Gespräche in der Dämmerung 00445
C. (BB) Der Geist / C. (BB) El espíritu
VI. Der Geist / VI: El espíritu
A. Der wahre Geist. Die Sittlichkeit / A. El espíritu verdadero, la eticidad
a. Die sittliche Welt. Das menschliche und göttliche Gesetz, der Mann und das Weib / a. El mundo ético, la ley divina y la ley humana, el hombre y la mujer
[La ley humana]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[445] [328] Die einfache Substanz des Geistes teilt sich als Bewußtsein. Oder wie das Bewußtsein des abstrakten, des sinnlichen Seins in die Wahrnehmung übergeht, so auch die unmittelbare Gewißheit des realen sittlichen Seins; und wie für die sinnliche Wahrnehmung das einfache Sein ein Ding von vielen Eigenschaften wird, so ist für die sittliche der Fall des Handelns eine Wirklichkeit von vielen sittlichen Beziehungen. Jener zieht sich aber die unnütze Vielheit der Eigenschaften in den wesentlichen Gegensatz der Einzelheit und [328] Allgemeinheit zusammen; und noch mehr dieser, die das gereinigte, substantielle Bewußtsein ist, wird die Vielheit der sittlichen Momente das Zwiefache eines Gesetzes der Einzelheit und eines der Allgemeinheit. Jede dieser Massen der Substanz bleibt aber der ganze Geist; wenn in der sinnlichen Wahrnehmung die Dinge keine andere Substanz als die beiden Bestimmungen der Einzelheit und der Allgemeinheit haben, so drücken sie hier nur den oberflächlichen Gegensatz der beiden Seiten gegeneinander aus.
Conversaciones en Valencia
a. El mundo ético, la ley divina y la ley humana, el hombre y la mujer
[La ley humana]
[445] La sustancia simple del espíritu se divide como conciencia [es decir, pasa a ofrecer la división o dispersión que caracteriza a la conciencia]. O lo que es lo mismo: así como la conciencia del ser abstracto, del ser sensible, pasa o transita a la percepción, otro tanto ocurre también con la certeza inmediata del ser real, del ser ético [del ser ético, que es el ser real de verdad]; y así como para la percepción sensible [cap. III]X20X,1Recuerde el lector que ya en el cap. V, C, b, c, aquellas esencialidades absolutas que representaban los imperativos que la conciencia legisladora y la conciencia comprobadora de normas trataban de fijar, resultaban ser sólo Gemeyntes, es decir, cosa supuesta, quedando, por tanto, equiparados a objetos de la certeza sensible. Conviene tener presentes estas referencias cruzadas, a fin de entender cabalmente la aparición, a veces súbita y sorprendente, que los temas de los primeros capítulos del libro hacen en los caps. VI, VII y VIII. Esas apariciones resultan casi siempre inesperadas, si no inverosímiles. el ser simple es [o el ser simple resulta ser] una cosa de múltiples propiedades, así sucede también que para la «percepción» ética el caso de acción es una realidad de múltiples relaciones éticas. A aquélla, es decir, a la percepción sensible, la multiplicidad o pluralidad o multitud de propiedades se le acababa contrayendo y reduciendo a la contraposición esencial que representaba la contraposición entre individualidad [Einzelnheit, el quedar algo ahí suelto] y universalidad, y, en mayor medida aún, a la percepción [544] ética, que es la conciencia purificada y sustancial, la pluralidad de momentos éticos se le contraerá o se le reducirá a la dualidad de una ley de la individualidad [de la particularidad, de la Einzelnheit] y una ley de la universalidad. Pero cada una de estas masas [Massen] [o momentos o ámbitos o esferas u órdenes de la sustancia] sigue siendo el espíritu entero; y si en la percepción sensible las cosas no tienen otra sustancia que esas dos determinaciones que son la singularidad [Einzelnheit] y la universalidad, esas determinaciones no hacen ahora aquí sino expresar la superficial contraposición de ambos lados, del uno respecto al otro y del otro respecto al uno.
Algunas aclaraciones
X20X = Recuerde el lector que ya en el cap. V, C, b, c, aquellas esencialidades absolutas que representaban los imperativos que la conciencia legisladora y la conciencia comprobadora de normas trataban de fijar, resultaban ser sólo Gemeyntes, es decir, cosa supuesta, quedando, por tanto, equiparados a objetos de la certeza sensible. Conviene tener presentes estas referencias cruzadas, a fin de entender cabalmente la aparición, a veces súbita y sorprendente, que los temas de los primeros capítulos del libro hacen en los caps. VI, VII y VIII. Esas apariciones resultan casi siempre inesperadas, si no inverosímiles.
Conversaciones en Madrid
a. El mundo ético, la ley divina y la ley humana, el hombre y la mujer
[445] En cuanto conciencia, la sustancia simple del espíritu se divide. O bien: igual que la conciencia del ser abstracto y sensible pasa a la percepción, así también lo hace la certeza inmediata del ser real y ético; e igual que para la percepción sensorial el ser simple se convierte en una cosa de múltiples propiedades, también para la percepción ética el caso de la acción es una realidad efectiva de múltiples referencias éticas. Pero, si para la primera, la inútil pluralidad de propiedades se contrae en la oposición esencial de singularidad y universalidad, más aún es el caso para la segunda, que es la conciencia substancial y purificada: la pluralidad de momentos éticos se convierte en la dualidad de una ley de la singularidad y una ley de la universalidad. Mas cada una de estas masas de la substancia sigue siendo el espíritu entero; si, en la percepción sensorial, las cosas no tiene otra substancia que las dos determinaciones de la singularidad y la universalidad, aquí expresan sólo la recíproca oposición superficial de ambos lados.
Conversations in Washington
C. (BB) Spirit
VI. Spirit
A. True Spirit, Ethical Life
a. The Ethical World, the Human and Divine Law, Man and Woman
[445] [445]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition The simple substance of spirit divides itself up as consciousness, or, as consciousness of abstract sensuous being passes over into perception, so does the immediate certainty of real ethical being also pass over, and just as simple being becomes for sense-perception a thing of many properties, so for ethical perception a case of acting becomes an actuality of many ethical relations. However, to the former, the useless plurality of properties is condensed into the essential opposition between singularity and universality, [257] and for the latter, which is purified, substantial consciousness, the plurality of ethical moments condenses itself instead into the twofoldness of a law of singular individuality and a law of universality. However, each of these social estates of substance remains the whole spirit. If the things in sense-perception have no substance other than the two determinations of singularity and universality, here they only express the superficial opposition of both aspects to each other.