Hegel de Berlín no supiera muy bien qué hacer con la Fenomenología del espíritu. O que considerase el libro más bien como una atravesada introducción a lo que había sido o estaba siendo su trabajo intelectual; y en todo caso una atravesada introducción que el autor prefería simplemente dejar atrás. En todo caso, si el presente cap. VI, B, III es el punto por el que comienza la Filosofía del Derecho o por lo menos es el punto al que el autor puede hacer expresa referencia al inicio de la Filosofía del Derecho, entonces el cap. VI, C, c, habrá de considerarse también un desarrollo de ello que, sin embargo, el autor no logró articular bien en su libro de Berlín. Por tanto, no se hace ninguna injusticia a Hegel cuando se lee su Filosofía del Derecho también desde el concepto de «razón comunicativa» desarrollado en el cap. VI, C, c, al igual que desde el concepto de Estado de derecho y de libertad absoluta, y conjuntamente con ellos. Es lo que hizo J. Habermas en Teoría de la acción comunicativa; véanse las explicaciones de Habermas al principio del segundo tomo de la obra.
Conversaciones en Madrid
[592] [691] En esta obra peculiar suya, la libertad absoluta llega a serse objeto a sus propios ojos, y la autoconciencia aprende por esta experiencia lo que esa liberad absoluta es. En-sí, es justamente esta autoconciencia abstracta que aniquila toda diferencia y todo subsistir de la diferencia dentro de ella. En cuanto tal autoconciencia, se es, a sus ojos, el objeto; el terror de la muerte es la contemplación de esta esencia negativa suya. Pero la autoconciencia absolutamente libre encuentra esta realidad suya totalmente distinta de lo que era el concepto que esta realidad tenía de ella misma: según el cual la voluntad general sería sólo la esencia positiva de la personalidad, y ésta última se sabría sólo positivamente dentro de ella, o conservada en ella. Mas aquí, para la autoconciencia, que, en cuanto intelección pura, separa su esencia positiva y su esencia negativa —lo absoluto sin predicados como pensar puro y como materia pura sin más—, lo que está presente en su realidad efectiva es el paso absoluto de lo uno a lo otro. — La voluntad general, en cuanto autoconciencia efectiva absolutamente positiva, dado que es esta efectividad autoconsciente elevada a pensar puro o a materia abstracta, se muda de golpe en la esencia negativa, y demuestra ser, en la misma medida, un cancelar el pensarse a sí mismo o la autoconciencia.
Conversations in Washington
[592] [592]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition It is in its distinctive works that absolute freedom becomes an object to itself and in which self-consciousness experiences what this freedom is. In itself freedom is precisely this abstract self-consciousness which within itself erases all difference and any stable existence of difference. As this abstract self-consciousness, it is to itself the object, and the terror of death is the intuition of its negative essence. However, absolutely free self-consciousness finds its reality to be totally other than what its concept of itself was, namely, that the universal will is supposed to be only the positive essence of personality, and that personality is supposed to know itself only positively within the universal will, or to know itself as preserved. Rather, for self-consciousness here, which, as pure insight, utterly separates its positive from its negative essence – the predicate-less absolute as pure thinking and as pure matter – what is present here is the absolute transition of one into the other in its actuality. – As absolutely positive actual self-consciousness, the universal will, because it is this self-conscious actuality raised to pure thinking or to abstract matter, completely changes over into the negative essence, and proves just as much to be the sublation of thinking-thinking-itself,4Sich-selbst-denkens or of self-consciousness.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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