Gespräche in der Dämmerung 00396

Parte de:

C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / C. La individualidad que se es real en y para sí misma [C. Die Individualität, welche sich an und für sich selbst reell ist]

 

[Compenetración de lo universal y la individualidad en su en-sí y ser-para-sí; La individualidad como realidad en ella misma; El hacer en su exposición y expresión de la individualidad es su telos en y por sí mismo; La autoconciencia es la categoría que se ha vuelto consciente de sí manteniendo su unidad simple por su género [Gattung]; La autoconciencia se somete únicamente a su propio hacer: la individualidad es la realidad en ella misma]

Gespräche in Jena

[396] Das Bewußtsein hat hiermit allen Gegensatz und alle Bedingung seines Tuns abgeworfen; es geht frisch von sich aus, und nicht auf ein Anderes, sondern auf sich selbst. Indem die Individualität die Wirklichkeit an ihr selbst ist, ist der Stoff des Wirkens und der Zweck des Tuns an dem Tun selbst. Das Tun hat daher das Ansehen der Bewegung eines Kreises, welcher frei im Leeren sich in sich selbst bewegt, ungehindert bald sich erweitert, bald verengert und vollkommen zufrieden nur in und mit sich selbst spielt. Das Element, worin die Individualität ihre Gestalt darstellt, hat die Bedeutung eines reinen Aufnehmens dieser Gestalt; es ist der Tag überhaupt, dem das Bewußtsein sich zeigen will. Das Tun verändert nichts und geht gegen nichts; es ist die reine Form des Übersetzens aus dem Nichtgesehenwerden in das Gesehenwerden, und der Inhalt, der zutage ausgebracht wird und sich darstellt, nichts anderes, als was dieses Tun schon an sich ist. Es ist an sich: dies ist seine Form als gedachte Einheit; und es ist wirklich: dies ist seine Form als seiende Einheit, es selbst ist Inhalt nur in dieser Bestimmung [293] der Einfachheit gegen die Bestimmung seines Übergehens und seiner Bewegung.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

[396] La conciencia se ha sacudido, por tanto, toda contraposición y toda condición de su hacer [toda condición a que pudiese quedar sometido su hacer]; se toma frescamente a sí misma por punto de partida y no se endereza a otro, sino a sí misma. En cuanto la individualidad es la realidad en ella misma [es decir, es la realidad en la individualidad misma, esto es, es ella misma la realidad], resulta que la materia de su obrar y el fin de su hacer radican en el hacer mismo. Su hacer [Thun] ofrece, por tanto, el aspecto de un círculo que, libre en el vacío, se mueve en sí mismo, y que, sin impedimento alguno, ahora se amplía, ahora se estrecha, y que, perfectamente satisfecho, sólo juega en y consigo mismo. El elemento en el que la individualidad expone o exhibe o presenta esta su figura o Gestalt, tiene el significado de un puro tomar ella esa figura o Gestalt [de un ser ella quien la toma, de un consistir ella en estarla tomando]; ese elemento es el día en general, al que la conciencia quiere mostrarse. El hacer [a diferencia de lo que la conciencia buscaba en las tres figuras anteriores] no cambia nada, ni va contra nada; el hacer no es sino la pura forma del traducir [del trasladar] del no-ser-visto al ser-visto [es decir, la pura forma que representa el traducir del no-ser-visto al ser-visto], y el contenido que, brindado [o brindándose ] al día, se expone a sí mismo y se exhibe a sí mismo, no es otra cosa que lo que ese hacer es ya en sí [ese hacer es ya su propio contenido]. Ese hacer es en sí, ésta es su forma en cuanto ese hacer es unidad pensada [el hacer es en-sí, es decir, es por de pronto intención, fin, telos]; y ese hacer es real, ésta es su forma en cuanto unidad que es ahí [en cuanto unidad que está ahí delante, que está ahí presente, es decir, en tanto que un estarse haciendo efectivo aquello que por de pronto es sólo telos]; y él mismo es contenido [él mismo es el contenido de esas formas] sólo en esta determinación de la simplicidad [o en esta determinación que representa la simplicidad o que representa tal simplicidad] frente a [o por contraposición con] la determinación que representan su tránsito y su movimiento [como siendo ese contenido lo simple común al tránsito entre esas dos formas] X245X.1Es decir, el fin del vivir es el vivir mismo, que en sí mismo se expone y exhibe como su propio contenido que ahí está, frente a todas las transiciones y movimientos en que ese vivir consiste.

Algunas aclaraciones

X245X = Es decir, el fin del vivir es el vivir mismo, que en sí mismo se expone y exhibe como su propio contenido que ahí está, frente a todas las transiciones y movimientos en que ese vivir consiste.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

[396] Con esto, la conciencia ha arrojado por la borda toda oposición y todo condicionamiento de su actividad; parte de sí, fresca, para ir, no hacia otra cosa, sino hacía sí misma. Siendo la individualidad la realidad efectiva en ella misma, la materia de su realizar, de su obra y el fin y propósito de la actividad están en la actividad misma. Por eso, la actividad tiene el aspecto del movimiento de un círculo que se mueve libremente en el vacío dentro de sí mismo, lo mismo se expande que se encoge sin obstáculos y, perfectamente satisfecho. sólo juega dentro de sí mismo y consigo mismo. El elemento en el que la individualidad expone su figura tiene el significado de un puro registrar y acoger esta figura; es, sin más, la luz del día a la que la conciencia se quiere mostrar. La actividad no cambia nada, y no va contra nada; es la forma pura de transponer desde el no ser visto hasta el ser visto, y el contenido que se saca a la luz del día y se expone no es otra cosa que lo que esta actividad es ya en sí. Es en sí: tal es su forma como unidad pensada; y es efectivamente real: tal es su forma como unidad que es; ella misma es contenido sólo en esta determinación de la simplicidad frente a la determinación de su pasar transitorio y de su movimiento.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

[396] [396]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Consciousness has thereby cast aside all opposition and all the conditions for its doing. It begins anew from itself, not by directing itself towards an other but by directing itself towards itself. While individuality is actuality in its own self, the material for having an effect and the purpose of the doing lies in the doing itself. The doing thus has the appearance of the movement of a circle, which within itself set itself into motion and moves freely in the void, and which, as unimpeded now both enlarges and contracts and is fully satisfied in playing such a game within itself and with itself. The meaning of the element in which individuality exhibits its shape is that of a pure absorption of this shape. It is simply the light of day to which consciousness wishes to show itself. The doing alters nothing and opposes nothing; it is the pure form of translating not having been seen into having been seen, and the content brought into daylight which is exhibited there is itself nothing but what this doing already is in itself. This doing is in itself; this is its form as the conceived unity,3gedachter Einheit and it is actual. This is its form as existing unity; doing itself is the content only when it is in this determination of simplicity as contrasted to the determination of its transition and its movement.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!