Gespräche in der Dämmerung 00297
Parte de:
C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / a. Observación de la naturaleza [a. Beobachtung der Natur]
[Término medio de lo orgánico y término medio de la conciencia; la asistematicidad de la naturaleza y la sistematicidad de la historia]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[297] Indem also in seiner Wirklichkeit die Allgemeinheit des organischen Lebens sich, ohne die wahrhafte fürsichseiende Vermittlung, unmittelbar in das Extrem der Einzelheit herunterfallen [225] läßt, so hat das beobachtende Bewußtsein nur das Meinen als Ding vor sich; und wenn die Vernunft das müßige Interesse haben kann, dieses Meinen zu beobachten, ist sie auf das Beschreiben und Hererzählen von Meinungen und Einfällen der Natur beschränkt. Diese geistlose Freiheit des Meinens wird zwar allenthalben Anfänge von Gesetzen, Spuren von Notwendigkeit, Anspielungen auf Ordnung und Reibung, witzige und scheinbare Beziehungen darbieten. Aber die Beobachtung kommt in der Beziehung des Organischen auf die seienden Unterschiede des Unorganischen, die Elemente, Zonen und Klimate, in Ansehung des Gesetzes und der Notwendigkeit nicht über den großen Einfluß hinaus. So auf der ändern Seite, wo die Individualität nicht die Bedeutung der Erde, sondern des dem organischen Leben immanenten Eins hat, dies mit dem Allgemeinen in unmittelbarer Einheit zwar die Gattung ausmacht, aber deren einfache Einheit eben darum nur als Zahl sich bestimmt und daher die qualitative Erscheinung freiläßt, – kann es die Beobachtung nicht über artige Bemerkungen, interessante Beziehungen, freundliches Entgegenkommen dem Begriffe hinausbringen. Aber die artigen Bemerkungen sind kein Wissen der Notwendigkeit, die interessanten Beziehungen bleiben bei dem Interesse stehen, das Interesse ist aber nur noch die Meinung von der Vernunft; und die Freundlichkeit des Individuellen, mit der es an einen Begriff anspielt, ist eine kindliche Freundlichkeit, welche kindisch ist, wenn sie an und für sich etwas gelten will oder soll.
Conversaciones en Valencia
[297] Así pues, en cuanto, en su cobrar realidad, la universalidad de la vida orgánica se deja caer inmediatamente en el extremo de la individualidad sin una verdadera mediación que sea para sí [o sin una mediación que verdaderamente sea para sí] X132X,1Sin tenerse ella ahí para sí como universal; por tanto, el universal que se está señalando, en que consiste esa vida, no es algo que esté ahí. resulta que la conciencia observadora sólo tiene ante sí como cosa el Meynen [el estar pensando-en, o el estar suponiendo-que, o el estar queriendo decir-que, al que más arriba hemos hecho referencia al hablar de la certeza sensible, cap. I]; y si la razón da en el ocioso interés de observar este Meynen no tiene más remedio [o no tendrá más remedio] que estar limitándose a la descripción de [y a contar dejándose sugerir ello por la naturaleza] tales ocurrencias de la naturaleza [del querer-decir de la naturaleza, del significar de la naturaleza]. Esta libertad X133X2Según Bonsiepen y Heede, Hegel se estaría refiriendo de nuevo aquí al libro de G. R. Treviranus, Biología, o filosofía de la naturaleza viva para naturalistas y médicos, Gotinga, 1803. del suponer-que [o del pensar-que y del querer-decir-que], carente de espíritu, puede, ciertamente, ofrecer en todas partes y por doquier inicios de leyes, barruntos de necesidad, atisbos de orden y seriación, relaciones tan ocurrentes corno aparentes. Pero la observación, en lo que se refiere a la relación de lo orgánico con las diferencias existentes de lo inorgánico [con las diferencias de lo inorgánico que ahí están], es decir, con los elementos, zonas y climas, no llega (en lo que respecta a ley y a necesidad) sino a la aseveración del grandísimo influjo [que esos elementos tienen sobre lo orgánico]. Y así, por el otro lado en que la individualidad no tiene el significado de la Tierra [es decir, en que no se trata del individuo universal en el sentido de la Tierra], sino en el que la individualidad tiene el significado de lo uno X134X3Sobre lo uno cfr. el cap. II sobre «la percepción» y también los comentarios hechos en las notas a ese cap. II. inmanente a la vida orgánica (siendo esto lo que, juntamente con lo universal, en unidad inmediata, constituye, ciertamente, el género, si bien precisamente por ello su unidad simple —la del género— sólo se determina como número, dejando por tanto libre, es decir, dejando por tanto sin regla ni ley, el fenómeno cualitativo o el fenómeno de lo cualitativo), por ese otro lado [de caos cualitativo bajo lo uno del género], digo, en que la individualidad no tiene el sentido de Tierra, la observación no va más allá de bonitas y agudas precisiones y observaciones, de interesantes relaciones, y de un amistoso o amigable no repugnar al concepto aquello que se está observando [es decir, de una afinidad de ello con el concepto]. Pero esas bonitas precisiones y observaciones no representan ningún saber acerca de la necesidad, las relaciones interesantes no pasan de ese su ser-interesantes [es decir, se quedan en «¡qué interesantes!»], pues tal interés no es todavía sino una opinión de razón, un estar pensando en ella [en la razón] y estar suponiéndola [un Meynen]. — Y la amistosa afinidad de lo individual con la que eso individual no hace sino sugerir un concepto o aludir a un concepto no es sino una pueril amistosidad, que se queda en niñería, cuando pretende tener algún valor en sí o se supone que lo tiene.
Algunas aclaraciones
X132X = Sin tenerse ella ahí para sí como universal; por tanto, el universal que se está señalando, en que consiste esa vida, no es algo que esté ahí.
X133X = Según Bonsiepen y Heede, Hegel se estaría refiriendo de nuevo aquí al libro de G. R. Treviranus, Biología, o filosofía de la naturaleza viva para naturalistas y médicos, Gotinga, 1803.
X134X = Sobre lo uno cfr. el cap. II sobre «la percepción» y también los comentarios hechos en las notas a ese cap. II.
Conversaciones en Madrid
[297] En tanto, pues, que la universalidad de la vida orgánica, en su realidad efectiva, se deja caer inmediatamente, sin la mediación de verdad, la -que-es-para-sí, en el extremo de la singularidad, la conciencia que observa sólo tiene delante de sí al opinar en cuanto cosa; y si la razón puede tener el ocioso interés de observar este opinar, queda limitada a describir y relatar opiniones y ocurrencias de la naturaleza. Ciertamente, esta libertad sin espíritu del opinar ofrecerá por doquier comienzos de leyes, huellas de necesidad, alusiones al orden y la seriación, referencias ingeniosas y de cierta apariencia. Pero, al referir lo orgánico a las diferencias de lo inorgánico que son, a los elementos, las zonas y los climas. la observación, por lo que se refiere a las leyes y la necesidad, no pasa de hablar de una gran influencia XX*X.4Hegel se refiere a la filosofía natural de Treviranus. Cf. Treviranus. G. R.: Biologie, oder Philosophie der lebenden Natur für Naturforscher und Aerzte, vol. 2, Gotinga, 1803, pp. 47, 81, 138. Véase nota en la página 331 (vide supra nota X*1X en 00255). De manera que, del otro lado, donde la individualidad no tiene el significado de la tierra, sino de lo Uno inmanente a la vida orgánica —pero constituyendo éste Uno el género en unidad inmediata con lo universal, mas determinándose su unidad simple, precisamente por eso, sólo como número, y dejando por ello libre el fenómeno cualitativo— la observación no puede ir más allá de glosas sutiles, interesantes referencias y amables complacencias hacía el concepto. Pero las glosas sutiles no son un saber de la necesidad, las interesantes referencias se quedan estancadas en el interés, pero siendo el interés ya sólo la opinión acerca de la razón; y la amabilidad de lo individual, con la que éste alude a un concepto, es una amabilidad infantil, que resulta pueril cada vez que debe o quiere valer algo en y para sí.
Algunas aclaraciones
XX*X = Hegel se refiere a la filosofía natural de Treviranus. Cf. Treviranus. G. R.: Biologie, oder Philosophie der lebenden Natur für Naturforscher und Aerzte, vol. 2, Gotinga, 1803, pp. 47, 81, 138. Véase nota en la página 331 (vide supra nota X*1X en 00255).
Conversations in Washington
[297] [297]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition While in its actuality, the universality of organic life thus lets itself descend immediately into the extreme of singularity without any genuine mediation existing-for-itself, so observing consciousness only has the meaning-something6das Meinen. as a thing before itself. If reason can have an idle interest in observing this “meaning something,” then it is confined to the description and narration of suppositions and vagaries about nature. To be sure, this spiritless freedom in making such suppositions will offer every-where the beginnings of laws, traces of necessity, allusions to order and sequence, and ingenious and plausible relations. However, in relating the organic to the existing differences of the inorganic, and in relating the elements, zones, and climates with a view to law and necessity, observation never gets any further than the supposition of a “great influence.” So, on the other side of the coin, where “individuality” does not signify the earth but rather signifies what to organic life is its immanent One, then this immanent One in its immediate unity with the universal does indeed constitute the genus. However, just for that reason its simple unity is determined only as number and thus it permits the qualitative appearance to be free-standing – observation cannot get any further than to make charming remarks, bring out interesting connections, and make friendly concessions to the concept. However, charming remarks are no knowing of necessity. Interesting connections are just that: interesting. However, the interest is still nothing but suppositional fancy7Meinung about reason. The friendliness of the individual in playing around with a concept is a childish friendliness, which is really childish when it either wants to or is supposed to count for something in and for itself.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION