Gespräche in der Dämmerung 00523
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]
[De nuevo el lenguaje como existencia del espíritu, ahora en lo que respecta a la relación de la autoconciencia con la riqueza; de la existencia del espíritu de la Bildung como un universal hablar; El sobrino de Rameau de Diderot como un perfecto darse lenguaje el espíritu de la Bildung; el mundo de la Bildung como «mundo del revés»]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[523] Ersetzt das einfache Bewußtsein diesen geistlosen Gedanken durch die Wirklichkeit des Vortrefflichen, indem es dasselbe in dem Beispiele eines fingierten Falles oder auch einer wahren Anekdote aufführt und so zeigt, daß es kein leerer Name, sondern vorhanden ist, so steht die allgemeine Wirklichkeit des verkehrten Tuns der ganzen realen Welt entgegen, worin jenes Beispiel also nur etwas ganz Vereinzeltes, eine Espèce ausmacht; und das Dasein des Guten und Edlen als eine einzelne Anekdote, sie sei fingiert oder wahr, darstellen, ist das Bitterste, was von ihm gesagt werden kann. – Fordert das einfache Bewußtsein endlich die Auflösung dieser ganzen Welt der Verkehrung, so kann es nicht an das Individuum die Entfernung aus ihr fordern, denn Diogenes im Fasse ist durch sie bedingt, und die Forderung an den Einzelnen ist gerade das, was für das Schlechte gilt, nämlich für sich als Einzelnen zu sorgen. An die allgemeine Individualität aber gerichtet, kann die Forderung dieser Entfernung [388] nicht die Bedeutung haben, daß die Vernunft das geistige gebildete Bewußtsein, zu dem sie gekommen ist, wieder aufgebe, den ausgebreiteten Reichtum ihrer Momente in die Einfachheit des natürlichen Herzens zurückversenke und in die Wildnis und Nähe des tierischen Bewußtseins, welche Natur auch Unschuld genannt wird, zurückfalle; sondern die Forderung dieser Auflösung kann nur an den Geist der Bildung selbst gehen, daß er aus seiner Verwirrung als Geist zu sich zurückkehre und ein noch höheres Bewußtsein gewinne.
Conversaciones en Valencia
[523] [626] Pues si la conciencia simple sustituye esa idea suya [esa idea suya de lo bueno] carente de espíritu [y de ingenio], la sustituye, digo, por la realidad de lo excelente [sustituye la idea por la realidad de la idea], pasando a mostrarlo mediante el ejemplo de algún caso fingido, o también de una anécdota verdadera, queriendo demostrar así que no se trata de un vocablo vacío, sino de algo que está ahí presente [que también se puede tocar y palpar en ese ejemplo], entonces no resultaría sino que frente a ello está [o queda] la realidad universal del perverso hacer del mundo real entero, donde ese ejemplo no constituiría, por tanto, sino algo enteramente aislado, una espèce [«vaya tipo»]; y presentar la existencia de lo bueno y de lo noble sólo como una anécdota particular [suelta], sea fingida o verdadera, sería lo más amargo, duro y terrible que de lo bueno y de lo noble podría decirse. — Pero si la conciencia simple exige finalmente la disolución de todo este mundo de depravación, de todo este mundo en el que todo queda del revés, resulta que esa conciencia no puede exigir al individuo particular [Einzelner] que se aleje de ese mundo, pues Diógenes, aun en su tonel, vive condicionado por ese mundo, y esa exigencia hecha al individuo es [si uno se fija bien] precisamente lo que se considera lo malo, a saber: proveer a sí mismo en cuanto individuo y no más. Pero aun dirigida a la individualidad [Individualität] universal, la exigencia de tal alejamiento, o el exigir tal alejamiento, no puede tener el significado de que la razón abandone otra vez la conciencia espiritual formada [gebildete, cultivada] a que la razón ha llegado, y vuelva a sumir la extensa y desplegada riqueza de sus momentos en la simplicidad de un corazón natural e inocente, recayendo en lo rudo y salvaje y en esa proximidad a la conciencia animal, [recayendo] en eso que se suele llamar «naturaleza» o también «inocencia» o «estado de inocencia» X117X;1Lo mismo que a Voltaire, a Hegel siempre le pareció que de ese «estado natural», de ese «estado de inocencia», trascendía siempre un cierto tufillo a cuadra. sino que la exigencia de tal disolución sólo puede enderezarse al espíritu de la cultura o la Bildung misma, en el sentido de que el espíritu mismo, saliendo de su confusión, retorne a sí mismo como espíritu, y cobre una conciencia aún superior X118X.2No dejaría de tener interés comparar esta posición de Hegel con los aspectos normativos del concepto de mimesis desarrollado por Th. W. Adorno en muy diversos lugares de su obra.
Algunas aclaraciones
X117X = Lo mismo que a Voltaire, a Hegel siempre le pareció que de ese «estado natural», de ese «estado de inocencia», trascendía siempre un cierto tufillo a cuadra.
X118X = No dejaría de tener interés comparar esta posición de Hegel con los aspectos normativos del concepto de mimesis desarrollado por Th. W. Adorno en muy diversos lugares de su obra.
Conversaciones en Madrid
[523] Si la conciencia simple sustituye este pensamiento sin espíritu por la realidad efectiva de lo excelente aduciendo lo mismo con el ejemplo de un caso fingido, o bien de una anécdota verdadera, y muestra de ese modo que no es ningún nombre vacío, sino que está presente, entonces la realidad efectiva universal de la actividad invertida se enfrenta a todo el mundo real, donde aquel ejemplo, por tanto, sólo constituye algo totalmente aislado y singular, una espèce X*1X3Cf. nota X132X a 00488. X142X;4En francés en el texto original. y presentar la existencia de lo bueno y de lo noble como una [619] anécdota singular, ya sea fingida o verdadera, es lo más acerbo que puede decirse de ella. —Si, finalmente, esta conciencia simple reclama la disolución de todo este mundo de la inversión, no puede exigirle al individuo que se aleje de ese mundo, pues Diógenes, en su barril, está condicionado por él, y la exigencia al individuo singular es justamente lo que se considera malo, a saber, ocuparse de sí en tanto que individuo singular. Dirigida, empero, a la individualidad universal. la exigencia de este alejamiento no puede tener el significado de que la razón renuncie de nuevo a la conciencia espiritual culta a la que ha llegado, vuelva a hundir toda la riqueza desplegada de sus momentos en la simplicidad del corazón natural, y recaiga en el estado salvaje y la cercanía de la conciencia animal X*2X,5Hegel podría estar pensando en la reivindicación del hombre natural por Rousseau, y su polémica con Voltaire (cf. Discours qui a remporté le prix à l’académie de Dijon, en l’année 1750. Sur cette question proposée par la même Académie: Si le rétablissement des Sciences & des Arts a contribué à épurer les mœurs, en: Collection complete des œvres de J. J. Rousseau, Citoyen de Genève, vol. 13, 2ª Parte, 1782, pp. 33, 37 y sigs., 50, 59 y sigs. Cf. también Voltaires offenen Briefan Rousseau, en: Œuvres complètes de Voltaire, vol. 55, 1784, p. 238). Pero, ciertamente, podría estar refiriéndose simplemente a Diógenes y los cínicos. en lo que se llama naturaleza, y también inocencia; sino que la exigencia de esta disolución puede ir únicamente dirigida al espíritu de la cultura misma: que salga de la confusión y regrese a sí como espíritu, y que gane una conciencia todavía más alta.
Algunas aclaraciones
X*1X = Cf. nota X132X a 00488.
X142X = En francés en el texto original.
X*2X = Hegel podría estar pensando en la reivindicación del hombre natural por Rousseau, y su polémica con Voltaire (cf. Discours qui a remporté le prix à l’académie de Dijon, en l’année 1750. Sur cette question proposée par la même Académie: Si le rétablissement des Sciences & des Arts a contribué à épurer les mœurs, en: Collection complete des œvres de J. J. Rousseau, Citoyen de Genève, vol. 13, 2ª Parte, 1782, pp. 33, 37 y sigs., 50, 59 y sigs. Cf. también Voltaires offenen Briefan Rousseau, en: Œuvres complètes de Voltaire, vol. 55, 1784, p. 238). Pero, ciertamente, podría estar refiriéndose simplemente a Diógenes y los cínicos.
Conversations in Washington
[523] [523]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition If the simple consciousness substitutes for these spiritless thoughts the actuality of the excellent, while it cites the excellent in examples of a contrived case or a true anecdote and thus shows that it is not an empty [305] name but rather is present, so the universal actuality of the inverted act confronts the entire real world in which that example therefore only amounts to something wholly thinned out, only an Espèce. To present the existence of the good and the noble as a single anecdote, whether fictitious or true, is the most caustic thing that can be said about it. – If finally the simple consciousness requires the dissolution of this entire world of inversion, then it cannot demand of the individual that he withdraw from the world, for even Diogenes in his barrel is conditioned by it. To demand this of the individual is to demand exactly what counts as the bad, namely, to demand that he care for himself as a singular individual. However, if the demand to withdraw is directed at universal individuality, it cannot mean that reason must again give up the spiritually and culturally formed consciousness which it has reached, or that reason should let the vast wealth of its moments fall back down again into the simplicity of the natural heart and regress once more into the backwoods and proximity of the animal consciousness which is called nature (and which is also called innocence). Rather, the demand for this dissolution can be directed only to the spirit of cultural formation itself, namely, that out of its disorientation, it come back round to itself and attain a still higher consciousness.