Gespräche in der Dämmerung 00234

Parte de:

 C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft]

 

[Idealismo, su inmediata incomprensibilidad]

Gespräche in Jena

[234] Der Idealismus, der jenen Weg nicht darstellt, sondern mit dieser Behauptung anfängt, ist daher auch reine Versicherung, welche sich selbst nicht begreift, noch sich anderen begreiflich machen kann. Er spricht eine unmittelbare Gewißheit aus, welcher andere unmittelbare Gewißheiten gegenüberstehen, die allein auf jenem Wege verlorengegangen sind. Mit gleichem Rechte stellen daher neben der Versicherung jener Gewißheit sich auch die Versicherungen dieser anderen Gewißheiten. Die Vernunft beruft sich auf das Selbstbewußtsein eines jeden Bewußtseins: Ich bin Ich, mein Gegenstand und Wesen ist Ich, und keines wird ihr diese Wahrheit ableugnen. Aber indem sie sie auf diese Berufung gründet, sanktioniert sie die Wahrheit der anderen Gewißheit, nämlich der: es ist Anderes für mich. Anderes als Ich ist mir Gegenstand und Wesen, oder indem Ich mir Gegenstand und Wesen bin, bin ich es nur, indem Ich mich von [180] dem Anderen überhaupt zurückziehe und als eine Wirklichkeit neben es trete. – Erst wenn die Vernunft als Reflexion aus dieser entgegengesetzten Gewißheit auftritt, tritt ihre Behauptung von sich nicht nur als Gewißheit und Versicherung, sondern als Wahrheit auf; und nicht neben anderen, sondern als die einzige. Das unmittelbare Auftreten ist die Abstraktion ihres Vorhandenseins, dessen Wesen und Ansich-sein absoluter Begriff, d.h. die Bewegung seines Gewordenseins ist. – Das Bewußtsein wird sein Verhältnis zum Anderssein oder seinem Gegenstande auf verschiedene Weise bestimmen, je nachdem es gerade auf einer Stufe des sich bewußtwerdenden Weltgeistes steht. Wie er sich und seinen Gegenstand jedesmal unmittelbar findet und bestimmt oder wie er für sich ist, hängt davon ab, was er schon geworden oder was er schon an sich ist.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

[Idealismo, su inmediata incomprensibilidad]

[234]1Epígrafe: Idealismo, su inmediata incomprensibilidad. El idealismo que no empieza [o cuando no empieza] por la exposición de ese camino X10X,2Como es, por ejemplo, el caso de las distintas versiones de la «Doctrina de la ciencia» de Fichte, pero también de la «Analítica trascendental» de la Crítica de la razón pura de Kant. En cambio, no así en la Fenomenología del espíritu. sino que empieza por esa afirmación, resulta, por tanto, también un puro asegurar algo, pero un puro asegurar algo respecto al que él mismo no llega a entenderse, y que el idealismo tampoco logra hacer comprensible a los demás X11X.3Vide infra Algunas aclaraciones X11X. El idealismo expresa una certeza inmediata, a la que se oponen otras certezas inmediatas que sólo a lo largo de aquel camino se fueron perdiendo. Y, por tanto, junto a la afirmación de esa certeza, [al lado de ella] y con el mismo derecho que ella, se ponen a sí mismas también las afirmaciones de esas otras certezas. La razón apela a la autoconciencia de cada una de las conciencias: yo soy yo; mi objeto y esencia [Wesen] es yo; y nadie podrá negarle la razón a esta verdad. Pero al basarse en tal apelación, la razón está sancionando la verdad de la otra certeza, a saber: de la certeza de que para mí está ahí también lo OTRO [de que hay también otras cosas para mí]; otras cosas que yo [otras cosas que no son yo] X12X4O también: yo como siendo otro de mí, como siendo yo para mí objeto y Wesen; yo como siendo objeto y un ente para mí ahí. son para mí también objeto y esencia [son para mí objeto y Wesen, son para mí objeto y seres que ahí están], o lo que es lo mismo: en cuanto yo me soy para mí objeto y esencia [objeto y ousía, objeto y algo que para mí está de por sí ahí], sólo lo soy en cuanto en general me retraigo de eso otro, y quedo entonces como una realidad al lado de ello. — Sólo cuando la razón se presente [haga acto de presencia] como reflexión [efectuada] a partir de esta contrapuesta certeza [es decir, de tal certeza de lo contrapuesto], sólo entonces, digo, esa afirmación que ella hace acerca de sí misma podrá aparecer no sólo como certeza y como aseveración de una certeza, sino como verdad; y no sólo como una verdad al lado de otras, sino como la única X13X.5Vide infra Algunas aclaraciones X13X. Ese inmediato presentarse [es decir, esa afirmación de la certeza inmediata que la autoconciencia tiene de ser toda realidad] no es sino la abstracción de un quedar-ahí-delante [Vorhanden-seyn] [la abstracción que representa un quedarse ella ahí delante a sí misma], cuya esencia [Wesen] y ser-en-sí [An-sich-seyn] [la esencia y ser-en-sí de ese quedarse ahí delante, de ese estar ahí existiendo] es concepto absoluto, es decir, es el movimiento de su estar deviniendo y haber devenido [esto es, el movimiento del estar deviniendo y haber devenido ese concepto] X14X.6Pues se trata de que en el ser ese yo otro de sí viene incluido todo otro de sí, de que todo ser-otro que yo no es sino yo. Es lo que Hegel entiende por concepto, como ya quedó claro en el cap. III. — La conciencia habrá de determinar su relación con el ser-otro (o lo que es lo mismo: con su objeto) de distintas maneras, precisamente según el nivel o la etapa del volverse consciente de sí el espíritu del mundo, en que la conciencia se encuentre. El modo como esa conciencia encuentre inmediatamente en cada caso su objeto, y el modo como lo defina o determine, o lo que es lo mismo: el modo como ella sea o es para sí misma, ello dependerá de aquello en que ese objeto se haya convertido ya [de aquello que ese objeto haya llegado a ser ya, de aquello que ese objeto haya devenido ya], o de aquello que la conciencia sea ya en sí.

Algunas aclaraciones

X10X

Como es, por ejemplo, el caso de las distintas versiones de la «Doctrina de la ciencia» de Fichte, pero también de la «Analítica trascendental» de la Crítica de la razón pura de Kant. En cambio, no así en la Fenomenología del espíritu.

X11X

Como he dicho, me parece que Hegel se está refiriendo principalmente a la primera parte de la «Doctrina de la ciencia» de 1794 de Fichte. Pero también al «principio de la unidad sintética de la apercepción», tal como lo expone Kant en «La deducción trascendental de los principios puros del entendimiento» de la segunda edición de la Crítica de la razón pura.

Recuerde el lector observaciones (que vienen aquí muy a cuento) de hispanos como Ángel Ganivet u Ortega y Gasset en el sentido de que, por supuesto, tal cosa uno podía entenderla, pero nunca creérsela. Es menester que el «de que nada se sabe» de Francisco Sánchez acabe afectando a la realidad misma, es decir, es menester la experiencia de Calderón de la Barca de que «la vida es sueño» y aún pesadilla, que para Hegel sólo se consumará quizá al final del cap. V, C, es menester en suma haber hecho no sólo escolarmente sino de verdad la experiencia del escepticismo, para que el idealismo resulte creíble. En la obra de Miguel de Unamuno abundan esta clase de observaciones.

X12X

O también: yo como siendo otro de mí, como siendo yo para mí objeto y Wesen; yo como siendo objeto y un ente para mí ahí.

X13X

Es decir, como la verdad única, es decir, como la verdad de que en ese ser yo para mí yo, de que en ese ser yo para mí otro de mí, viene incluido todo otro de mí; como la verdad de que ese todo Otro de mí lo soy yo. En definitiva ésta ha sido la moraleja de los caps. III y IV, tanto en relación con el ente que no es autoconciencia como en relación con el ente que es autoconciencia.

X14X

Pues se trata de que en el ser ese yo otro de sí viene incluido todo otro de sí, de que todo ser-otro que yo no es sino yo. Es lo que Hegel entiende por concepto, como ya quedó claro en el cap. III.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

[234] El idealismo que no expone ese camino, sino que comienza con esta afirmación, es también, por tanto, una pura aseveración que no se comprende conceptualmente a sí misma, ni puede hacerse comprensible a otros. Enuncia una certeza inmediata frente a la cual están otras certezas inmediatas, sólo que éstas se han perdido por ese camino. Por eso, con el mismo derecho, al lado de la aseveración de aquella certeza se colocan también las aseveraciones de estas otras certezas. La razón invoca la autoconciencia de cada conciencia: yo soy yo; mi objeto y esencia es yo; y nadie podrá negarle esta verdad. Pero al basarla en esta invocación, sanciona la verdad de las otras certezas, a saber, la de: es OTRO para mí; otro que yo, distinto de mí, me es objeto y esencia, o bien, al serme yo objeto y esencia, lo soy sólo en cuanto que yo me retiro del otro como tal, y me vengo a poner al lado de él como una realidad efectiva. — Sólo cuando la razón, en cuanto reflexión, sale a escena fuera de esta contraposición de certezas, hace entrada su afirmación de sí no sólo como certeza y aseveración, sino como verdad; y no una verdad al lado de las otras, sino en cuanto sola y única. La entrada inmediata en escena es la abstracción de su estar presente, dada, cuya esencia y ser-en-sí es concepto absoluto, esto es, el movimiento de su haber llegado a ser. — La conciencia determinará su relación con el ser-otro o con su objeto de maneras diversas, según el nivel preciso en que se encuentre del espíritu del mundo que se va haciendo consciente de sí. Cómo se encuentre y determine a sí y su objeto inmediatamente cada vez, o cómo sea para sí, depende de lo que el objeto haya ya llegado a ser, o de lo que ya sea en sí.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

[234] [234]7We kept the numeration given by the editor in the printed edition Hence, the idealism which does not present that path but which begins with this assertion is itself only a pure assurance, which neither comprehends itself nor can it make itself comprehensible to others. It expresses an immediate certainty against which other immediate certainties stand in contrast, but all of which have been lost along the way. With equal right, the assurances of these other certainties place themselves alongside the assurance of that certainty. Reason appeals to the self-consciousness of each consciousness: I am I, my object and my essence is the I, and no one will deny this truth to reason. However, while reason grounds its appeal on this truth, it sanctions the truth of that other certainty, namely, that there is an other for me, or to me, an other than the I is and is to me the object and essence, or while I am object and essence to myself, I am so only as I completely withdraw myself from that other, and I come on the scene alongside it as an actuality. – Only when, coming out of this opposed certainty, reason comes on the scene as reflection does reason’s assertion about itself manage to come forward not only as certainty and assurance but rather as truth, and not as a truth alongside other truths but as the only truth. The immediate entrance onto the scene is the abstraction of its present existence,8Vorhandenseins whose essence and whose being-in-itself is the absolute concept, i.e., the movement of its having-come-to-be. – Consciousness will determine its relationship to otherness, or to its object, in various ways depending on just which stage it finds itself occupying vis-à-vis how the world-spirit is becoming conscious of itself. How consciousness is immediately to be found, and how it determines itself and its object at any given time, or how it is for itself, depends on what it has already come to be, or on what it already is in itself.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!