Gespräche in der Dämmerung 00505
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]
[Lo bueno y lo malo considerados en su reflexión eh sí; el poder del Estado y la conciencia noble y la vil; la muerte como lo «contrario irreconciliado»]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[505] Die Staatsmacht ist daher noch willenlos gegen den Rat und nicht entscheidend zwischen den verschiedenen Meinungen über das allgemeine Beste. Sie ist noch nicht Regierung und [374] somit noch nicht in Wahrheit wirkliche Staatsmacht. – Das Fürsichsein, der Wille, der als Wille noch nicht aufgeopfert ist, ist der innere abgeschiedene Geist der Stände, der seinem Sprechen vom allgemeinen Besten gegenüber sich sein besonderes Bestes vorbehält und dies Geschwätz vom allgemeinen Besten zu einem Surrogate für das Handeln zu machen geneigt ist. Die Aufopferung des Daseins, die im Dienste geschieht, ist zwar vollständig, wenn sie bis zum Tode fortgegangen ist; aber die bestandene Gefahr des Todes selbst, der überlebt wird, läßt ein bestimmtes Dasein und damit ein besonderes Fürsich übrig, welches den Rat fürs allgemeine Beste zweideutig und verdächtig macht und sich in der Tat die eigene Meinung und den besonderen Willen gegen die Staatsgewalt vorbehält. Es verhält sich daher noch ungleich gegen dieselbe und fällt unter die Bestimmung des niederträchtigen Bewußtseins, immer auf dem Sprunge zur Empörung zu stehen.
Conversaciones en Valencia
[505] El poder del Estado, por tanto, carece todavía de voluntad en lo que respecta a aquello a que se refiere ese consejo [aún no ha tomado decisión ninguna respecto a ello, éste es aquí el supuesto], todavía no ha tomado una decisión entre las distintas opiniones acerca de lo que universalmente sea lo mejor, es decir, el poder del Estado todavía no es gobierno [no es todavía efectiva realización de fines colectivos allende el consejo [Rath] y la deliberación] y, por tanto, todavía no es en verdad poder real del Estado X102X.1Es decir, en este punto en que nos encontramos, el ser-para-sí no es todavía el del gobierno o el que representa el gobierno o el que representa la voluntad del gobierno, sino el que representan los estamentos o grupos de intereses; aunque estos intereses particulares se suponían puestos entre paréntesis en la conciencia noble, quedan muy lejos de estar negados de verdad. — El ser-para-sí, o la voluntad que como voluntad todavía no ha [608] sido sacrificada, que como voluntad todavía no ha sido negada, es el espíritu interior de los estamentos, supuestamente despedido [supuestamente despachado, al que supuestamente se ha puesto entre paréntesis], y que frente a ese su hablar [o pese a ese su hablar] acerca de lo que supuestamente es lo mejor para todos, es decir, acerca de lo universalmente mejor [allgemeines Beste], se está reservando lo que particularmente es lo mejor para él, y que propende a convertir en sucedáneo de la acción esa cháchara acerca de lo que universalmente es lo mejor, o acerca de eso que supuestamente es universalmente lo mejor. [Por otro lado] el sacrificio de la existencia que se produce en el servicio es, ciertamente, completo, cuando llega hasta la muerte o ha estado dispuesto a llegar hasta la muerte; pero el riesgo superado de muerte, al que se ha sobrevivido, deja tras de si una existencia determinada y, por tanto, un para-sí particular [besonderes Für-sich, un para-sí que se caracteriza por su propia particularidad o transido enteramente de particularidad], que convierte en equivoco y sospechoso el consejo en favor de lo universalmente mejor [es decir, en favor de lo mejor para todos] y que lo que efectivamente está haciendo es reservarse su propia opinión y su particular voluntad en contra del poder del Estado. Ese para-sí se comporta, pues, todavía desigualmente frente a ese poder y, por tanto, ese para-sí cae bajo la determinación de la conciencia infame o vil [niederträchtiges Bewusstseyn] [o de la conciencia indigna o de la conciencia vergonzante], es decir, de esa conciencia de estar siempre en trance o a punto de levantarse o sublevarse.
Algunas aclaraciones
X102X = Es decir, en este punto en que nos encontramos, el ser-para-sí no es todavía el del gobierno o el que representa el gobierno o el que representa la voluntad del gobierno, sino el que representan los estamentos o grupos de intereses; aunque estos intereses particulares se suponían puestos entre paréntesis en la conciencia noble, quedan muy lejos de estar negados de verdad.
Conversaciones en Madrid
[505] De ahí que el poder estatal carezca todavía de voluntad frente al consejo, y entre las diversas opiniones no decida cuál es el mayor bien general. No es todavía gobierno, y por ende, no es todavía, en verdad, poder estatal realmente efectivo. — El ser-para-sí, la voluntad, que en cuanto voluntad no ha sido sacrificada todavía, es el espíritu de los estamentos, interior y separado, que, frente a ese lenguaje del mayor bien general, se reserva su mayor bien particular, y tiende a convertir toda esta habladuría del mayor bien general en un sustituto de la acción. Ciertamente, el sacrificio de la existencia que acontece estando en el servicio es completo cuando se lleva hasta la muerte; pero haber superado el peligro de la muerte misma, haber sobrevivido, deja como resto una existencia determinada, y por ende, un para-sí particular, que hace sospechoso y ambiguo el consejo para el mayor bien general, y de hecho, se reserva la propia opinión y la voluntad particular frente al poder estatal. Por eso, todavía se comporta de modo desigual frente a éste, y cae bajo esa determinación de la conciencia vil por la que ésta siempre está a punto de rebelarse.
Conversations in Washington
[505] [505]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition State-power thus still lacks any will to oppose that counsel, and it is indecisive about the different opinions about the common good. It is not yet government and for that reason is not yet in truth actual state-power. – The being-for-itself, the willing which as willing has not yet been sacrificed, is the inner isolated spirit of the estates, a spirit which, with respect to its talk about the common good, reserves to itself its particular common good and is inclined to make all this chatter about the common good into a surrogate for action. The sacrifice of existence which occurs [294] in its service is, to be sure, complete when it has advanced as far as death, but the continual danger of death (when it is survived) leaves behind a determinate existence and, as a result, a particular for-itself which makes the counsel given about the common good into something ambiguous and suspect, something where the counselor in fact reserves for himself his own opinion and his particular individual will in the face of state-authority. The counselor thus relates himself unequally to state-power and, as falling under the determination of the base consciousness, he is always within a stone’s throw of rebellion.