Gespräche in der Dämmerung 00319

Parte de:

 C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / b. La observación de la autoconciencia en la pureza de ésta y en la relación de ésta con la realidad externa; leyes lógicas y psicológicas [b. Die Beobachtung des Selbstbewußtseins in seiner Reinheit und seiner Beziehung auf äußere Wirklichkeit; logische und psychologische Gesetze]

 

[La contraposición en la que la fisiognómica cae]

Gespräche in Jena

[319] Die Individualität gibt dasjenige Insichreflektiertsein auf, welches in den Zügen ausgedrückt ist, und legt ihr Wesen in das Werk. Hierin widerspricht sie dem Verhältnisse, welches von dem Vernunftinstinkte, der sich auf das Beobachten der selbstbewußten Individualität legt, in Ansehung dessen, was ihr Inneres und Äußeres sein soll, festgesetzt wird. Dieser Gesichtspunkt führt uns auf den eigentlichen Gedanken, der der physiognomischen – wenn man so will – Wissenschaft zum Grunde liegt. Der Gegensatz, auf welchen dies Beobachten geraten, ist der Form nach der Gegensatz von Praktischem und Theoretischem, beides nämlich innerhalb des Praktischen selbst gesetzt, – von der sich im Handeln (dies im allgemeinsten Sinne genommen) verwirklichenden Individualität und derselben, wie sie in diesem Handeln zugleich daraus heraus, in sich reflektiert und es ihr Gegenstand ist. Das Beobachten nimmt diesen Gegensatz nach demselben verkehrten Verhältnisse auf, worin er sich in der Erscheinung bestimmt. Für das unwesentliche Äußere gilt ihm die Tat selbst und das Werk, es sei der Sprache oder einer befestigteren Wirklichkeit, – für das wesentliche Innere aber das Insichsein der Individualität. Unter den beiden Seiten, welche das praktische Bewußtsein an ihm hat, dem Beabsichtigen und der Tat – dem Meinen über seine Handlung und der Handlung selbst – wählt die Beobachtung jene Seite zum wahren Innern; dieses soll seine mehr oder weniger unwesentliche Äußerung an der Tat, seine wahre aber an seiner Gestalt haben. Die letztere Äußerung ist unmittelbare sinnliche Gegenwart des individuellen Geistes; die Innerlichkeit, [240] die die wahre sein soll, ist die Eigenheit der Absicht und die Einzelheit des Fürsichseins; beides der gemeinte Geist. Was das Beobachten zu seinen Gegenständen hat, ist also gemeintes Dasein, und zwischen solchem sucht es Gesetze auf.

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Conversaciones en Valencia

[La contraposición en la que la fisiognómica cae]

[319]1Epígrafe: La contraposición en la que la fisiognómica cae. La individualidad abandona, por tanto, ese estar-reflectida-la-individualidad-en-sí que se expresa en los rasgos, y pone su esencia en la obra [es decir, pone la esencia de la individualidad en la obra]. Y con ello la individualidad contradice a la relación que el instinto de la razón quiere fijar o constatar cuando dicho instinto se aplica a la observación de la individualidad autoconsciente, la contradice en lo que respecta a aquello que ha de entenderse como el interior y el exterior de esa individualidad. Y este punto de vista [el resultante de esa contradicción] nos conduce a la idea propiamente dicha [nos permite ver bien la idea] que subyace en la ciencia, si es que quiere llamársela ciencia. La contraposición en la que la observación fisiognómica cae, es, por su forma, la contraposición entre lo práctico y lo teórico, puestos ambos [es decir, puestos lo práctico y lo teórico] dentro de lo práctico mismo: la contraposición entre la individualidad que se realiza en la acción [Handeln] (tomando aquí este realizarse en el sentido más amplio del término), y la misma individualidad en cuanto (dentro de esa acción) se sale a la vez fuera de la acción, se reflicte en sí y convierte esa acción en objeto suyo. Pues bien, la observación toma esta contraposición conforme a esa misma relación invertida, conforme a esa misma relación vuelta del revés, en la que o por la que esa contraposición viene definida en el fenómeno [es decir, lo interpreta como la propia individualidad agente suele interpretar el fenómeno de su acción, poniéndolo del revés]. Para esa observación el Exterior inesencial es el acto [That] y la obra [Werk], pertenezca ese acto al lenguaje o a una realidad más consistente y solidificada, y para ella lo Interior esencial es el estar-en-sí [el Insichseyn, la «intimidad»] de la individualidad [el estar o quedar la individualidad dentro de sí]. Y [por así decirlo] entre las dos caras que la conciencia práctica tiene en sí, es decir, entre lo que ella pretende con su acto [That], y su acto mismo, es decir, entre la opinión [Meynen] que la individualidad tiene de su acción [Handlung], y la acción misma, la observación elige lo primero como verdadero interior. Es ese interior el que tendría su exteriorización o manifestación más o menos inesencial en el acto [That], y el que tendría su verdadera manifestación en su forma [Gestalt] [en el modo como la individualidad en conjunto se desenvuelve en la ejecución de ese acto]. Y esta última manifestación es o sería la presencia sensible inmediata del espíritu individual [ésta sería la clave del asunto, tal como lo ve la fisiognómica]; [también tal como suele verlo la conciencia agente]la interioridad que habría de ser la verdadera [o que habría de considerarse la verdadera] es la representada por el ser-mía de mi intención [por el ser la intención mía precisamente la mía] y por la individualidad o «cada-cualidad» X155X2La expresión es de X. Zubiri. del ser-para-sí [por ser el ser-para-sí el de cada cual]; ambas cosas son espíritu supuesto [gemeynter Geist, es decir, el espíritu que se está suponiendo, o en que se está pensando o que se quiere decir, en el sentido que este Meynen tenía en el cap. I sobre la certeza sensible]. Lo que la observación tiene por objeto es, por tanto, existencia supuesta [gemeyntes Daseyn] [es decir, existencia que se está suponiendo, o en que se está pensando o que se está queriendo decir, sin poderse decir, en el sentido del cap. I], y entre ambas cosas es donde la observación busca leyes [o el observar busca sus leyes].

Algunas aclaraciones

X155X = La expresión es de X. Zubiri.

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Conversaciones en Madrid

[319] La individualidad abandona ese estar reflexionada dentro de sí que se halla expresado en los rasgos, y pone su esencia en la obra. Contradice en esto la relación estipulada por el instinto de razón, el cual se fía de la observación de la individualidad autoconsciente respecto a lo que deban ser lo interno y lo externo de ésta. Este punto de vista nos conduce al pensamiento propiamente dicho que subyace a la ciencia —si se la quiere llamar así— fisiognómica. La oposición de la que se fía ese observar es, por su forma, la oposición de lo práctico y lo teórico, y ambos puestos dentro de lo práctico mismo: la oposición entre la individualidad que se realiza efectivamente al actuar, tomado éste en el sentido más general, y la misma individualidad tal como, en ese actuar, está al mismo tiempo, fuera de él, se refleja dentro de sí, y ese actuar es su objeto. El observar registra esta oposición conforme a la misma relación invertida en la que la oposición se determina dentro del fenómeno. Al acto mismo y a la obra, ya sea la del lenguaje o de una realidad efectiva más consolidada, los tiene por lo externo inesencial, pero lo que tiene por lo interno esencial, es el ser-dentro-de-sí de la individualidad. De entre los dos lados que la conciencia práctica tiene en ella, la intención y el acto, lo que ella tiene en mientes con su acción y la acción misma, la observación elige el primer lado como interior verdadero;— supone que éste tendrá su externalización más o menos inesencial en el acto, pero la verdadera externalización la tendrá en su figura X95X.3Gestalt. Esto es, aquí, la cara. Esta última externalización es presencia sensible e inmediata del espíritu individual; la interioridad, que supuestamente es la verdadera, es una propiedad de la intención y la singularidad del ser-para-sí; ambas son el espíritu tenido en mientes, opinado X96X.4Hegel juega aquí, y en el párrafo siguiente, con todos los armónicos del meinen, desde lo que en el capítulo de la «certeza sensorial» traducía como el «íntimo querer decir» de la referencia directa, a la intención, lo que se tiene en mientes al hacer o decir algo, y hasta la opinión como saber no justificado, y por lo tanto, no científico, que es lo que está demostrando acerca de la fisiognómica. Lo que el observar tiene por objetos suyos, entonces, es una existencia opinada, y en medio de ella busca él las leyes.

Algunas aclaraciones

X95X = Gestalt. Esto es, aquí, la cara.

X96X = Hegel juega aquí, y en el párrafo siguiente, con todos los armónicos del meinen, desde lo que en el capítulo de la «certeza sensorial» traducía como el «íntimo querer decir» de la referencia directa, a la intención, lo que se tiene en mientes al hacer o decir algo, y hasta la opinión como saber no justificado, y por lo tanto, no científico, que es lo que está demostrando acerca de la fisiognómica.

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Conversations in Washington

[319] [319]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition Individuality gives up that being-reflected-into-self which is expressed in various traits and instead places its essence in the work. It therein contradicts the relationships which have taken root through the instinct of reason, which descends into observations of self-conscious individuality with regard to what is supposed to be its inner and its outer. This point of view brings us to the genuine thought that lies at the basis of – if one wishes to call it this – the science of physiognomy. The opposition which this observing stumbles into is, according to the form, that of the practical versus the theoretical, and it posits that both of them lie within the bounds of the practical itself – that is, it is the opposition of individuality actualizing itself in action (taken in its most general sense) versus individuality actualizing itself at the same time as reflecting itself into itself from out of this action and making this action into its object. Observation takes up this opposition according to the same inverted relationships in which the opposition takes its determination in appearance. For observation, the deed itself and the work, whether it be that of speech or a stabilized actuality, counts as the non-essential outer, – However, the inwardly-turned-being of individuality counts as the essential inner. Between the two aspects which practical consciousness has in it, intention and deed – that is, what the action is meant to be and the action itself – observation selects the former aspect as the true inner. This is supposed to have its more or less inessential outward expression in the deed, but its true outward expression in its shape. This latter outward expression is an immediate sensuous presence of individual spirit. The inwardness, which is supposed to be the true, is the ownness of the intention and the singularity of being-for-itself. Both are the spirit which is meant. What observation has for its objects is an existence which it means,” and it is between them that it looks for laws.

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Conversaciones en el Atrium

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