Gespräche in der Dämmerung 00558
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / II. La Ilustración [II. Die Aufklärung] / a. La lucha de la Ilustración contra la superstición [a. Der Kampf der Aufklärung mit dem Aberglauben]
[2.b. Segundo momento de la realidad positiva de la Ilustración: lo sensible como absoluto]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[558] Diesem leeren Wesen gegenüber steht als zweites Moment der positiven Wahrheit der Aufklärung die aus einem absoluten Wesen ausgeschlossene Einzelheit überhaupt des Bewußtseins und alles Seins, als absolutes Anundfürsichsein. [413] Das Bewußtsein, welches in seiner allerersten Wirklichkeit sinnliche Gewißheit und Meinung ist, kehrt hier aus dem ganzen Wege seiner Erfahrung dahin zurück und ist wieder ein Wissen von rein Negativem seiner selbst oder von sinnlichen Dingen, d.h. seienden, welche seinem Fürsichsein gleichgültig gegenüberstehen. Es ist hier aber nicht unmittelbares natürliches Bewußtsein, sondern es ist sich solches geworden. Zuerst preisgegeben aller Verwicklung, worein es durch seine Entfaltung gestürzt wird, jetzt durch die reine Einsicht auf seine erste Gestalt zurückgeführt, hat es sie als das Resultat erfahren. Auf die Einsicht der Nichtigkeit aller anderen Gestalten des Bewußtseins und somit alles Jenseits der sinnlichen Gewißheit gegründet, ist diese sinnliche Gewißheit nicht mehr Meinung, sondern sie ist vielmehr die absolute Wahrheit. Diese Nichtigkeit alles dessen, was über die sinnliche Gewißheit hinausgeht, ist zwar nur ein negativer Beweis dieser Wahrheit; aber sie ist keines anderen fähig, denn die positive Wahrheit der sinnlichen Gewißheit an ihr selbst ist eben das unvermittelte Fürsichsein des Begriffs selbst als Gegenstandes, und zwar in der Form des Andersseins, – daß es jedem Bewußtsein schlechthin gewiß ist, daß es ist, und andere wirkliche Dinge außer ihm, und daß es in seinem natürlichen Sein, sowie diese Dinge, an und für sich oder absolut ist.
Conversaciones en Valencia
[2.b. Segundo momento de la realidad positiva de la Ilustración: lo sensible como absoluto]
[558]1Epígrafe: 2.b. Segundo momento de la realidad positiva de la Ilustración: lo sensible como absoluto. Frente a ese Ser [Wesen] vacío está como segundo momento positivo de la verdad de la Ilustración la individualidad particular [Einzelheit] en general, que precisamente se excluye de ese ser absoluto Uno [que ha quedado vacío], es decir, está la individualidad particular de la conciencia y de todo ser [Seyn] [es decir, de todo lo que esta ahí para la conciencia], está la individualidad particular, digo, de la conciencia y de todo ser, pre- [661] /cisamente como absoluto ser en y para sí [en y por sí]. La conciencia, que en su realidad primera de todas, es certeza sensible y Meynung [es decir, suposición o querer decir, cap. I], retorna aquí a ese mismo lugar, pero como resultado de todo ese camino entero que ha recorrido en su experiencia X167X,2Es decir, aquello se ve traído aquí a su base o fundamento, pues no olvidemos que, como se ha indicado al principio del presente cap. VI sobre el espíritu, todas las figuras anteriores tienen en el espíritu su base, a la que conceptualmente se reducen en una especie de proceso de reflujo. El presente pasaje es precisamente indicación de ello. y la conciencia es otra vez un saber de lo puramente negativo de sí misma [es decir, de aquello que constituye la negación pura de sí misma], o lo que es lo mismo: un saber acerca de las cosas sensibles, es decir, de las cosas que están ahí, que quedan ahí indiferentemente frente al ser-para-sí de la conciencia. Sólo que aquí la conciencia no es conciencia natural inmediata, sino que es conciencia natural que ha devenido conciencia natural [que ha acabado convirtiéndose en conciencia natural como resultado de todo el proceso descrito], o es conciencia natural no inmediatamente, sino habiéndose convertido en tal. Abandonada primero a todos los vericuetos a los que se vio echada por su propio desenvolvimiento [por el propio desenvolvimiento de la conciencia], la conciencia se ve ahora devuelta por la intelección pura a su primera figura, ha experimentado [o hace experiencia] de esa primera figura como un resultado X168X.3Vide infra Algunas aclaraciones X168X. Fundada en la intelección de la nihilidad de todas las demás figuras de la conciencia y, por tanto, de todo lo que quede más allá de la certeza sensible, esta certeza sensible ya no es suposición o sólo estar-pensando-en, o sólo estar queriendo decir [es decir, ya no es sólo Meynen], sino que es más bien la verdad absoluta. Esta nihilidad de todo aquello que va más allá de la certeza sensible, es, ciertamente, sólo una prueba negativa de esta verdad [o demostración negativa de la verdad que acabamos de enunciar acerca de la certeza sensible]; pero la certeza sensible no es susceptible de ninguna otra, pues la verdad positiva de la certeza sensible en ella misma es, precisamente, el no mediado ser-para-sí [o el ser-de-por-sí] del concepto mismo como objeto, y, por cierto, en la forma del ser-para-otro, de suerte que a cada conciencia le es absolutamente cierto y seguro [o le es simpliciter cierto y seguro] que ella es, y que otras cosas reales aparte de ella son, y que ella en ese su ser natural (al igual que esas cosas) es en y para sí [es en y de por sí], es decir, es absolutamente, es decir, es en un sentido absoluto X169X.4Vide infra Algunas aclaraciones X169X.
Algunas aclaraciones
X167X
Es decir, aquello se ve traído aquí a su base o fundamento, pues no olvidemos que, como se ha indicado al principio del presente cap. VI sobre el espíritu, todas las figuras anteriores tienen en el espíritu su base, a la que conceptualmente se reducen en una especie de proceso de reflujo. El presente pasaje es precisamente indicación de ello.
X168X
Die logische Aufbau der Welt (Berlín, 1928) de R. Carnap sería precisamente una buena ilustración contemporánea de esto que dice aquí el autor. De todos modos no deja de ser curioso que en el contexto de la figura del espíritu, es decir, en el contexto de este cap. VI, la última figura o casi la última figura que acaba siendo reducida a su fundamento o que acaba siendo reducida a su base es aquella por la que empezó el libro. No cabe duda de que en este sentido todo lo desarrollado hasta aquí (incluso desde el principio del libro) podría muy bien entenderse como un inmenso esfuerzo por aclararse acerca de qué hay de la reivindicación ilustrada de la inmediatez y de la idea ilustrada de que últimamente todo ente puede reducirse analíticamente a inmediatez (a la vez que el espíritu reductor no sería quizá sino cerebro). El lector no debería perder de vista la conexión que asimismo establece el autor entre esto y la «razón instrumental».
X169X
A la conciencia le es absolutamente cierto que ella es y que aparte de ella otras cosas reales son, es decir, la conciencia está absolutamente segura de que ella es en ese estarle a ella delante otras cosas reales, en ese su estar ella en otro (lo cual es otra versión de lo que Hegel entiende por concepto, como varias veces hemos visto). Pero a la vez, ese estar la conciencia segura de que ella existe en el estarle ahí delante otras cosas reales distintas de ella, es algo que ahí está. Y la conciencia consiste en eso que está ahí con independencia de ella, como siendo eso precisamente ella (de nuevo, pues, otra versión de la noción de concepto de Hegel, aquí en el sentido de un quedar inmediatamente ahí el concepto mismo).
Conversaciones en Madrid
[558] Frente a esta esencia vacía se alza, como segundo momento de la verdad positiva de la Ilustración, la singularidad como tal excluida de una esencia absoluta, la singularidad de la conciencia y la de todo ser en cuanto ser en y para sí absoluto. La conciencia, que en su primerísima realidad efectiva es certeza sensorial y opinión, retorna aquí a ella de todo el camino de su experiencia, y vuelve a ser un saber de algo puramente negativo de sí misma, o de cosas sensibles, esto es, cosas que son, que se enfrentan de manera indiferente a su ser-para-sí. Pero aquí no es conciencia natural inmediata, sino que ella ha llegado a serse tal conciencia. Entregada primero a todo tipo de complicaciones, en las que se veía precipitada por su despliegue, conducida ahora de vuelta por la intelección pura a su figura primera, ha hecho la experiencia de ésta como resultado. Fundamentada sobre la intelección de la nulidad de todas las otras figuras de la conciencia, y por tanto, de todo más allá de la certeza sensorial, esta certeza sensorial ya no es opinión, sino que, antes bien, es verdad absoluta XX*X.5Se trata ahora del sensualismo de los ilustrados. Esta nulidad de todo lo que va más allá de la certeza sensorial es, ciertamente, sólo una prueba negativa de esta verdad; pero ella no es capaz de otra cosa, pues la verdad positiva de la certeza sensorial que hay en ella misma es, justamente, el ser-para-sí no-mediado del concepto mismo en cuanto objeto, y por cierto, en la forma del ser-otro: que cada conciencia está cierta sin más de que ella es, y que otras cosas efectivas también son, fuera de ella, y que ella, en su ser natural, al igual que estas cosas, es en y para sí, o absoluta.
Algunas aclaraciones
XX*X = Se trata ahora del sensualismo de los ilustrados.
Conversations in Washington
[558] [558]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Confronting this empty essence as a second moment of the positive truth of the Enlightenment stands the singular individuality per se, that of consciousness and all being, as absolute being-in-and-for-itself that is excluded from an absolute essence. Consciousness, which in its very earliest actuality is sensuous-certainty and opinionating,7Meinung returns from the whole course of its experience back to this point and is again a knowing of the pure negative of itself, or of the sensuous things, i.e., existing things which indifferently confront its being-for-itself. However, here is no immediate natural consciousness; rather, to itself, it has become such a consciousness. At first abandoned to every entanglement into which it was plunged in the course of its unfolding, it is now led back to its first shape by pure insight, and it has learned from experience that this first shape is a result of its unfolding. Grounded on the insight into the nullity of all other shapes of consciousness (and thus into the nothingness of everything beyond sensuous-certainty), this sensuous-certainty is no longer only a view8Meinung but is instead the absolute truth. This nothingness of everything that goes beyond sense certainty is, to be sure, only a negative proof of this truth. However, it is not capable of producing any other proof, for the positive truth of sensuous-certainty in its own self is precisely the unmediated being-for-itself of the concept itself as the object, indeed, as the object in the form of otherness – that it is utterly certain to every consciousness that it is and that there are other actual things external to it and that in its natural existence it, as well as these things, is in and for itself, or is absolutely.