Gespräche in der Dämmerung 00327
Parte de:
C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / c. Observación de la relación de la autoconciencia con su realidad inmediata; fisiognómica y teoría del cráneo [c. Beobachtung der Beziehung des Selbstbewußtseins auf seine unmittelbare Wirklichkeit; Physiognomik und Schädellehre]
[Otra relación entre interior y exterior aparte de la psicología y la fisiognómica. — Espíritu, cerebro y cráneo]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[327] Das Nervensystem hingegen ist die unmittelbare Ruhe des Organischen in seiner Bewegung. Die Nerven selbst sind zwar wieder die Organe des schon in seine Richtung nach außen versenkten Bewußtseins; Gehirn und Rückenmark aber dürfen als die in sich bleibende – die nicht gegenständliche, die auch nicht hinausgehende – unmittelbare Gegenwart des Selbstbewußtseins betrachtet werden. Insofern das Moment des Seins, welches dies Organ hat, ein Sein für Anderes, Dasein ist, ist es totes Sein, nicht mehr Gegenwart des Selbstbewußtseins. Dies Insichselbstsein ist aber seinem Begriffe nach eine Flüssigkeit, worin die Kreise, die darein geworfen werden, sich unmittelbar auflösen und kein Unterschied als seiender sich aus drückt. Inzwischen, wie der Geist selbst nicht ein Abstrakt-Einfaches ist, sondern ein System von Bewegungen, worin er sich in Momente unterscheidet, in dieser Unterscheidung selbst aber frei bleibt, und wie er seinen Körper überhaupt zu verschiedenen Verrichtungen gliedert und einen einzelnen Teil desselben nur einer bestimmt, so kann auch sich vorgestellt werden, daß das flüssige Sein seines Insichseins ein gegliedertes ist; und es scheint so vorgestellt werden zu müssen, weil das in sich reflektierte Sein des Geistes im Gehirn selbst wieder nur eine Mitte seines reinen Wesens und seiner körperlichen Gliederung ist, eine Mitte, welche hiermit von der Natur beider und also von der Seite der letzteren auch die seiende Gliederung wieder an ihr haben muß.
Conversaciones en Valencia
[327] En cambio, el sistema nervioso es la inmediata quiescencia de lo orgánico en su movimiento. Los nervios mismos, ciertamente, vuelven a ser otra vez los órganos de la conciencia embebida y sumida ya en esa su versión hacia el exterior [por tanto, órganos del tipo de órgano que son las manos]; en cambio, el cerebro y la médula espinal [que el autor pasa a considerar como órganos de otro tipo que los nervios X161X1Vide infra Algunas aclaraciones X161X.] pueden considerarse la presencia (no objetual, que tampoco sale fuera ni se vierte hacia el exterior) inmediata de la autoconciencia. En cuanto el momento del ser [es decir, en cuanto el momento de ser, Seyn] que este órgano tiene, es ser-para-otro, esto es, es existencia, no podemos considerarlo sino ser muerto, es decir, algo que ya no es presencia de la autoconciencia [ese ser-para-otro no lo sería ya sino para la anatomía, el cadáver]. Pero ese su ser-dentro-sí [es decir, ese Insichselbstseyn, ese su ser-dentro-de-sí-mismo, esa «intimidad», que también el órgano tiene] es, en cambio, por su propio concepto una fluidez en la que [o un fluido en el que] todos los círculos que quedan arrojados dentro de ella, inmediatamente se disuelven, y ninguna diferencia se expresa como algo que estuviese fijo ahí. Mientras tanto, así como el espíritu mismo no es algo simple-abstracto, sino que es un sistema de movimientos en el que se distinguen momentos, pero permanece libre en esta distinción misma [es decir, esos momentos no son sino momentos desaparecientes], y así como el espíritu articula [membra] su cuerpo para ejercer las distintas funciones, y a una determinada parte de ese su cuerpo sólo le asigna una función [sólo la destina a una], así también cabe representarse que ese Ser fluido de su ser-dentro-de-sí [es decir, de ese su tener una cara o lado interno, de su Insichseyn, de su «intimidad»] esté también articulado en momentos; y así parece que hay también que representárselo, porque el Ser [Seyn] reflectido en sí del espíritu en el cerebro no es a su vez sino sólo un término medio entre la pura esencia [Wesen] del espíritu y su organización corporal, un término medio que, por tanto, ha de poseer a su vez en él elementos de la naturaleza de ambos y, por consiguiente, también por el lado de la última [es decir, del lado de la organización corporal] ha de poseer una organización o articulación que esté ahí [seyende].
Algunas aclaraciones
X161X = De hecho Gall, aparte de ser el primero en concebir la idea de una cartografía del cortex cerebral y en establecer una conexión entre las funciones mentales y su soporte orgánico en el cortex cerebral, entendiendo tal conexión en términos modulares, fue también el primero en descubrir que la «materia gris» del cerebro consiste en los cuerpos celulares de las neuronas y que la «materia blanca» son los ejes de las neuronas, o fibras nerviosas.
Conversaciones en Madrid
[327] El sistema nervioso, en cambio, es la quietud inmediata de lo orgánico en su movimiento. Los propios nervios son, a su vez, ciertamente, los órganos de la conciencia ya sumida en su orientación hacia fuera; mientras que el cerebro y la espina dorsal pueden ser considerados como la presencia inmediata que permanece dentro de sí —que no es objetual, pero tampoco sale hacia fuera— de la autoconciencia. En la medida en que el momento del ser que tiene este órgano es un ser para otro, es existencia, es un ser muerto, no es ya presencia de la autoconciencia. Mas este ser en sí mismo es, conforme a su concepto, un líquido en el que los círculos que se dibujan en su superficie inmediatamente se deshacen, sin que se exprese ninguna diferencia en cuanto ente. Sin embargo, así como el espíritu mismo no es algo abstracto-simple, sino un sistema de movimientos donde él se diferencia en momentos, pero permaneciendo libre él mismo en esta diferenciación, y así como él articula su cuerpo como tal por funciones diversas y es sólo uno el que determina una parte singular del mismo, así también es posible imaginarse que el ser fluido de su ser-detro-de-sí es un ser articulado; y parece que hay que imaginárselo, representárselo X100X2Sich vorstellen es representarse algo y, como tal, imaginárselo. así, porque el ser reflejado dentro de sí del espíritu es, a su vez, dentro del cerebro, sólo un término medio de su esencia pura y de su articulación corporal; un término medio, pues, que por la naturaleza de ambos y, por consiguiente, por el lado de la última, tiene que tener en él también, a su vez, la articulación que es.
Algunas aclaraciones
X100X = Sich vorstellen es representarse algo y, como tal, imaginárselo.
Conversations in Washington
[327] [327]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition In contrast, the nervous system is the immediate motionlessness of the organism within its movement. The nerves themselves are no doubt again organs of the consciousness which is already engulfed in an outward direction. However, the brain and spinal cord may be considered as the immediate presence of self-consciousness persisting within itself – a presence that is not objective and which is also not moving outwards. Insofar as the moment of being which this organ has is a being for others, an existence, it is a dead being and is no longer the presence of self-consciousness. However, this inwardly-turned-being is, according to its concept, a fluidity in which the cycles thrown into it have themselves immediately been dissolved and in which no difference is expressed as existing. Meanwhile, in the way that spirit itself is not an abstract-simple but rather a system of movements in which it both distinguishes itself into moments but remains free within this difference, and in the way that spirit articulates its body into various performances and determines one singular part of the body for only one performance, so too can the fluid being of its inwardly-turned-being be represented as differentiated. It also seems that it must be represented in this way because the being reflected-into-itself of spirit in the brain itself is again only a mediating middle between its pure essence and its bodily articulation, a middle which must thus have the nature of both and also of the existing articulation in it.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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