Gespräche in der Dämmerung 00280

Parte de:

 C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / a. Observación de la naturaleza [a. Beobachtung der Natur]

 

[La equivocidad de la magnitud, o la equivocidad de lo cuantitativo]

Gespräche in Jena

[280] Um solche zu erhalten, muß der Verstand sich an das andere Moment des organischen Verhältnisses halten, nämlich an das Reflektiertsein des organischen Daseins in sich selbst. Aber dieses Sein ist so vollkommen in sich reflektiert, daß ihm keine Bestimmtheit gegen Anderes übrigbleibt. Das [212] unmittelbare sinnliche Sein ist unmittelbar mit der Bestimmtheit als solcher eins und drückt daher einen qualitativen Unterschied an ihm aus, wie z.B. Blau gegen Rot, Saures gegen Alkalisches usf. Aber das in sich zurückgekommene organische Sein ist vollkommen gleichgültig gegen Anderes, sein Dasein ist die einfache Allgemeinheit und verweigert dem Beobachten bleibende sinnliche Unterschiede oder, was dasselbe ist, zeigt seine wesentliche Bestimmtheit nur als den Wechsel seiender Bestimmtheiten. Wie sich daher der Unterschied als seiender ausdrückt, ist eben dies, daß er ein gleichgültiger ist, d.h. als Größe. Hierin ist aber der Begriff getilgt und die Notwendigkeit verschwunden. Der Inhalt aber und Erfüllung dieses gleichgültigen Seins, der Wechsel der sinnlichen Bestimmungen, in die Einfachheit einer organischen Bestimmung zusammengenommen, drückt dann zugleich dies aus, daß er eben jene – der unmittelbaren Eigenschaft – Bestimmtheit nicht hat, und das Qualitative fällt allein in die Größe, wie wir oben gesehen.

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Conversaciones en Valencia

[La equivocidad de la magnitud, o la equivocidad de lo cuantitativo]

[280]1Epígrafe: La equivocidad de la magnitud, o la equivocidad de lo cuantitativo. Y entonces, para obtener tales lados, el entendimiento tiene que atenerse al otro momento de la relación orgánica [o del movimiento de lo orgánico, o del haberse de lo orgánico]; a saber: tiene que atenerse a ese quedar reflectida la existencia orgánica en sí misma. Ahora bien, este ser [Seyn] está tan perfectamente reflectido en sí mismo, que no le queda ninguna determinidad frente a otro [o respecto a otra cosa]. El ser sensible inmediato es inmediatamente uno con su determinidad, y expresa, por tanto, una diferencia cualitativa en él [es decir, en ese ser], como, por ejemplo, azul frente a rojo, ácido frente a álcali [básico], etc. Pero el ser orgánico, al tratarse de un ser retornado a sí mismo [es decir, de un ser que consiste en estar retornando a sí, en estar constantemente de vuelta a sí, y, por tanto, en estar convirtiendo sus determinidades en momentos desaparecientes o evanescentes respecto de sí mismo, es decir, respecto del todo del organismo], el ser orgánico, digo, al tratarse de un ser retornado a sí mismo, es perfectamente indiferente respecto a otro [o respecto a otra cosa que él], su existencia es universalidad simple, y rehúsa a la observación diferencias sensibles estables, o lo que es lo mismo: muestra su determinidad esencial sólo en cuanto consistiendo esa determinidad esencial en un cambio o trueque [Wechsel] en las determinidades o de las determinidades que se suponga que son inmediatamente ahí. Y por tanto, la manera en que la diferencia se manifiesta como siendo, como estando pura e inmediatamente ahí, es, precisamente, ésta: que esa diferencia es indiferente, lo cual significa: esa diferencia se expresa como magnitud, como cantidad. Pero precisamente aquí, es decir, precisamente en este punto, ha quedado entonces eliminado el concepto, y la necesidad ha desaparecido X86X.2Vide infra Algunas aclaraciones X86X. — Y entonces el contenido y, por tanto, aquello que llena a este indiferente ser (y lo que lo llena, como hemos dicho, es el cambio o trueque de determinaciones sensibles, el deslizarse de la una a la otra y de la otra a la una), cuando se lo recoge [o se lo embute] así en la simplicidad de una determinación orgánica, lo que a la vez expresa, es que él [es decir, ese contenido] precisamente no tiene aquella determinidad [que se le supone, es decir, la determinidad que es propia de una propiedad inmediata], y que lo cualitativo no hace entonces sino caer en [sino reducirse a] la magnitud o cantidad [viene a reducirse a no más que lo cuantitativo], como más arriba se ha visto [al considerar la relación entre sensibilidad e irritabilidad] X86bX.3Vide 0027000271.

Algunas aclaraciones

X86X

Es decir, el ser los momentos del concepto momentos desaparecientes o evanescentes, el ser las diferencias in-diferentes, pasa a ser expresado en forma de cantidad, con lo que se nos ha ido lo principal del concepto. Esto es, la conciencia observadora de lo orgánico vuelve a errar lo que tiene delante, buscándose sucedáneos de ello (aquí la cantidad como la diferencia indiferente), sigue sin reconocer lo orgánico como lo que lo orgánico es, como concepto existente. Se está «repitiendo», por tanto, la situación del final del cap. III, en el que tampoco la conciencia empezaba reconociéndose en el concepto existente, en la vida, que ya nos había surgido a nosotros. Y es que en el nivel que fuere, la conciencia, que es siempre conciencia de un objeto, representación de él, empieza no siéndose ella la estructura de concepto, en la que, sin embargo, esa relación sujeto-objeto consiste.

X86bX

Vide supra 0027000271.

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Conversaciones en Madrid

[280] Para obtener tales lados, el entendimiento tiene que atenerse al otro momento de la relación orgánica; a saber, al ser reflexionado de la existencia orgánica hacia dentro de sí misma. Pero este ser se halla tan perfectamente reflexionado dentro de sí que no le sobra ninguna determinidad frente a otro. El ser sensible inmediato es inmediatamente uno con la determinidad como tal, y por eso expresa en él una diferencia cualitativa; como, por ejemplo, el azul frente al rojo, lo ácido frente a lo alcalino, etc. Pero el ser orgánico que ha retornado dentro de sí es perfectamente indiferente frente a otro, su estar ahí es la universalidad simple, y le deniega al observar las diferencias sensibles permanentes, o lo que es lo mismo, muestra su determinidad esencial sólo como el cambio de determinidades que son. Por eso, cómo se exprese la diferencia en cuanto siendo es precisamente esto: que es una diferencia indiferente X87X,4En alemán no hay el juego de palabras que aparentemente se da en español: «indiferente» traduce aquí gleichgültig, esto es, que tanto vale lo uno como lo otro. es decir, en cuanto magnitud. En todo esto, empero, el concepto está borrado, y la necesidad ha desaparecido. — Mas el contenido y el relleno de este ser indiferente, el cambio de las determinaciones sensibles, tomadas conjuntamente en la simplicidad de una determinación orgánica, expresa, entonces, al mismo tiempo, esto: que él, el contenido, carece precisamente de esa determinidad —la de la propiedad inmediata—, y lo cualitativo cae solamente dentro de la magnitud, como hemos visto más arriba XX*X.5Vide 0027000271.

Algunas aclaraciones

X87X = En alemán no hay el juego de palabras que aparentemente se da en español: «indiferente» traduce aquí gleichgültig, esto es, que tanto vale lo uno como lo otro.

XX*X = Vide 0027000271.

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Conversations in Washington

[280] [280]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition In order to sustain such aspects, the understanding must hold itself to the other moment of the organic relationship, namely, to the reflectedness7Reflektiertsein into itself of organic existence. However, this being is so completely reflected into itself such that, to it, no determinateness vis-à-vis others remains left over. The immediate sensuous being is immediately at one with determinateness as such and thus expresses a qualitative difference in itself, as, for example, blue as against red, acid as against alkaloid, etc. However, organic being which has returned into itself is completely indifferent towards others; its existence is simple universality, and it refuses to offer any enduring sensuous differences to observation, or, what is the same thing, it shows its essential determinateness to be only the changing flux of existing determinatenesses. Hence, the way the difference as existing difference is expressed goes just this way. It is an indifferent difference, i.e., a difference as magnitude. However, the concept is therein erased and necessity vanishes. – But if the content along with the filling out of this indifferent being and the flux of sensuous determinations are gathered together into the simplicity of an organic determination, then at the same time this expresses that the content simply does not have that determinateness – the determinateness of the immediate property – and, as we saw above, the qualitative then falls solely within the bounds of magnitude.

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Conversaciones en el Atrium

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