Gespräche in der Dämmerung 00363
Parte de:
C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst] / a. El placer y la necesidad [a. Die Lust und die Notwendigkeit]
[La nada de la singularidad individual; las abstracciones vacías y la necesidad]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[363] Die genossene Lust hat wohl die positive Bedeutung, sich selbst als gegenständliches Selbstbewußtsein geworden zu sein, aber ebensosehr die negative, sich selbst aufgehoben zu haben; und indem es seine Verwirklichung nur in jener Bedeutung begriff, tritt seine Erfahrung als Widerspruch in sein Bewußtsein ein, worin die erreichte Wirklichkeit seiner Einzelheit sich von dem negativen Wesen vernichtet werden sieht, das wirklichkeitslos jener leer gegenübersteht und doch die verzehrende Macht desselben ist. Dieses Wesen ist nichts anderes als der Begriff dessen, was diese Individualität an sich ist. Sie ist aber noch die ärmste Gestalt des sich verwirklichenden Geistes; denn sie ist sich erst die Abstraktion der Vernunft oder die Unmittelbarkeit der Einheit des Fürsich– und des Ansichseins-, ihr Wesen ist also nur die abstrakte Kategorie. Jedoch hat sie nicht mehr die Form des unmittelbaren einfachen Seins, wie dem beobachtenden Geiste, wo sie das abstrakte Sein oder, als Fremdes gesetzt, die Dingheit überhaupt ist. Hier ist in diese Dingheit das Fürsichsein und die Vermittlung getreten. Sie tritt daher als Kreis auf, dessen Inhalt die entwickelte reine Beziehung der einfachen Wesenheiten ist. Die erlangte Verwirklichung dieser Individualität besteht daher in nichts anderem, als daß sie diesen Kreis von Abstraktionen aus der Eingeschlossenheit des einfachen Selbstbewußtseins in das Element des [272] Für-es-Seins oder der gegenständlichen Ausbreitung herausgeworfen hat. Was dem Selbstbewußtsein also in der genießenden Lust als sein Wesen zum Gegenstande wird, ist die Ausbreitung jener leeren Wesenheiten, der reinen Einheit, des reinen Unterschiedes und ihrer Beziehung; weiter hat der Gegenstand, den die Individualität als ihr Wesen erfährt, keinen Inhalt. Er ist das, was die Notwendigkeit genannt wird; denn die Notwendigkeit, das Schicksal u. dgl., ist eben dieses, von dem man nicht zu sagen weiß, was es tue, welches seine bestimmten Gesetze und positiver Inhalt sei, weil es der absolute, als Sein angeschaute reine Begriff selbst ist, die einfache und leere, aber unaufhaltsame und unstörbare Beziehung, deren Werk nur das Nichts der Einzelheit ist. Sie ist dieser feste Zusammenhang, weil das Zusammenhängende die reinen Wesenheiten oder die leeren Abstraktionen sind; Einheit, Unterschied und Beziehung sind Kategorien, deren jede nichts an und für sich, nur in Beziehung auf ihr Gegenteil ist und die daher nicht auseinanderkommen können. Sie sind durch ihren Begriff aufeinander bezogen, denn sie sind die reinen Begriffe selbst; und diese absolute Beziehung und abstrakte Bewegung macht die Notwendigkeit aus. Die nur einzelne Individualität, die nur erst den reinen Begriff der Vernunft zu ihrem Inhalte hat, statt aus der toten Theorie in das Leben sich gestürzt zu haben, hat sich also vielmehr nur in das Bewußtsein der eigenen Leblosigkeit gestürzt und wird sich nur als die leere und fremde Notwendigkeit, als die tote Wirklichkeit zuteil.
Conversaciones en Valencia
[La nada de la singularidad individual; las abstracciones vacías y la necesidad]
[363]1Epígrafe propuesto por Atrium Philosophicum: La nada de la singularidad individual; las abstracciones vacías y la necesidad. El placer gozado tiene el significado positivo de haberse él devenido a sí mismo autoconciencia objetiva [Fausto en Margarita, o Margarita como objeto del deseo de Fausto], pero asimismo tiene el significado negativo de haberse suprimido y superado a sí mismo [de haberse cancelado Fausto en Margarita al arruinar Fausto a ésta]; y en cuanto la autoconciencia concibió su realización sólo en ese primer significado [positivo], esta experiencia penetra como una contradicción en su conciencia, en la que la alcanzada realidad de esa su individualidad particular [Einzelnheit] se ve aniquilada por ese su otro ser negativo que, carente de toda realidad, queda vacíamente frente a aquella realización, convirtiéndose en el poder devorador y consumidor de la autoconciencia [y en que consiste autoconciencia]. Este ser negativo [o entidad negativa] no es otra cosa que el concepto de aquello que esta individualidad [Individualität] es en sí. Pero esta individualidad es todavía la forma más pobre del espíritu que se realiza a sí mismo X223X2Recuérdense las consideraciones de Sören Kierkegaard sobre este «lado estético» de la existencia y véase en particular la interpretación que Kierkegaard hace de los mismos pasajes del Fausto de Goethe en el cap. IV de la primera parte de Aut, … Aut. [es decir, es la forma más pobre del espíritu en este realizarse el espíritu a sí mismo, en el darse el espíritu realidad a sí mismo, en ese procurarse el concepto la realidad de la que es concepto]; pues esa individualidad se empieza siendo [o no es sino] la abstracción de la razón, o lo que es lo mismo: se empieza ella siendo [o no es sino] la inmediatez de la unidad del ser-para-sí y del ser-en-sí; la esencia de esa individualidad, o lo que esa individualidad es [aquello en que esa individualidad consiste], sólo es, por tanto, la categoría abstracta [o la abstracta categoría]. Sin embargo, esa individualidad no tiene ya la forma del ser [Seyn] inmediato, del simple ser, como para el espíritu que observa, en el cual esa individualidad es el ser [Seyn] abstracto, o en el que esa individualidad, puesta como algo extraño, es o era la coseidad en general [recuérdese el final del cap. V, A]. Aquí [es decir, en el punto en que estamos], en esa coseidad han penetrado el ser-para-sí y la mediación [esa coseidad tiene ya como ingrediente suyo el ser-para-sí]. Esa individualidad aparece, por tanto, como el círculo cuyo contenido es la pura relación [o relación pura] de esencialidades simples, una vez desarrolladas estas. La realización conseguida de esta individualidad [el conseguir esta individualidad su realización] no consiste, por tanto, en otra cosa que en que a este círculo de abstracciones la individualidad lo ha arrancado de su quedar encerrado en la simple autoconciencia, y lo ha echado fuera al elemento del ser-para-ella [al elemento del otro y de lo otro] y de la expansión objetiva [del quedar ahí como objeto, del extenderse y desenvolverse y dilatarse ahí como objeto]. Así pues, lo que a la autoconciencia se le convierte en objeto como esencia suya [es decir, en esencia de ella, en Wesen de ella], en este placer disfrutante [en ese su placer gozante, en ese su estar gozando del placer], no es sino la difusión o despliegue de aquellas vacías esencialidades o vacías abstracciones, es decir, de la pura unidad, de la pura diferencia y de su relación; el objeto del que la individualidad hace experiencia como esencia suya [como constituyendo ese objeto el ser de ella], no tiene ningún otro contenido; ese objeto es lo que se llama necesidad [Notwendigkeit]; y la necesidad, el destino y demás cosas así consisten precisamente en que no se sabe decir qué es lo que hacen, cuáles son sus determinadas leyes y su positivo contenido, porque el destino es el concepto puro absoluto mismo en su hacerse presente y su quedar visto como ser [Seyn] [su quedar ahí a la vista] X224X,3El quedar ahí a la vista el concepto como ser es el destino. El quedar ahí a la vista el concepto como concepto es el tiempo en su devoradora negatividad. Son observaciones que el autor deja caer de vez en cuando. la relación pura y vacía pero imparable e imperturbable, cuya obra no puede ser sino la nada de la individualidad particular [cuya obra no puede ser sino el convertir en nada a la individualidad, a la Einzelnheit, el «hacerla polvo»]. La necesidad es este sólido contexto, es este sólido plexo o textura, precisamente porque las cosas que en ella están en conexión son las esencialidades puras o las abstracciones vacías; unidad, diferencia y relación [que son las esencialidades o abstracciones a las que nos referimos] son categorías, cada una de las cuales no es nada en y para sí, sino que sólo es en relación con su contrario y, por tanto, no puede soltarse de él ni andar separada de por sí. Por su propio concepto esas abstracciones están referidas las unas a las otras, pues son los conceptos puros mismos [es decir, no son más que eso]; y son esa relación absoluta y ese movimiento abstracto los que constituyen la necesidad [Notwendigkeit]. Esta individualidad, no más que ahí suelta, que no empieza teniendo por contenido sino el puro concepto de razón [o el concepto puro de la razón, el concepto no más que abstracto], en vez de haberse zambullido en la vida abandonando la teoría muerta, más bien no ha hecho sino zambullirse en [o lanzarse a, y despeñarse en] la conciencia de su propia carencia de vida, y sólo se vuelve participe de sí misma en términos de una necesidad vacía, en términos de una necesidad que le es extraña, en términos de realidad muerta.
Algunas aclaraciones
X223X = Recuérdense las consideraciones de Sören Kierkegaard sobre este «lado estético» de la existencia y véase en particular la interpretación que Kierkegaard hace de los mismos pasajes del Fausto de Goethe en el cap. IV de la primera parte de Aut, … Aut.
X224X = El quedar ahí a la vista el concepto como ser es el destino. El quedar ahí a la vista el concepto como concepto es el tiempo en su devoradora negatividad. Son observaciones que el autor deja caer de vez en cuando.
Conversaciones en Madrid
[363] El placer disfrutado tiene, sin duda, el significado positivo de que la conciencia ha llegado a serse a sí misma como autoconciencia objetual, pero también, y en la misma medida, tiene el significado negativo de haber quedado cancelada ella misma; y al concebir su realización efectiva únicamente en aquel primer significado, a su experiencia entra en su conciencia como la contradicción de que la realidad efectiva que ha alcanzado de su singularidad se vea aniquilada por la esencia negativa que, carente de realidad y vacía, se enfrenta a aquella realidad, y, sin embargo, es el poder que devora la autoconciencia. Esta esencia no es otra cosa que el concepto de lo que esta individualidad es en sí. Pero ésta última es todavía la figura más pobre del espíritu en proceso de realizarse efectivamente; pues, de primeras. ella sólo se es a sus ojos la abstracción de la razón, o la inmediatez de la unidad del ser para sí y del ser en sí; su esencia, entonces, es sólo la categoría abstracta. Sin embargo, esa individualidad ya no tiene la forma del ser inmediato, simple, como era el caso a los ojos del espíritu que observa, donde era el ser abstracto, o bien, puesta como extraña, era la cosidad sin más. Aquí, el ser-para-sí y la mediación han entrado en esa cosidad. Por eso, la individualidad entra en escena como un círculo cuyo contenido es la referencia pura desarrollada de las esencialidades simples. Por eso, la realización efectiva que se ha alcanzado de esta individualidad no consiste sino en que ella ha expulsado este círculo de abstracciones fuera del enclaustramiento de la autoconciencia simple para arrojarlo al elemento del ser para ella, o de la expansión objetual. Lo que, entonces, en el disfrute de su placer, se le convierte a la autoconciencia en objeto como su esencia es la expansión de aquellas esencialidad es vacías, de la unidad pura, de la diferencia pura y de su referencia; más allá de esto, el objeto que la individualidad experimenta como su esencia carece de todo contenido. Él es lo que se llama la necesidad; pues la necesidad, el destino y cosas semejantes es justamente eso de lo que no se sabe decir qué es lo que hace, cuáles son sus leyes determinadas y su contenido positivo, porque es el concepto puro, absoluto, contemplado como ser, la referencia simple y vacía, pero irresistible e imperturbable cuya obra no es más que la nada de la singularidad. Ella, la necesidad, es esta conexión firme, porque lo que está en conexión son las esencialidad es puras o las abstracciones vacías; unidad, diferencia y referencia son categorías tales que ninguna de ellas es nada en y para sí, sino sólo en referencia a su contrario, y que, por lo tanto, no pueden separarse. Están referidas unas a otras por medio de su concepto, pues son los conceptos puros mismos; y esta referencia absoluta y movimiento abstracto es lo que constituye la necesidad. La individualidad que es sólo singular, la cual, de primeras, no tiene por contenido suyo más que el concepto puro de la razón, en lugar de arrojarse a la vida desde la teoría muerta, más bien se ha precipitado tan sólo en la conciencia de su propia carencia de vida, y no se imparte a sí más que como la necesidad vacía y extraña, como la realidad efectiva muerta.
Conversations in Washington
[363] [363]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition The pleasure enjoyed indeed positively signifies that it has come to be objective self-consciousness to itself, but it just as much negatively signifies that it has sublated itself. While it conceives of its actualization only in the former sense, its experience enters its consciousness as a contradiction in which the attained actuality of its singular individuality sees itself destroyed by the negative essence, which confronts it as empty and devoid of actuality, but which nonetheless is its all-consuming power. This essence is nothing but the concept of what this individuality is in itself. However, this individuality is still the poorest shape of self-actualizing spirit, since it is, to itself, the very abstraction of reason, or it is the immediacy of the unity of being-for-itself and being-in-itself. Its essence is therefore only the abstract category. However, it no longer has the form of immediate, simple being, a form which it had for the observing spirit, where it was abstract being, or posited as alien, or was thinghood itself. Here, being-for-itself and mediation have entered into this thinghood. Therefore, they come on the scene here as a circle whose content is the developed pure relation of the simple essentialities. The attained actualization of this individuality thus consists in nothing more than this, namely, that this cycle of abstractions has been cast out from the self-enclosed confines of simple self-consciousness into the element of being-for-itself, or into the element of objective expansion. Thus, to self-consciousness, what in its savoring of its pleasure comes to be the object as its essence is the further expansion of those empty essentialities, or of pure unity, of pure difference, and of their relation. Furthermore, the object, which individuality experiences as its essence, has no content. It is what is called necessity, since necessity, fate, and the like, is just this: That we do not know how to say what it is doing or what its determinate laws and its positive content are supposed to be because it is the absolute pure concept itself intuited as being, the simple and empty but nonetheless inexorable and impassive relation whose work is only the nothingness of singular individuality. The relation is this firm connection because what is connected are the pure essentialities, or the empty abstractions. Unity, difference, and relation are categories, each of which is in and for itself nothing and each of which is only in relation to its opposite. Thus, they cannot be decoupled from each other. They are related to each other through their concept, since they are the pure concepts themselves, and it is this absolute relation and abstract movement which constitutes necessity. Instead of having plunged from dead theory into life, the only singular individuality, which at first has only the pure concept of reason for its content, has thus instead plunged into the consciousness of its own lifelessness, and, to itself, has come to be only as empty and alien necessity, as dead actuality.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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