Gespräche in der Dämmerung 00383

Parte de:

C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst] / c. La virtud y el curso del mundo [c. Die Tugend und der Weltlauf]

 

[La virtud y lo universal; la virtud busca enderezar el curso del mundo conforme al genuino en-sí de éste; las armas de los contendientes]

Gespräche in Jena

[383] Von der Tugend soll es nun seine wahrhafte Wirklichkeit erhalten durch das Aufheben der Individualität, des Prinzips der Verkehrung; ihr Zweck ist, hierdurch den verkehrten Weltlauf wieder zu verkehren und sein wahres Wesen hervorzubringen. Dies wahre Wesen ist an dem Weltlaufe nur erst als sein Ansich, es ist noch nicht wirklich; und die Tugend glaubt es daher nur. Diesen Glauben geht sie zum Schauen zu erheben, ohne aber der Früchte ihrer Arbeit und Aufopferung zu genießen. Denn insofern sie Individualität ist, ist sie das Tun des Kampfes, den sie mit dem Weltlaufe eingeht; ihr Zweck und wahres Wesen aber ist die Besiegung der Wirklichkeit des Weltlaufs; die dadurch bewirkte Existenz des Guten ist hiermit das Aufhören ihres Tuns oder des Bewußtseins der Individualität. – Wie dieser Kampf selbst bestanden werde, was die Tugend in ihm erfährt, ob durch die Aufopferung, welche sie über sich nimmt, der Weltlauf unterliege, die Tugend aber siege, – dies muß sich aus der Natur der lebendigen Waffen entscheiden, welche die Kämpfer führen. Denn die Waffen sind nichts anderes als das Wesen der Kämpfer selbst, das nur für sie beide gegenseitig hervortritt. Ihre Waffen haben sich hiermit schon aus dem ergeben, was an sich in diesem Kampfe vorhanden ist.

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Conversaciones en Valencia

[La virtud y lo universal; la virtud busca enderezar el curso del mundo conforme al genuino en-sí de éste; las armas de los contendientes]

[383]1Epígrafe: La virtud y lo universal; la virtud busca enderezar el curso del mundo conforme al genuino en-sí de éste; las armas de los contendientes. Pues bien, de la virtud es de donde ha de recibir lo universal su verdadera realidad, y ello mediante una supresión y superación de la individualidad [Individualität], que es el principio u origen o causa de que todo quede del revés; el fin que la virtud se propone, es, por medio de ello [es decir, por medio de la supresión y superación de la individualidad],·invertir otra vez el invertido curso del mundo y sacar a la luz [y producir] su verdadera esencia [la verdadera esencia del curso del mundo]. Pero esta verdadera esencia, en lo que respecta al curso del mundo, sólo es por de pronto su en-sí [el en-sí del curso del mundo], es decir, todavía no es real [todavía es sólo un concepto, una abstracción]; y, por tanto, la virtud no hace sino creer en ella [esa esencia no es sino objeto de su fe]. Y la virtud se endereza a elevar esta fe a visión [a convertirla en ver], es decir, a elevar esta fe a algo que se vea [a llegar a tener visible ahí delante el contenido de su fe], pero sin gozar de los frutos de su trabajo y de su sacrificio. Pues en cuanto la virtud es individualidad [Individualität], la virtud es el hacer de la lucha que ella [la virtud] entabla con el curso del mundo. Ahora bien, el telos de la virtud y su verdadera esencia es vencer la realidad del mundo; la existencia del bien, procurada de esa forma, representa el cese de su acción, o lo que es lo mismo: representa el cese de la conciencia de la individualidad [por tanto, la individualidad no busca gozar de los frutos de su trabajo y sacrificio]. Cómo se hace frente con éxito a esta pelea [o cómo se mantiene la virtud firme en ella], cuáles son las experiencias que la virtud haya de hacer en ella, la cuestión de si mediante los sacrificios que ella asume, quedará derrotado el curso del mundo y la virtud vencerá [haciendo valer el en-sí o esencia del curso del mundo], todo esto habrá de decidirse desde [habrá de decidirse por y desde] la naturaleza de las armas vivas que los luchadores portan. Pues las armas no son otra cosa que la esencia de los contendientes mismos; tal como esa esencia aparece mutuamente para ambos en el enfrentamiento mismo. Sus armas vienen dadas ya, pues, a partir de aquello [han resultado ya, pues, de aquello] que en sí vemos hacer acto de presencia en esta lucha.

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Conversaciones en Madrid

[383] Es de la virtud de donde ahora debe obtener lo universal su verdadera realidad efectiva, cancelando la individualidad, principio de la inversión y del trastorno; el propósito de la virtud es volver a invertir así el curso invertido del mundo y producir su esencia verdadera. De primeras, esta esencia verdadera es en el curso del mundo sólo como su en sí, no es todavía efectivamente real; y por eso la virtud sólo la cree. La virtud procede a elevar esta creencia al nivel de la visión, pero sin gozar de los frutos de su trabajo y sacrificio. Pues, en la medida en que es individualidad, es la actividad de la lucha que entabla con el curso del mundo; mas su propósito y su esencia verdadera es vencer sobre la realidad efectiva del curso del mundo; la existencia del bien que ella de ese modo causa será, por ende, que cese su actividad, o sea, la conciencia de la individualidad. — Cómo supere esta lucha misma, lo que la virtud experimente en ella. si, por el sacrificio que ella toma sobre sí, el curso del mundo sucumbe, mientras que la virtud triunfa: todo esto tiene que decidirse por la naturaleza de las armas vivas que los luchadores blanden. Pues las armas no son otra cosa que la esencia de lo luchadores mismos, que surge, de manera recíproca, sólo para ellos dos. Con lo que sus armas nos están ya dadas a partir de lo que hay en esta lucha.

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Conversations in Washington

[383] [383]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition The universal is now supposed to receive from virtue its true actuality through the sublating of individuality, through the principle of inversion. Virtue’s purpose is thereby again to invert the inverted way of the world and to bring out its true essence. This true essence initially is in the way of the world only as the in-itself of the way of the world. The true essence is not yet actual, and thus virtue only has faith in it. Virtue proceeds to elevate this faith to the level of vision, but without enjoying the fruit of its labor and sacrifice. This is so because insofar as virtue is individuality, in engaging in the struggle,3ist sie das tun des Kampfes it engages with the way of the world; but its purpose and true essence lie in defeating the actuality of the way of the world. As a result, the existence of the good which is thereby brought about is the cessation of its doing, or of the consciousness of individuality. – How this struggle itself will survive, what virtue will experience in the course of this struggle, whether the way of the world will be defeated, and whether virtue shall triumph through the sacrifice it makes – all this must be decided on the basis of the nature of the living weapons the combatants carry, for the weapons are nothing but the essence of the combatants themselves, an essence which reciprocally comes on the scene for both of them. What their weapons are is the result of what is present in itself in this struggle.

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Conversaciones en el Atrium

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