Gespräche in der Dämmerung 00346

Parte de:

C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / c. Observación de la relación de la autoconciencia con su realidad inmediata; fisiognómica y teoría del cráneo [c. Beobachtung der Beziehung des Selbstbewußtseins auf seine unmittelbare Wirklichkeit; Physiognomik und Schädellehre]

 

[El significado negativo]

Gespräche in Jena

[346] Gehirnfibern u. dgl., als das Sein des Geistes betrachtet, sind schon eine gedachte, nur hypothetische, – nicht daseiende, nicht gefühlte, gesehene, nicht die wahre Wirklichkeit; [261] wenn sie da sind, wenn sie gesehen werden, sind sie tote Gegenstände und gelten dann nicht mehr für das Sein des Geistes. Aber die eigentliche Gegenständlichkeit muß eine unmittelbare, sinnliche sein, so daß der Geist in dieser als toten – denn der Knochen ist das Tote, insofern es am Lebendigen selbst ist – als wirklich gesetzt wird. – Der Begriff dieser Vorstellung ist, daß die Vernunft sich alle Dingheit, auch die rein gegenständliche, selbst ist; sie ist aber dies im Begriffe, oder der Begriff nur ist ihre Wahrheit, und je reiner der Begriff selbst ist, zu einer desto alberneren Vorstellung sinkt er herab, wenn sein Inhalt nicht als Begriff, sondern als Vorstellung ist, – wenn das sich selbst aufhebende Urteil nicht mit dem Bewußtsein dieser seiner Unendlichkeit genommen wird, sondern als ein bleibender Satz, und dessen Subjekt und Prädikat jedes für sich gelten, das Selbst als Selbst, das Ding als Ding fixiert und doch eins das andere sein soll. – Die Vernunft, wesentlich der Begriff, ist unmittelbar in sich selbst und ihr Gegenteil entzweit, ein Gegensatz, der eben darum ebenso unmittelbar aufgehoben ist. Aber sich so als sich selbst und als ihr Gegenteil darbietend und festgehalten in dem ganz einzelnen Momente dieses Auseinandertretens, ist sie unvernünftig aufgefaßt; und je reiner die Momente desselben sind, desto greller ist die Erscheinung dieses Inhalts, der allein entweder für das Bewußtsein ist oder von ihm unbefangen allein ausgesprochen wird. – Das Tiefe, das der Geist von innen heraus, aber nur bis in sein vorstellendes Bewußtsein treibt und es in diesem stehenläßt, – und die Unwissenheit dieses Bewußtseins, was das ist, was es sagt, ist dieselbe Verknüpfung des Hohen und Niedrigen, welche an dem Lebendigen die Natur in der Verknüpfung des Organs seiner höchsten Vollendung, des Organs der Zeugung, und des Organs des Pissens naiv ausdrückt. – Das unendliche Urteil als unendliches wäre die Vollendung des sich selbst erfassenden Lebens; das in der Vorstellung bleibende Bewußtsein desselben aber verhält sich als Pissen.[262]

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Conversaciones en Valencia

[346] Las fibras cerebrales y cosas por el estilo, consideradas como ser del espíritu, son ya una realidad pensada, sólo hipotética, no una realidad que esté ahí, no una realidad sentida, vista, no la verdadera realidad; y cuando quedan ahí delante, cuando pueden verse, son objetos muertos, y entonces no pueden considerarse ya el ser del espíritu. Ahora bien, la objetualidad propiamente dicha tiene que ser una objetualidad inmediata, sensible [no una objetualidad pensada e hipotética], por eso la observación pasa del cerebro al cráneo], de suerte que [o a fin de que] sea en esa objetualidad en tanto que muerta [es decir, sea en esa objetualidad en cuanto objetualidad y no más que objetualidad] — pues el hueso es lo muerto, pero lo muerto en cuanto está en lo vivo y pertenece a lo vivo—, que sea en esa objetualidad, digo, donde quede puesto el espíritu en cuanto real. — El concepto de esta representación [el concepto que subyace en esta representación de que el ser de la autoconciencia radica en definitiva en el cráneo, en un hueso] es que la razón se es ella misma toda coseidad [toda cosa] X186X,1Es decir, es el concepto de razón, del que hemos partido. también la puramente objetual [es decir, la que tiene puramente carácter de objeto, la que no es más que objeto-objeto]; sí, pero la razón es ello en el concepto, o lo que es lo mismo: sólo el concepto es su verdad X187X2Es decir, sólo se tiene delante (verdad, objeto) cuando lo que ella es, es lo absolutamente otro de ella (concepto). Ahora es cuando ha dado ella consigo, ahora es cuando se tiene delante, ahora es cuando ha dado alcance al objeto que buscaba. Toda cosa es ella y ella es cosa. [la verdad de la razón], y cuanto más puro sea el concepto mismo tanto más tonta y necia será la representación [el no-concepto] en que el concepto se sume o se hunde, cuando ese su contenido no es [no está] como concepto sino como representación [como no-concepto], es decir, cuando el juicio que se suprime y supera a sí mismo [que se cancela y borra a sí mismo] no es tomado con conciencia de esa su infinitud, sino que se lo toma por un enunciado fijo, es decir, que queda parado ahí, cuyo sujeto y predicado valen cada uno de por sí, y el sí-mismo [el self] queda fijo o se vuelve fijo como self, y la cosa queda fijada o se vuelve fija como cosa y, sin embargo, el uno ha de ser el otro [pues la cosa se predica del self como consistiendo el self en ella]. — Pues la razón, y la razón es esencialmente el concepto [o la razón es esencialmente concepto], no puede menos [como concepto] que estar inmediatamente disociada en dos: en ella misma y en su contrario, una contraposición que precisamente por eso [por ser esa contraposición la razón misma] queda asimismo también suprimida y superada inmediatamente X188X.3Volvemos, pues, a consideraciones introducidas al final del cap. III con base en El sofista de Platón. Pero al presentarse [u ofrecerse] ella misma como sí misma y como su contrario, resulta que cuando se la fija en los momentos enteramente particulares o singulares (en que consiste ese su aparecer ella separada y disociada de sí misma), cuando se la fija así, digo, se la está aprehendiendo irracionalmente; y cuanto más puros son los momentos en que ella se muestra [en ese su aparecer ella separada de sí y disociada de sí], tanto más estridente es el fenómeno de ese contenido que o bien es sólo para la conciencia [es decir, no para ésta en cuanto autoconciencia o en cuanto razón], o bien sólo la conciencia lo expresa con tal desparpajo y tranquilidad. — Lo profundo que el espíritu saca de sí pero que él sólo empuja hasta su conciencia representativa [hasta esa conciencia que sólo opera con representaciones] y lo deja estar en ella [sin llegar al concepto], y la insipiencia de esa conciencia acerca de qué es aquello que ella dice [es decir, acerca de qué es lo que dice, acerca de qué es aquello sobre lo que ella está versando], representan una conexión entre lo alto y lo bajo que es la misma que la que en el ser vivo la naturaleza expresa ingenuamente en la conexión del órgano de su suprema consumación, el órgano de la generación, y el órgano de mear. — El juicio infinito, en cuanto infinito, sería la consumación de la vida que se aprehende a sí misma [o de la vida en su aprehenderse a sí misma] X189X,4Si la vida es auto-telos, no cabe duda de que en el punto en que nos encontramos, la vida (en cuanto autoconsciente) se ha alcanzado a sí misma, «ha dado el do de pecho» ha llegado a la cúspide o a una de las cúspides que ella es para sí misma; se ha consumado, pues. Pero al quedarse en representación, sin llegar a hacerse concepto, la conciencia observadora en lugar de tomarse eso (en lugar de tomarse el ejercicio del órgano como el que ella se descubre) por su lado de estar haciendo el amor y engendrando (queriéndose y poniéndose como el concepto que ella es), se lo toma como un estar meando. pero la conciencia de esa vida, cuando esa conciencia se queda en la representación [sin llegar al concepto], se comporta en ello como un estar meando.

Algunas aclaraciones

X186X = Es decir, es el concepto de razón, del que hemos partido.

X187X = Es decir, sólo se tiene delante (verdad, objeto) cuando lo que ella es, es lo absolutamente otro de ella (concepto). Ahora es cuando ha dado ella consigo, ahora es cuando se tiene delante, ahora es cuando ha dado alcance al objeto que buscaba. Toda cosa es ella y ella es cosa.

X188X = Volvemos, pues, a consideraciones introducidas al final del cap. III con base en El sofista de Platón.

X189X = Si la vida es auto-telos, no cabe duda de que en el punto en que nos encontramos, la vida (en cuanto autoconsciente) se ha alcanzado a sí misma, «ha dado el do de pecho» ha llegado a la cúspide o a una de las cúspides que ella es para sí misma; se ha consumado, pues. Pero al quedarse en representación, sin llegar a hacerse concepto, la conciencia observadora en lugar de tomarse eso (en lugar de tomarse el ejercicio del órgano como el que ella se descubre) por su lado de estar haciendo el amor y engendrando (queriéndose y poniéndose como el concepto que ella es), se lo toma como un estar meando.

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Conversaciones en Madrid

[346] Pues las fibras cerebrales XX*X5Seguramente, Hegel alude a la teoría de las fibras cerebrales del suizo Charles Bonnet (1720-1793), para quien la armonía del juicio y del entendimiento, por ejemplo, correspondía a, o se seguía de, los correspondientes enlaces de fibras intelectuales. Su Essai analytique sur les facultés de l’âme (Copenhage, 1759) había sido traducido al alemán por M. Christian Gottfried Schütz en 1770: Bonnet, K.: Analytischer Versuch über die Seelekräfte, Bremen y Leipzig, 1770. y otras cosas semejantes, consideradas como el ser del espíritu, son una realidad efectiva pensada, sólo hipotética: no están ahí, no son sentidas, ni vistas, no son la realidad efectiva verdadera; cuando están ahí, cuando se las ve, son objetos muertos, y no valen ya entonces como el ser del espíritu. Pero la objetualidad propiamente dicha tiene que ser una objetualidad inmediata, sensible, de tal manera que el espíritu esté puesto como efectivamente real en esta objetualidad en cuanto muerta: pues el hueso es lo muerto en la medida en que esto muerto está en lo viviente mismo: como efectiva y realmente puesto. — El concepto de esta representación es que la razón se sea a sí toda cosidad, también la cosidad puramente objetual misma; pero tal cosidad lo es en el concepto, o bien, el concepto es sólo su verdad, y cuanto más puro sea el concepto mismo, tanto más estúpida es la representación a la que se degrada cuando su contenido no es como concepto, sino como representación: cuando el juicio que se cancela a sí mismo no es tomado con la conciencia de esta infinitud suya, sino como una proposición permanente, cuyo sujeto y predicado valen cada uno para sí, el sí-mismo fijado como sí-mismo, la cosa como cosa, debiendo, sin embargo, lo uno ser lo otro. — La razón, que esencialmente es concepto, se halla inmediatamente escindida en sí misma y su contrario, una oposición que, precisamente por eso, está, en la misma medida, inmediatamente cancelada. Pero, al ofrecerse así, como sí misma y como su contrario, y sostenida firmemente en el momento, totalmente singular, de este disociarse, queda aprehendida de manera no racional; y cuanto más puros sean los momentos de esa disociación, tanto más chirría la aparición fenoménica de este contenido, el cual, o bien es sólo para la conciencia, o bien es sólo enunciado por ella sin complejos. — Lo profundo que el espíritu se afana en sacar desde dentro, mas sólo hasta el nivel de su conciencia representadora, para dejarlo detenido en ella, junto a la ignorancia de esta conciencia respecto a qué es lo que ella dice: se trata de la misma conjunción de lo elevado y lo abyecto que la naturaleza expresa ingenuamente en lo viviente al juntar en uno solo el órgano de su consumación suprema, el órgano de la procreación, y el órgano para orinar. — El juicio infinito, en cuanto infinito, sería la culminación de la vida que se capta a sí misma, pero la conciencia de la vida que se queda en la representación se comporta como el orinar.

Algunas aclaraciones

XX*X = Seguramente, Hegel alude a la teoría de las fibras cerebrales del suizo Charles Bonnet (1720-1793), para quien la armonía del juicio y del entendimiento, por ejemplo, correspondía a, o se seguía de, los correspondientes enlaces de fibras intelectuales. Su Essai analytique sur les facultés de l’âme (Copenhage, 1759) había sido traducido al alemán por M. Christian Gottfried Schütz en 1770: Bonnet, K.: Analytischer Versuch über die Seelekräfte, Bremen y Leipzig, 1770.

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Conversations in Washington

[346] [346]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Viewed as the being of spirit, brain-fibers and the like are already only a hypothetical actuality that has itself only been thought about – they are not existing, not felt, not seen actualities, or they are not the true actuality. If they are there, if they are seen, they are dead objects, and then they no longer count as the being of spirit. However, its genuine objectivity must be immediate and sensuous, so that in this objectivity as dead – for the bone is dead insofar as what is dead is in the living being itself – spirit is posited as actual. – The concept of this representational thought is the following. Reason is, to itself, all thinghood, also purely objective thinghood itself. However, it is this within the concept; or, the concept alone is the truth of reason, and the purer the concept itself is, the more foolish is the representational thought into which it sinks if its content is [taken] not as concept but instead as representation – if the self-sublating judgment is not taken with the consciousness of its infinity but is instead taken to be an enduring proposition, whose subject and predicate each count as valid on their own7für sich and where the self is fixed as self, the thing as thing, and, for all that, where one is supposed to be the other. – Within itself, reason, or essentially the concept, is immediately estranged into itself and its opposite, an opposition which, just for that reason, is immediately sublated. However, if reason presents itself in this way both as itself and its opposite, and if it is held fast in the entirely singular moments of this falling apart, then reason is grasped irrationally.8unvernünftig The purer the moments of this falling-apart are, the more tawdry is the appearance of this content, which is either solely for consciousness, or is solely expressed naively by consciousness. – The depth from which spirit pushes out from its inwardness but which it only manages to drive to the level of representational consciousness and then abandons it there – and the ignorance of this consciousness about what it says – are the same kind of connection of higher and lower which, in the case of the living being, nature itself naively expresses in the combination of the organ of its highest fulfillment, the organ of generation, with the organ of urination. – The infinite judgment as infinite would be the completion of self-comprehending life, whereas the consciousness of the infinite judgment which remains within representational thought conducts itself like urination.

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Conversaciones en el Atrium

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