Gespräche in der Dämmerung 00497

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]

 

[Las ideas de lo bueno y lo malo extrañadas de sí en su existencia real; el dinero, el poder, y la autoconciencia como unidad negativa; doble relación de la autoconciencia con ambos poderes]

Gespräche in Jena

[497] Diese beiden Urteile geben den Gedanken von Gut und Schlecht einen Inhalt, welcher das Gegenteil von dem ist, den sie für uns hatten. – Das Selbstbewußtsein hat sich aber nur erst unvollständig auf seine Gegenstände bezogen, nämlich [370] nur nach dem Maßstabe des Fürsichseins. Aber das Bewußtsein ist ebenso ansichseiendes Wesen und muß diese Seite gleichfalls zum Maßstabe machen, wodurch sich erst das geistige Urteil vollendet. Nach dieser Seite spricht ihm die Staatsmacht sein Wesen aus; sie ist teils ruhendes Gesetz, teils Regierung und Befehl, welcher die einzelnen Bewegungen des allgemeinen Tuns anordnet; das eine die einfache Substanz selbst, das andere ihr sich selbst und alle belebendes und erhaltendes Tun. Das Individuum findet also darin seinen Grund und Wesen ausgedrückt, organisiert und betätigt. – Hingegen durch den Genuß des Reichtums erfährt es nicht sein allgemeines Wesen, sondern erhält nur das vergängliche Bewußtsein und den Genuß seiner selbst als einer fürsichseienden Einzelheit und der Ungleichheit mit seinem Wesen. – Die Begriffe von Gut und Schlecht erhalten also hier den entgegengesetzten Inhalt gegen den vorherigen.

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Conversaciones en Valencia

[497] [602] Estos dos juicios [el que acabamos de ver sobre el poder del Estado y el que acabamos de ver sobre la riqueza] dan a las ideas [o a los pensamientos o a las representaciones] de lo bueno y lo malo un contenido que es el contrario de aquel que lo bueno y lo malo [inicialmente, conforme a sus primeras determinaciones inmediatas] tenían para nosotros. — Ahora bien, por ahora la conciencia sólo se ha referido a sus objetos de forma incompleta, a saber: sólo conforme al criterio del ser-para-sí. Pero la conciencia es asimismo un ser [Wesen] que es en-sí, y tiene que convertir igualmente este lado en criterio, por medio del cual, o por medio de lo cual el juicio espiritual quedará completo del todo. Conforme a este lado [conforme al lado del en-sí], el poder del Estado le declara [le explicita] su esencia [Wesen] a la conciencia [explica su ser a la conciencia, le explica a la conciencia el ser de la conciencia] [del siguiente modo]; el poder del Estado es en parte ley quiescente [nomos quiescente], y en parte gobierno y mandato que dispone (y que pone orden en) los movimientos particulares del hacer universal; lo primero [el lado quiescente, el sistema de leyes] es la sustancia simple misma, y lo otro [el lado de mandato, el lado de realización de fines colectivos] es su hacer, que da vida y que tanto se conserva a sí mismo como conserva a todos. En el poder del Estado el individuo encuentra, pues, expresados, organizados y confirmados su fundamento y su esencia [su ser, su en-sí] — En cambio, mediante el goce de la riqueza, el individuo no hace experiencia de su ser [Wesen] universal, sino que sólo cobra su conciencia perecedera [o caduca o pasajera], y [obtiene] el goce de sí mismo como de una individualidad particular [Einzelnheit] que es-para-sí, y hace, por tanto, experiencia de la desigualdad con su ser [con su aquel en-sí]. — Los conceptos de bien y mal [de Gut y Schlecht] cobran aquí, por tanto, un sentido contrapuesto al de antes.

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Conversaciones en Madrid

[497] Estos dos juicios le dan a los pensamientos de bueno y de malo un contenido que resulta lo contrario del que teníamos para ellos. — Pero, de primeras, la autoconciencia todavía se refería sólo de manera incompleta a sus objetos, porque lo hacía sólo según la pauta del ser para sí. Pero la conciencia es, en la misma medida, esencia que es en sí, y tiene también que hacer de este lado una pauta, la única por la que quede acabado el juicio espiritual. Por este lado, el poder estatal le enuncia cuál es su esencia; este poder es, por una parte, ley que está en reposo, por otra, gobierno y mandato que ordena los movimientos singulares de la actividad universal; la primera es substancia simple ella misma, el segundo es su actividad, que se vivifica y conserva a sí mismo y a todos. El individuo, entonces, encuentra aquí expresados, organizados y activados su fundamento y su esencia. — Por el contrario, disfrutando la riqueza, no hace la experiencia de su esencia universal, sino que obtiene nada más que la conciencia efímera y el disfrute de sí mismo en cuanto de la singularidad que es para sí, y de la desigualdad con su esencia. Los conceptos de bueno y malo adquieren aquí, entonces, un contenido opuesto al anterior.

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Conversations in Washington

[497] [497]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition Both of these judgments give a content to the thoughts of the good and the bad which is the contrary of what they had for us. – However, self-consciousness had only been related to its objects incompletely, namely, according to the standards of being-for-itself. But consciousness is just as much the essence existing in-itself, and it must likewise make this aspect into the standard through which the spiritual judgment is first perfected. According to this aspect, state-power expresses to consciousness his essence. In part state-power is the motionless law, in part it is the government and command which arranges and orders the singular movements of the universal doing. One is the simple substance itself, the other is its own doing which animates and sustains itself and all individuals. The individual thus therein finds his ground and essence expressed, organized, and activated. – In contrast, in the consumption of wealth the individual does not experience his universal essence but rather receives only a transitory consciousness along with an enjoyment of himself as a singular individuality existing-for-himself, and receives the inequality with his essence. – The concepts of good and bad therefore receive here a content which is the opposite of what they had before.

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Conversaciones en el Atrium

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