Gespräche in der Dämmerung 00483
C. (BB) Der Geist / C. (BB) El espíritu
VI. Der Geist / Capítulo VI: El espíritu
B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung
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Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[483] [359] Die sittliche Substanz erhielt den Gegensatz in ihr einfaches Bewußtsein eingeschlossen und dieses in unmittelbarer Einheit mit seinem Wesen. Das Wesen hat darum die einfache Bestimmtheit des Seins für das Bewußtsein, das unmittelbar darauf gerichtet und dessen Sitte es ist; weder gilt das Bewußtsein sich als dieses ausschließende Selbst, noch hat die Substanz die Bedeutung eines aus ihm ausgeschlossenen Daseins, mit dem es sich nur durch die Entfremdung seiner selbst eins zu setzen und sie zugleich hervorzubringen hätte. Aber derjenige Geist, dessen Selbst das absolut diskrete ist, hat seinen Inhalt sich als eine ebenso harte Wirklichkeit [359] gegenüber, und die Welt hat hier die Bestimmung, ein Äußerliches, das Negative des Selbstbewußtseins zu sein. Aber diese Welt ist geistiges Wesen, sie ist an sich die Durchdringung des Seins und der Individualität; dies ihr Dasein ist das Werk des Selbstbewußtseins; aber ebenso eine unmittelbar vorhandene, ihm fremde Wirklichkeit, welche eigentümliches Sein hat und worin es sich nicht erkennt. Sie ist das äußerliche Wesen und der freie Inhalt des Rechts; aber diese äußerliche Wirklichkeit, welche der Herr der Welt des Rechts in sich befaßt, ist nicht nur dieses zufällig für das Selbst vorhandene elementarische Wesen, sondern sie ist seine, aber nicht positive Arbeit, – vielmehr seine negative. Sie erhält ihr Dasein durch die eigene Entäußerung und Entwesung des Selbstbewußtseins, welche ihm in der Verwüstung, die in der Welt des Rechts herrscht, die äußerliche Gewalt der losgebundenen Elemente anzutun scheint. Diese für sich sind nur das reine Verwüsten und die Auflösung ihrer selbst; diese Auflösung aber, dies ihr negatives Wesen ist eben das Selbst; es ist ihr Subjekt, ihr Tun und Werden. Dies Tun und Werden aber, wodurch die Substanz wirklich wird, ist die Entfremdung der Persönlichkeit, denn das unmittelbar, d.h. ohne Entfremdung an und für sich geltende Selbst ist ohne Substanz und das Spiel jener tobenden Elemente; seine Substanz ist also seine Entäußerung selbst, und die Entäußerung ist die Substanz oder die zu einer Welt sich ordnenden und sich dadurch erhaltenden geistigen Mächte.
Conversaciones en Valencia
B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung X73X1Dejo este término en alemán porque Bildung (mentalidad formada o ilustrada, culta; lo que representa, por ejemplo, Goethe) ha cobrado un sentido tan específico en alemán, que se ha convertido en un nombre propio que designa la cultura de esa época. En todo caso el lector debe tener presente que Bildung, que desde luego en alemán significa formación, no debe entenderse sólo en este sentido genérico. Este sentido genérico no dice todo lo que el autor está diciendo con el término.
[483] La sustancia ética mantenía encerrada en su conciencia simple la contraposición [que hemos visto], [es decir, la sustancia ética conseguía mantener encerrada en su conciencia simple la contraposición que acabamos de ver], y así a esa conciencia la mantenía en inmediata unidad con su ser [Wesen] [con el ser de esa conciencia], [la mantenía en unidad con lo que está ahí como siendo lo suyo]. Ese ser o esencia [Wesen] tiene, por tanto, para la conciencia la determinidad simple del ser [Seyn], es decir, tiene la determinidad de ser [o del ser] para la conciencia que está inmediatamente enderezada o vertida a ese ser o esencia [que está vertida a ese ser en términos inmediatos y sin distancia], y de la que ese ser o esencia son las mores [o costumbres, o Sitte, o ethos]; ni la conciencia se tiene aquí [es decir, en la sustancia ética] por ese self excluyente [como el que acabamos de ver, cap. VI, A, c], ni tampoco la sustancia tiene el significado de una existencia excluida de la conciencia, con la que la conciencia sólo pudiera volverse una [ponerse como una con ella] mediante el extrañamiento de sí misma [mediante el extrañamiento de la con- [587] /ciencia], de una existencia a la que la conciencia a la vez hubiera de producir o suscitar [mediante tal extrañamiento suyo] X74X.2Es decir, ni la conciencia se vuelve una con la sustancia mediante extrañamiento de la conciencia, ni la conciencia suscita a la sustancia mediante el propio extrañamiento de la conciencia, como va a suceder en lo que sigue. Pero ese espíritu [que acabamos de introducir] cuyo self es lo absolutamente discreto [lo absolutamente separado] [cap. VI, A, c], tiene su contenido frente a sí como una realidad igualmente dura, y el mundo tiene aquí la determinación de ser algo externo, de ser lo negativo de la autoconciencia. Pero este mundo [cap. VI, B, I] es ser [Wesen] espiritual, y [por tanto] es en sí la compenetración o interpenetración del ser [Seyn] y la individualidad X75X;3Así se definió en cap. V, C, a, «la cosa misma» (vide 00408). esta su existencia [es decir, la existencia del mundo] es obra de la autoconciencia; pero a la vez es una realidad inmediatamente presente ahí que a la autoconciencia le resulta extraña, una realidad que tiene su ser [Seyn] peculiar en el que la autoconciencia no se conoce o no se reconoce. Ese mundo es el ser [Wesen] externo, y [es también y por otro lado] el libre contenido del derecho [libre, es decir, que discrecionalmente es ése, como también podría ser otro]. Pero esta realidad externa que el señor del mundo del derecho comprende o abraza en sí [y de la que el señor del mundo se ocupa], no es sólo ese ser [Wesen] elemental X76X4«Elemental», es decir, que se comporte como siendo para él un elemento natural. que esté ahí presente contingentemente para el self, sino que es el trabajo de ese self, pero no su trabajo positivo, sino más bien su trabajo negativo. Pues esa realidad cobra su existencia mediante la propia enajenación [Entäusserung], mediante la propia desesenciación [o desentificación, o vaciamiento, Entwesung] de la autoconciencia [mediante el hacerse ésta nada] que a ella, en la devastación que reina en el mundo del derecho, se le antoja venirte infligida [o le parece venirle infligida] por el poder y violencia externos de los elementos desatados. Estos elementos, tomados de por sí, sólo son el puro devastar, y la disolución de ellos mismos; pero esta disolución, esta esencia negativa de ellos, es precisamente el self; el self es su sujeto [el sujeto de ellos], su hacer y su devenir [el hacer de ellos y el devenir de ellos]. Y este hacer y devenir mediante el que la sustancia se vuelve real, es el extrañamiento [Entfremdung] de la personalidad [el extrañamiento que la personalidad representa, que la persona jurídica significa] pues el self que sin extrañamiento [Entfremdung], es decir, inmediatamente, es válido en y para sí, es un self carente de sustancia, es un self sin sustancia, y no es sino el juego de la rabia de esos enfurecidos elementos; su sustancia [la sustancia del self] es, pues, su enajenación misma [la enajenación misma del self] y la enajenación es la sustancia, o lo que es lo mismo: [la enajenación es o son ]los poderes que se ordenan [588] en mundo y se mantienen a través de ese ordenarse formando mundo X77X5Vide infra Algunas aclaraciones X77X. [cap. VI, B, I, a].
Algunas aclaraciones
X73X
Dejo este término en alemán porque Bildung (mentalidad formada o ilustrada, culta; lo que representa, por ejemplo, Goethe) ha cobrado un sentido tan específico en alemán, que se ha convertido en un nombre propio que designa la cultura de esa época. En todo caso el lector debe tener presente que Bildung, que desde luego en alemán significa formación, no debe entenderse sólo en este sentido genérico. Este sentido genérico no dice todo lo que el autor está diciendo con el término.
X74X
Es decir, ni la conciencia se vuelve una con la sustancia mediante extrañamiento de la conciencia, ni la conciencia suscita a la sustancia mediante el propio extrañamiento de la conciencia, como va a suceder en lo que sigue.
X75X
Así se definió en cap. V, C, a, «la cosa misma» (vide 00408).
X76X
«Elemental», es decir, que se comporte como siendo para él un elemento natural.
X77X
Es decir, al retraerse sobre sí misma la abstracción que representa la persona jurídica, esa misma vacuidad de ella es su sustancia, es decir, la persona jurídica no tiene otra sustancia que esa su propia formalidad (éste es el primer momento al que se refiere Hegel); y, por tanto, su sustancia es enajenación respecto de todo; pero esa enajenación es la sustancia, es decir, esa enajenación es asimismo un mundo objetivo que, siendo producto y resultado de la conciencia, le resulta, sin embargo, ajena a ésta (éste es el segundo momento al que se refiere Hegel). Como ya he indicado, con una conceptuación bastante más precisa que ésta, pero algo menos compleja y, por tanto, también con muchos menos registros, Hegel se refiere a lo mismo en los §§ 182-187 de la Filosofía del Derecho, cuando define la «sociedad civil» como la «eticidad perdida en sus extremos» (§ 184). En todo caso, aun en el contexto de la obra entera de Hegel, la Fenomenología del espíritu es de una originalidad tal, que esta clase de sugerencias comparativas resultan siempre inexactas, por más que puedan contribuir a hacer comprensible el pasaje en que nos encontramos. Como ya he indicado también, lo que Hegel dice a este propósito en el presente cap. VI, B, I de la Fenomenología del espíritu no es sin más lo que Hegel dice en su Filosofía del Derecho. No por casualidad la presente obra sólo tuvo una edición en vida de Hegel.
Conversaciones en Madrid
El Espíritu extrañado de sí; la Cultura
[483] La substancia ética conservaba la oposición incluida en su conciencia simple, y a esta conciencia en unidad inmediata con su esencia. Por eso, la esencia tiene la determinidad simple del ser para la conciencia, la cual está inmediatamente orientada hacia él, y del que ella es el ethos; ni la conciencia se tiene a sí como este sí-mismo excluyente, ni la substancia tiene el significado de una existencia excluida de esa conciencia, existencia con la que la conciencia tuviera que ponerse en armonía únicamente por medio del extrañamiento de sí [575] misma, y a la vez producir la substancia. Pero ese espíritu cuyo sí-mismo es lo absolutamente discreto tiene su contenido frente a sí como una efectividad exactamente igual de dura, y el mundo tiene aquí la determinación de ser algo exterior, lo negativo de la autoconciencia. Mas este mundo es esencia espiritual, es, en sí, la compenetración del ser y de la individualidad; que él sea ahí es obra de la autoconciencia; pero, en la misma medida, es una realidad efectiva inmediatamente presente y extraña a esa autoconciencia, realidad que tiene un ser característico propio y en la que la autoconciencia no se reconoce. Ella, la realidad efectiva, es la esencia exterior y el contenido libre del derecho; pero esta realidad efectiva exterior, a la que abarca dentro de sí el señor del mundo del derecho, no es solamente esta esencia elemental, presente de manera contingente para el sí-mismo, sino que es su trabajo, pero no positivo, sino negativo, más bien. Adquiere su existencia por medio de la exteriorización y despojamiento X129X6Aquí, «despojamiento» traduce Entwesung, de entwesen: «carecer», «no tener algo» (Grimm). Hegel sólo usa en esta ocasión la palabra, y acompañando, casi como sinónimo, al término Entäusserung. Para la traducción de éste último, véase el glosario. Una traducción literal, pero algo confusa, sería «desencialización». propios de la autoconciencia, que parecen infligirle a ésta, dentro de la devastación que domina en el mundo del derecho, la violencia exterior de los elementos desatados. Éstos, para sí, no son más que el puro devastar y la disolución de sí mismos; pero esta disolución, esta esencia negativa suya es justamente el sí-mismo; es su sujeto, su actividad y su devenir. Mas esta actividad y devenir por el que la substancia llega a ser efectivamente real es el extrañamiento de la personalidad, pues el Sí-mismo que vale en y para sí inmediatamente, es decir, sin extrañamiento, carece de substancia, y es el juego de aquellos elementos furiosos; su substancia es, entonces, su exteriorización misma, y la exteriorización es la substancia, o bien, en otros términos, las potencias espirituales que se ordenan en un mundo y que por medio de ello se conservan.
Algunas aclaraciones
X129X = Aquí, «despojamiento» traduce Entwesung, de entwesen: «carecer», «no tener algo» (Grimm). Hegel sólo usa en esta ocasión la palabra, y acompañando, casi como sinónimo, al término Entäusserung. Para la traducción de éste último, véase el glosario. Una traducción literal, pero algo confusa, sería «desencialización».
Conversations in Washington
C. (BB) Spirit
VI. Spirit
B. Spirit Alienated from Itself: Cultural Formation
[483] [483]7We kept the numeration given by the editor in the printed edition The ethical substance kept the opposition enclosed within its simple consciousness, and it kept this consciousness in an immediate unity with its essence. For that reason, the essence for consciousness has the simple determinateness of being, towards which consciousness is immediately directed and whose ethos it is. Consciousness neither counts to itself as this exclusionary self, nor does the substance signify an existence excluded from it, with which consciousness would have posited itself as one only by alienating itself from that substance and engendering it at the same time. However, the spirit whose self is the absolutely discrete self has, to itself, its content confronting it as a just as hard actuality, and the world bears the determination of the external, the negative of self-consciousness. However, this world is a spiritual essence; in itself, it is the permeation of individuality and being. Its existence is the work of self-consciousness, but it is just as much an alien actuality with its own distinctive being which is immediately present for self-consciousness and within which self-consciousness does not recognize8erkennt itself. This actuality is the external essence and the free-standing content of legal right. However, this external actuality, which the lord of the world of legal right encompasses within himself, is not only this elemental external essence contingently present for the self; it is also his non-positive labor – or, instead, his negative labor. It receives its existence through self-consciousness’ own self-relinquishing9Entäußerung and de-essentialization,10Entwesung. Alternatively, this could be rendered as “disinfestation.” which, in [282] the desolation that prevails in the world of legal right, seems to be inflicted on it by the external violence of those unleashed elements. These elements are for themselves only what brings about both this sheer desolation and their own dissolution. However, this dissolution which is their negative nature is precisely the self; it is their subject, their doing, and their coming-to-be. However, this doing and this coming-to-be whereby the substance becomes actual is the alienation of personality, for the immediate self, or the self without alienation, which is in force in and for itself, is insubstantial; it is the game played by these raging elements. Its substance is thus itself its own self-relinquishing,11Entäußerung and the self-relinquishing is the substance itself, or it is the spiritual powers bringing themselves into order in a world and as a result sustaining themselves.