Gespräche in der Dämmerung 00557

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / II. La Ilustración [II. Die Aufklärung] / a. La lucha de la Ilustración contra la superstición [a. Der Kampf der Aufklärung mit dem Aberglauben]

 

[2. La realidad positiva de la Ilustración]

[2.a. Primer momento: el vacío]

Gespräche in Jena

[557] So gibt die Aufklärung sich dem Glauben zu erfahren. Sie tritt in diesem schlechten Aussehen auf, weil sie eben durch das Verhältnis zu einem Anderen sich eine negative Realität gibt oder sich als das Gegenteil ihrer selbst darstellt; die reine Einsicht und Absicht muß sich aber dies Verhältnis geben, denn es ist ihre Verwirklichung. – Diese erschien zunächst als negative Realität. Vielleicht ist ihre positive Realität besser beschaffen; sehen wir, wie diese sich verhält. – Wenn alles Vorurteil und Aberglauben verbannt worden, so tritt die Frage ein, was nun weiter? Welches ist die Wahrheit, welche die Aufklärung statt jener verbreitet hat? – Sie hat diesen positiven Inhalt in ihrem Ausrotten des Irrtums schon ausgesprochen, denn jene Entfremdung ihrer selbst ist ebensosehr ihre positive Realität. – An demjenigen, was dem Glauben absoluter Geist ist, faßt sie, was sie von Bestimmung daran entdeckt, als Holz, Stein usf., als einzelne wirkliche Dinge auf; indem sie überhaupt alle Bestimmtheit, d.h. allen Inhalt und Erfüllung desselben auf diese Weise als eine Endlichkeit, als menschliches Wesen und Vorstellung begreift, wird ihr das absolute Wesen zu einem Vakuum, dem keine Bestimmungen, keine Prädikate beigelegt werden können. Ein solches Beilager wäre an sich sträflich; und es ist es eben, in welchem die Ungeheuer des Aberglaubens erzeugt worden sind. Die Vernunft, die reine Einsicht ist wohl selbst nicht leer, indem das Negative ihrer selbst für sie und ihr Inhalt ist, sondern reich, aber nur an Einzelheit und Schranke; dem absoluten Wesen dergleichen nichts zukommen zu lassen noch beizulegen, ist ihre einsichtsvolle Lebensart, welche sich und ihren Reichtum der Endlichkeit an ihren Ort zu stellen und das Absolute würdig zu behandeln weiß.

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Conversaciones en Valencia

[2. La realidad positiva de la Ilustración]

[2.a. Primer momento: el vacío]

[557]1Epígrafes: 2. La realidad positiva de la Ilustración 2.a. Primer momento: el vacío. Es así como la Ilustración se presenta a la fe y como la fe la ve [como la fe hace experiencia de ella]. Y se presenta con tan mal aspecto porque la Ilustración, precisamente mediante la relación con ese su otro, se da una realidad negativa, o lo que es lo mismo: se presenta como lo contrario de sí misma; la intelección e intención pura tiene, sin embargo, que darse a sí misma tal relación [con lo otro de ella], pues que esa relación es su realización [la realización de ella]. — Esta realización hubo de empezar, pues apareciendo [es lo que acabamos de ver] como una realidad negativa. Quizá su realidad positiva tenga mejor aspecto, veamos cuál es su «talle», es decir, veamos qué aspecto ofrece. — Cuando todo prejuicio y toda superstición han sido desterrados, se plantea la cuestión de qué viene después, es decir, se plantea la cuestión: y ¿ahora que?, ¿cuál es la verdad que la Ilustración difunde en lugar de aquellos prejuicios y aquellas [660] supersticiones? Pues bien, la Ilustración ha declarado ya su contenido positivo en aquella erradicación del error, pues ese extrañamiento de sí misma era a la vez [era asimismo] su propia realidad positiva (es decir, la propia realidad positiva de la Ilustración). — Cuantas determinaciones descubre en aquello que para la fe es el espíritu absoluto, la intelección pura no puede entenderlas sino como madera, piedra, etc., es decir, como cosas particulares reales [como cosas sueltas que ahí estuviesen]; y en cuanto la intelección pura no tiene más remedio que comprender en los mismos términos cualquier determinidad de la fe, es decir, no puede menos de entender de este modo todo el contenido de la fe y todo lo que llena la fe, es decir, tiene que entenderlo como finitud, como ser humano, como cosa humana y como representación humana, resulta que a la intelección pura el Ser absoluto [das absolute Wesen] se le convierte en un vacío, en algo enteramente vacío X166X,2De modo que, casi como a la fe, a la Ilustración sólo le queda la vacía forma de la objetualidad (la cual nos quedará suprimida en el cap. VI, B, III). Esté atento el lector a la conexión que el autor establece entre esta teología negativa (en que acaban tanto la fe como la intelección pura) y la «razón instrumental». a lo que no puede atribuirse ni adjuntarse determinación ninguna ni predicado ninguno. Pues tal ayuntamiento seria en sí punible [o multable, o censurable], pues fue precisamente en él en donde se engendraron [o de donde se engendraron] los monstruos de la superstición. Ahora bien, la razón, la intelección pura, no es ella misma vacía porque lo negativo de ella sea para ella misma [porque ella se sea ella misma eso negativo de ella] y ése sea su contenido, sino que [ella para sí] es rica, pero sólo en detalles [en particularidades] y límites; el no dejar convenir nada de eso al Ser absoluto, ni tampoco atribuírselo, ni imputárselo, en eso consiste su forma de vida plena de penetración y comprensión, que sabe ponerse en su sitio tanto a sí misma como a toda esa su riqueza de cosas finitas, y sabe tratar dignamente al Absoluto [o a lo Absoluto].

Algunas aclaraciones

X166X = De modo que, casi como a la fe, a la Ilustración sólo le queda la vacía forma de la objetualidad (la cual nos quedará suprimida en el cap. VI, B, III). Esté atento el lector a la conexión que el autor establece entre esta teología negativa (en que acaban tanto la fe como la intelección pura) y la «razón instrumental».

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Conversaciones en Madrid

[557] Así es como la Ilustración se ofrece a la experiencia de la fe. Con este mal aspecto entra en escena, porque justo por medio de la relación con otro se da una realidad negativa, o en otros términos, se presenta como lo contrario de sí misma; pero la intelección y la intención puras tienen que darse esta relación, pues es su realización efectiva. —Ésta aparece primero como realidad negativa. Quizá tenga mejor hechura su realidad positiva; veamos qué pasa con ella. —Cuando todo prejuicio y toda superstición han sido desterrados, llega la pregunta: ¿y ahora qué? ¿Cuál es la verdad que ha difundido la Ilustración en lugar de la que había? —Este contenido positivo ya lo ha enunciado al exterminar el error, pues aquel extrañamiento de sí misma era, asimismo, su realidad positiva. —En aquello que a ojos de la fe es espíritu absoluto, ella aprehende lo que descubre de determinación que hay en ello como madera, piedra, etc., como [655] cosas singulares efectivamente reales; al concebir en general toda determinidad, esto es, todo contenido y cumplimiento de dicho espíritu, de esta manera, como una infinitud, como esencia y representación humanas, la esencia absoluta se le convierte en un vacuum con el que no se puede conjuntar determinación ni predicado alguno. Semejante ayuntamiento X148X3Beilager tiene una clara connotación erótica. sería en sí mismo punible, y es precisamente en él donde se han engendrado los monstruos de la superstición. Sin duda, la razón, la intelección pura, no es ella misma vacía, en tanto que lo negativo de ella misma es para ella y es su contenido, sino que es rica, pero sólo en singularidad y en barreras; no conjuntar ni dejar que le corresponda nada de este género a la esencia absoluta, tal es su intelectualísimo modo de vida, que sabe ponerse a sí y la riqueza de su finitud en su lugar, y tratar dignamente a lo absoluto.

Algunas aclaraciones

X148X = Beilager tiene una clara connotación erótica.

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Conversations in Washington

[557] [557]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition So does the Enlightenment make itself known to faith.5gibt… sich… zu erfahren. It comes on the scene in such a bad light precisely because through the relationship to an other, it gives itself a negative reality, or it exhibits itself as the opposite of itself. However, pure insight and pure intention must give this relationship to themselves, for this relationship is their actualization. – This actualization at first appeared as negative reality. But perhaps its positive reality is better constituted, so let us see how it fares. – However much all prejudice and superstition have been banished, still the question arises: What next? What is the truth that the Enlightenment has disseminated in their place? – It has already declared that its positive content lies in its eradication of error, for that alienation of itself is equally its positive reality. – In what was for faith absolute spirit, the Enlightenment grasps whatever sort of determination it discovers there only to be wood, stone, and so forth, or to be singular, actual things. While in general it comprehends all determinateness in this way, which is to say, it conceives of every content and every fulfillment of content as finite, or as a human essence and as representational thought, [325] absolute essence turns out, to itself, to be a vacuum to which no determinations and no predicates can be married.6Hegel plays here on beigelegt (“attributed”) and Beilager (“marital consummation”). 105 Such a marital consummation would be in itself a punishable offence, and it is precisely that kind of thing which has produced the monstrosities of superstition. Reason, pure insight, is itself, of course, not empty, as the negative of itself is for it and is its content. On the contrary, it is rich but only in singularity and limitations. To allow nothing of that sort either to be attributed to absolute essence or to be made to accord with the absolute essence is its own insightful way of life, which knows so well how to put itself and its wealth of finitude in their proper places and how to deal with the absolute in a dignified manner.

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Conversaciones en el Atrium

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