Gespräche in der Dämmerung 00353
Parte de:
C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst]
[De cómo hay que entender lo precedente de este cap. V y lo que va a seguir: de que así como el cap. V, A ha sido una repetición de los caps. I, II y III, el cap. V, B es una repetición del cap. IV; la eticidad]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[353] Aus diesem Glücke aber, seine Bestimmung erreicht zu haben und in ihr zu leben, ist das Selbstbewußtsein, welches zunächst nur unmittelbar und dem Begriffe nach Geist ist, herausgetreten, oder auch es hat es noch nicht erreicht; denn beides kann auf gleiche Weise gesagt werden. [266]
Conversaciones en Valencia
[353] Pero de esta felicidad de haber alcanzado su determinación y de vivir en ella queda fuera o ha quedado fuera [se sale o se ha salido] la autoconciencia que por de pronto sólo es espíritu de forma inmediata y conforme al concepto X201X,1Vide infra Algunas aclaraciones X201X. o también: [no es que se haya salido, o haya quedado fuera, sino que] todavía no la ha alcanzado; pues ambas cosas pueden igualmente decirse X202X.2Vide infra Algunas aclaraciones X202X.
Algunas aclaraciones
X201X
El autor va a pasar a explicar enseguida esta importante idea. Recuerde el lector que el nivel en que estamos es el de ser la conciencia racional toda realidad, en el sentido de que la conciencia racional no encuentra en todo sino lo suyo, pero ahora como obra suya. Esto que acabo de decir es el concepto de ello. Ahora se trata de saber de qué realidad ese concepto es concepto. Y se va a plantear la cuestión de si esa realidad de la que ese concepto es concepto es algo a lo que vamos, o de lo que venimos. Aconsejo al lector que tome el camino de en medio, y decida que se trata de una realidad siempre en trámite de ejecución, de la que en parte venimos y a la que en parte vamos y en ambos casos como obra nuestra. De esta forma el lector podrá tener a la vista desde el principio el carácter de tradición que esa realidad tiene de por sí. Pero se trata de tradición para la conciencia moderna, para aquella conciencia que desde el yo pienso y dimanando todo de él, va a ver todo como obra suya y va a querer todo también como habiendo de consistir en obra suya. Por tanto, el llamar tradición a esta realidad de la que el concepto de que aquí se trata ha de ser concepto; de la que, por tanto, conforme a lo que dice el autor, se produce un movimiento de ida a la vez que de venida, no puede ser incompatible con lo que voy a decir en la nota siguiente. Las tradiciones de la conciencia racional llevan ya dentro la tensión que ese doble movimiento representa.
X202X
La idea que el autor acaba de expresar por primera vez en este breve párrafo, y en la que volverá a insistir, es de fundamental importancia para la comprensión del libro. Aquello a lo que vamos, a la eticidad, es decir, a la estructura del lado práctico de la razón (ethos, praxis, phronesis) considerando ese lado en el «elemento de la categoría» que es a donde ese lado propiamente pertenece, el ir a ello, digo, por ser un ir sabiente, es ya un volver. Por tanto, la existencia moderna, o tiene que ser quizá también este inmenso vacío, o al menos le ronda este inmenso vacío (en ello insistirá varias veces el autor) que consiste en que aquello a donde se va es propiamente lo que ya quedó detrás y de donde se viene. El árbol del conocimiento convierte a todo paraíso, incluso a todo paraíso del futuro, en el paraíso que ya se ha perdido. O también (como venía a decirlo Samuel Beckett, hablando de En busca del tiempo perdido de Proust): para la conciencia moderna, el lugar de la felicidad, de la eudaimonia, de la Glückseligkeit que se busca, propiamente quedó siempre ya detrás, o por lo menos es huidizo, es siempre también un no-lugar. Pero ni siquiera hace falta hablar de paraísos, sino que toda estancia adonde sabedoramente se va, por irse sabedoramente a ella, se ha dejado ya detrás, es algo respecto a lo que se está ya más allá; a donde se va es propiamente al sí-mismo que ya siempre se era, en el carácter incondicionado de él, que ha dejado, por tanto, ya detrás cualquier eticidad simple, cualquier concreción; esa conciencia no puede tener en serio otra estancia que a ella misma, es decir, ninguna estancia concreta. Por tanto, la existencia moderna, la radical actualidad de la existencia moderna, es una actualidad sin paraíso y sin estancia, es un insistente estar ya de vuelta de allí donde se quería ir, un hueco, o al menos así lo parece; de ahí también lo furibundo de las afirmaciones en contra (de las afirmaciones que consisten en negar tal hueco).
El dramático y polémico abrirse de ese abisal vacío, o el estar constantemente rondando ese abisal vacío, lo desarrolla el autor en el cap. VI, B y en el cap. VI, C, c.
En el cap. VI, A, a y en cap. VI, A, b, se describe la estancia (la verdadera eticidad) de la que la existencia moderna es el reverso o se sabe reverso, y en el cap. VI, A, c, se describe o empieza a describirse por qué y cómo la existencia moderna se convierte en reverso de esa estancia. El cap. VI, A, c, se completa con el cap. VI, B, III y el cap. VI, C, c.
En el presente cap. V, B se analizan elementos de ida que resultan no ser sino elementos de vuelta. Hegel analiza la «conciencia fáustica» (cap. V, B, a), la «conciencia utópica» (cap. V, B, b) y la conciencia noble o «conciencia de la virtud» (cap. V, C, c).
Paso a otro asunto distinto, a la cuestión del «alma bella» en Goethe y en Schiller. En el cap. V, B, c («La virtud y el curso del mundo») se trata, en parte, de una versión reflexiva de lo que Aristóteles llamaba οἱ χαρἱενες frente a οἱ πολλοί (o los muchos, o el montón, o la caterva), o en parte también lo que Schiller llamaba el «alma bella». Sólo que Hegel reserva esta denominación de Schiller para una figura diferente, que analiza al final del cap. VI, C, c, dando a esta denominación un sentido bastante distinto al que Schiller le da, por ejemplo, en Über Anmuth und Würde («Sobre la gracia y la dignidad»).
Pero lo que Hegel analiza en el cap. V, C, c, «La virtud y el curso del mundo», tampoco es sin más el «alma bella» de Schiller. Hegel era demasiado complejo como para creerse la simpleza de esa noción de Schiller.

Y, a su vez, lo que Hegel analiza al final del cap. VI, C, c («La conciencia moral, el alma bella, el mal y su perdón»), no es lo que Schiller entiende por «alma bella» en Über Anmuth und Würde («Sobre la gracia y la dignidad»), sino más bien (aunque sólo en parte) una versión cambiada (y radicalizada en los términos en que el propio Hegel señala) de lo que describe Goethe en el libro sexto de Wilhelm Meisters Lehrjahre («Confesiones de un alma bella»).

Hegel, lo mismo que cualquier académico de Jena, manejaba a la perfección esta clase de referentes, pues eran «su ambiente». Pero podernos decir que Hegel evoca figuras y conceptos, tanto de Schiller como de Goethe, que, sin embargo, Hegel no deja estar en la articulación y estructura que esos conceptos ofrecen en sus fuentes. Eso no es óbice para que, como ya he dicho, quizá no sea exagerado afirmar que, al menos en el esbozo de las principales visiones de Hegel, subyace siempre alguna idea de Schiller. No en vano, como ya he dicho más arriba en otra nota, la Fenomenología del espíritu se cierra con una cita de Schiller (vide en 00238 nota X24X).
Conversaciones en Madrid
[353] Sin embargo, de esta dicha de haber alcanzado su determinación y de vivir en ella es de donde la autoconciencia, que, de primeras, es espíritu sólo de manera inmediata y según el concepto, ha salido, o bien: ella no ha alcanzado esa dicha todavía; pues que ambas cosas pueden decirse de la misma manera.
Conversations in Washington
[353] [353]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition However, once self-consciousness has attained this happy fortune,4Glücke that is, where self-consciousness has achieved its destiny5Bestimmung and where it lives surrounded by that destiny, then self-consciousness, which is according to the concept at first spirit and is spirit only immediately, leaves it behind; or also – it has not yet achieved its destiny, for both can be equally said.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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