Gespräche in der Dämmerung 00384

Parte de:

C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst] / c. La virtud y el curso del mundo [c. Die Tugend und der Weltlauf]

 

[La virtud y lo universal; la virtud busca enderezar el curso del mundo conforme al genuino en-sí de éste; las armas de los contendientes]

Gespräche in Jena

[384] Das Allgemeine ist für das tugendhafte Bewußtsein im Glauben oder an sich wahrhaft, noch nicht eine wirkliche, sondern eine abstrakte Allgemeinheit; an diesem Bewußtsein selbst ist es als Zweck, an dem Weltlaufe als Inneres. In eben dieser Bestimmung stellt das Allgemeine sich auch an der [285] Tugend für den Weltlauf dar; denn sie will das Gute erst ausführen und gibt selbst es noch nicht für Wirklichkeit aus. Diese Bestimmtheit kann auch so betrachtet werden, daß das Gute, indem es in dem Kampf gegen den Weltlauf auftritt, damit sich darstellt als seiend für ein Anderes; als etwas, das nicht an und für sich selbst ist, denn sonst würde es nicht durch Bezwingung seines Gegenteils sich erst seine Wahrheit geben wollen. Es ist nur erst für ein Anderes, heißt dasselbe, was vorher von ihm in der entgegengesetzten Betrachtung sich zeigte, nämlich es ist erst eine Abstraktion, welche nur in dem Verhältnisse, nicht an und für sich, Realität hat.

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Conversaciones en Valencia

[384] Para la conciencia virtuosa lo universal es verdaderamente universal en su fe [en la fe de ella] o [es universal] en sí; pero eso universal no es aún una universalidad real, sino una universalidad abstracta; de modo que en esta conciencia misma lo universal no está sino como fin, y en el curso del mundo ese universal no está sino como interior del curso del mundo. Y precisamente en esta determinación es como lo universal se presenta también a la virtud en lo que respecta al curso del mundo; pues la virtud empieza queriendo realizar el bien y, por tanto, no lo da todavía por realidad. Esta determinidad puede considerarse [o expresarse] también diciendo que el bien, en cuanto donde hace acto de presencia [en cuanto donde aparece] es en la lucha contra el curso del mundo, como se presenta es como siendo para otro; como algo que no es en y para sí [en y de por sí], pues de otro modo no habría de empezar queriéndose dar a sí mismo realidad mediante el sojuzgamiento de su contrario. Que empieza siendo sólo para otro, significa lo mismo que se mostró antes [lo mismo que ya se ha dicho antes unas líneas más arriba] acerca de él en la consideración contrapuesta, a saber: que el bien empieza siendo una abstracción que sólo tiene realidad en la relación [en la relación de oposición entre la virtud y el curso del mundo], pero que todavía no la tiene en y para sí [o en y de por sí].

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Conversaciones en Madrid

[384] Para la conciencia virtuosa, lo universal está en la creencia, o bien, es en sí de verdad; no es todavía una universalidad efectiva, sino abstracta; en esa misma conciencia, está como propósito, en el curso del mundo, como algo interior. Justamente en esta determinación es como lo universal se presenta también en la virtud para el curso del mundo, pues, de primeras, ella, la virtud, quiere llevar a cabo el bien, y no lo da ella misma todavía por efectivamente real. Esta determinidad puede verse también como que el bien, al entrar en escena en lucha con el curso del mundo, se presenta como siendo para otro; como algo que no es en y para sí mismo, pues, de otro modo, no querría darse su verdad doblegando primero a su contrario. Que, de primeras, sea sólo para otro significa lo mismo que lo que antes se mostraba de él en la consideración opuesta, a saber, que, de primeras, no es más que una abstracción que sólo tiene realidad dentro de esta relación, y no en y para sí.

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Conversations in Washington

[384] [384]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition The universal is for the virtuous consciousness in faith, or truly in itself. It is not yet an actual but rather an abstract universality. In this consciousness itself, it is as purpose, and in the way of the world it is as the inner. For the way of the world, it is in this very determination that the universal also exhibits itself in virtue, for virtue just wills to put the good into practice; it does not pretend to give it actuality. This determinateness can also be regarded in this way, that the good, while it emerges in the struggle with the way of the world, thereby exhibits itself as existing for an other and not as something existing in and for itself, for otherwise it would not want to give itself its truth by means of conquering its opposite. The good is only at first for an other, which means the same as what was shown in the previous and opposite way of regarding the matter, namely, that the good is an abstraction which only has reality in and for itself in those relationships themselves.

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Conversaciones en el Atrium

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