Gespräche in der Dämmerung 00376

Parte de:

C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst] / b. La ley del corazón y el desvarío de la vanidad, de la petulancia y de la arrogancia (o el desvarío del lado oscuro de uno) [b. Das Gesetz des Herzens und der Wahnsinn des Eigendünkels]

 

[La contradicción de la presente figura; una doble esencialidad contrapuesta]

Gespräche in Jena

[376] Indem es dies Moment seines sich bewußten Untergangs und [279] darin das Resultat seiner Erfahrung ausspricht, zeigt es sich als diese innere Verkehrung seiner selbst, als die Verrücktheit des Bewußtseins, welchem sein Wesen unmittelbar Unwesen, seine Wirklichkeit unmittelbar Unwirklichkeit ist. – Die Verrücktheit kann nicht dafür gehalten werden, daß überhaupt etwas Wesenloses für wesentlich, etwas Nichtwirkliches für wirklich gehalten werde, so daß das, was für den einen wesentlich oder wirklich ist, es für einen anderen nicht wäre und das Bewußtsein der Wirklichkeit und Nichtwirklichkeit oder der Wesenheit und Unwesenheit auseinanderfielen. – Wenn etwas in der Tat für das Bewußtsein überhaupt wirklich und wesentlich, für mich aber nicht ist, so habe ich in dem Bewußtsein seiner Nichtigkeit zugleich, da ich Bewußtsein überhaupt bin, das Bewußtsein seiner Wirklichkeit, – und indem sie beide fixiert sind, so ist dies eine Einheit, welche der Wahnsinn im allgemeinen ist. In diesem ist aber nur ein Gegenstand für das Bewußtsein verrückt, nicht das Bewußtsein als solches in und für sich selbst. In dem Resultate des Erfahrens, das sich hier ergeben hat, ist aber das Bewußtsein in seinem Gesetze sich seiner selbst als dieses Wirklichen bewußt; und zugleich, indem ihm ebendieselbe Wesenheit, dieselbe Wirklichkeit entfremdet ist, ist es als Selbstbewußtsein, als absolute Wirklichkeit sich seiner Unwirklichkeit bewußt, oder die beiden Seiten gelten ihm nach ihrem Widerspruche unmittelbar als sein Wesen, das also im Innersten verrückt ist.

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Conversaciones en Valencia

[376] Y en cuanto la autoconciencia expresa este momento de hundimiento consciente de sí, de un irse a pique consciente de sí mismo, y en ello está expresando el resultado de su experiencia, esa autoconciencia se muestra como una íntima inversión y perversión de sí misma, como el desvarío de una conciencia para la que su esencia se le ha convertido inmediatamente en inesencia [en Unwesen, en «cosa mala», en «un andar haciendo de las suyas» X230X],1El autor juega con el significado que en alemán corriente tiene Unwesen («desmadre», «mala cosa», «andar haciendo uno de las suyas»), haciéndole significar a la vez Un-wesen, «in-esencia». su realidad se le ha convertido inmediatamente en ausencia de realidad o en irrealidad. — Pero este desvarío no puede interpretarse en el sentido de que algo carente de esencia se considere lo esencial, o algo no real sea considerado real, de suerte que aquello que para alguien es esencial o real, para otro no lo fuese, y la conciencia [común] de la realidad y de la irrealidad, o de lo esencial y de lo inesencial se viniese abajo, emprendiendo a ese respecto cada cual caminos distintos. — Pues si algo, para la conciencia en general [«para todo el mundo»] es efectivamente real y esencial, y para mí, sin embargo, no lo es, precisamente en la conciencia de esa su nihilidad [en mi particular conciencia de la nihilidad de ello], siendo yo a la vez conciencia en general, tengo yo a la vez la conciencia de su realidad [de la realidad de eso mismo que declaro no existente], y cuando ambas cosas quedan fijadas [cuando ambas cosas se vuelven fijas], ello no es sino una unidad que es locura o desvarío en general, estar uno loco [un no estar ahí para mí lo que para todo el mundo está ahí, siendo yo ingrediente de ese para-todo-el-mundo]. Pero en esta locura es sólo un objeto [es sólo objeto, son sólo objetos] lo que queda dislocado y trastocado y trastornado para la conciencia, no la conciencia como tal en y para sí misma [es decir, en esa locura es sólo objetos lo que queda trastornado para la conciencia, no la conciencia como tal]. En cambio, en el resultado de la experiencia que aquí hemos obtenido, la conciencia, en su ley, se es consciente de sí misma como esta conciencia real; y a la vez, en cuanto precisamente esa misma esencialidad, es decir, esa misma realidad le queda extrañada, resulta que la conciencia, en cuanto autoconciencia, en cuanto realidad absoluta, es consciente o sabedora de su propia irrealidad, o lo que es lo mismo: ambas partes las considera ella inmediatamente [precisamente en la contradicción que ella ofrece] como su ser [Wesen] [como el ser de ella] que, por tanto, en lo más intimo de él [es decir, de ese ser], es un desvarío.

Algunas aclaraciones

X230X = El autor juega con el significado que en alemán corriente tiene Unwesen («desmadre», «mala cosa», «andar haciendo uno de las suyas»), haciéndole significar a la vez Un-wesen, «in-esencia».

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Conversaciones en Madrid

[376] Al enunciar este momento de su hundimiento consciente, e implícitamente en él, el resultado de su experiencia, la autoconciencia se muestra como esta inversión interior de sí misma, como la locura de la conciencia, a la cual su esencia le es inmediatamente inesencia X108X,2Unwesen. En realidad, en lenguaje ordinario, Unwesen es un monstruo, algo espantoso. y su realidad efectiva le es inmediatamente efectiva irrealidad. — No puede tenerse la locura por un estado en el que algo sin esencia se tome sin más por esencial, o algo que no es efectivamente real por algo efectivamente real, de tal manera que lo que para uno fuera esencial o efectivamente real, para otro no lo fuera, y se disociasen las conciencias de la realidad y de la irrealidad efectivas, o de la esencialidad y la inesencialidad. — Si algo, de hecho, es efectivamente real o esencial sin más para la conciencia, pero no lo es para mí, entonces, en la conciencia de su nulidad, dado que yo a la vez también soy conciencia, tengo la conciencia de su realidad efectiva: y en tanto que ambas están fijadas, esto es una unidad que es el delirio en general. En éste, empero, hay sólo un objeto enloquecido para la conciencia; no la conciencia como tal, dentro de sí misma y para sí misma. En este resultado de hacer la experiencia que se ha dado aquí, sin embargo, la conciencia es, dentro de su ley, consciente de sí misma en cuanto esta conciencia efectivamente real; y a la vez, al habérsele extrañado precisamente la misma esencialidad, la misma realidad efectiva, es consciente, en cuanto autoconciencia, en cuanto realidad efectiva absoluta, de su irrealidad efectiva, o bien, ambos lados, conforme a sus contradicciones, le valen a ella inmediatamente como su esencia, que está, entonces, enloquecida en lo más íntimo.

Algunas aclaraciones

X108X = Unwesen. En realidad, en lenguaje ordinario, Unwesen es un monstruo, algo espantoso.

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Conversations in Washington

[376] [376]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition While it expresses both this moment of its own self-aware downfall and therein the result of its experience, it shows itself to be this inner inversion of its self, as the madness of a consciousness for which its essence is immediately a non-essence and its actuality a non-actuality. – The madness cannot be taken to mean that in general the essenceless is taken to be the essence, or that the non-actual is taken to be actual, so that what for one person would be essential or actual would not be so for another, and the consciousness of the actual and of the non-actual, or of the essential and the inessential, would come apart. – However much something is in fact actual and essential for consciousness per se but is not so for me, still I have at the same time in the consciousness of its nullity the consciousness of its actuality since I too am consciousness per se – and while they are both fixed, so is this a unity that is insanity in general. However, in such a condition, there is for consciousness only an object which has gone mad, not consciousness per se within itself and for itself. As a consequence of the experience which has resulted here, consciousness is, however, in its law aware of itself as this actuality, and, at the same time, while it is, to itself, just this same essentiality, this same actuality is alienated, it is as self-consciousness, as absolute actuality aware of its own non-actuality; or, according to their contradictions, both aspects immediately are valid to it as its essence, which thus in its innermost aspects has gone mad.

Conversaciones en el Atrium

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