Gespräche in der Dämmerung 00228
Parte de:
B. Autoconciencia [B. Selbstbewußtsein] / IV: La Verdad de la Certeza de sí mismo [IV. Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst] / B. Libertad de la autoconciencia; estoicismo, escepticismo y la conciencia desgraciada [B. Freiheit des Selbstbewußtseins; Stoizismus, Skeptizismus und das unglückliche Bewußtsein]
[Termino medio y mediador]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[228] In ihr also befreit dieses sich von dem Tun und Genüsse als dem seinen, es stößt von sich als fürsichseiendem Extreme das Wesen seines Willens ab und wirft auf die Mitte oder den Diener die Eigenheit und Freiheit des Entschlusses und damit die Schuld seines Tuns. Dieser Vermittler, als mit dem unwandelbaren Wesen in unmittelbarer Beziehung, dient mit seinem Rate über das Rechte. Die Handlung, indem sie Befolgung eines fremden Beschlusses ist, hört nach der Seite des Tuns oder des Willens auf, die eigene zu sein. Es bleibt aber noch ihre gegenständliche Seite dem unwesentlichen Bewußtsein, nämlich die Frucht seiner Arbeit und der Genuß. Diesen stößt es also ebenso von sich ab und leistet wie auf seinen Willen so auf seine in der Arbeit und [im] Genüsse erhaltene Wirklichkeit Verzicht; auf sie teils als auf die erreichte Wahrheit seiner selbstbewußten Selbständigkeit, indem es etwas ganz Fremdes, ihm Sinnloses vorstellend und sprechend sich bewegt; teils auf sie als äußerliches Eigentum, – indem es von dem Besitze, den es durch die Arbeit erworben, etwas abläßt; teils auf den gehabten Genuß, – indem es ihn im Fasten und Kasteien auch wieder ganz sich versagt.
Conversaciones en Valencia
[228] En ese término medio la conciencia se libera, pues, del hacer y del goce como hacer y goce suyos; expele o expulsa de sí la esencia de su voluntad como un extremo que es o fuese para sí, y hace recaer sobre el término medio o sobre el servidor la propiedad de su decisión [la Eigenheit de su decisión, el ser suya su decisión, el ser la decisión una decisión suya], hace recaer, digo, en el término medio la propiedad de su decisión o resolución y la libertad de su decisión o resolución y, por tanto, también la culpa de su hacer [la culpa en que pueda incurrir con su hacer]. Este mediador, en cuanto en relación inmediata con el ser inmutable [y por tener tal relación inmediata con el ser inmutable], sirve con sus consejos acerca de lo justo, acerca de lo que se debe hacer. La acción, en cuanto no es sino seguimiento de lo que un extraño ha resuelto, por el lado del hacer o de la voluntad cesa de ser la [acción] propia de ese hacer o de esa voluntad [es decir, esa acción deja de ser propiedad suya]. [Ahora bien, no basta con esa renuncia], pues a la conciencia inesencial le queda todavía el lado objetivo, el lado objetual de esa acción, el lado de objeto de su acción, a saber: el fruto de su trabajo (el fruto del trabajo de la conciencia inesencial) y el goce. Este fruto lo rechaza o repele, pues, igualmente de sí, haciendo también [la conciencia inesencial] renuncia a esa su realidad cobrada y mantenida en el trabajo y en el goce, al igual que ha hecho renuncia a su voluntad; hace renuncia, digo, a esa realidad, en parte en cuanto esa realidad es la conseguida verdad [la alcanzada verdad] de su autonomía autoconsciente (pasando, por tanto, a hacerse representaciones y a decir cosas totalmente extrañas, sin sentido para ella) [es decir, representándose y diciendo cosas totalmente extrañas, que para ella no tienen sentido y caen fuera de su comprensión, o cuyo sentido ella no alcanza, renunciando, pues, a saberse autónomamente y buscando el saber de sí en la fe]; y, en parte, hace renuncia a esa su realidad [cobrada en el trabajo], en cuanto propiedad externa, es decir, cediendo algo de eso que posee, que ha adquirido por el trabajo; y en parte también hace renuncia al goce y disfrute que ha tenido, en cuanto en los ayunos y penitencias vuelve a rehusarse ella a ella misma de nuevo por entero [desquitándoselos] ese goce y disfrute.
Conversaciones en Madrid
[228] En ese término medio, pues, ésta, la conciencia, se libera de la actividad y del disfrute en tanto que suyos; en cuanto extremo para sí, repele de sí la esencia de su voluntad, y arroja sobre el término medio, o sobre el sirviente, el carácter propio y la libertad de la resolución, y con ellos, la culpa de su actividad. Este intermediador, en tanto que está en referencia inmediata con la esencia inmutable, sirve dando consejos acerca de lo que es justo. La acción, en cuanto consiste en seguir una resolución ajena, deja de ser propia por el lado de la actividad o de la voluntad. A la conciencia inesencial, sin embargo, le queda todavía su lado objetual, a saber, el fruto de su trabajo y el disfrute. A este último, entonces, también lo repele de sí, e igual que hace renuncia de su voluntad, también lo hace de su realidad efectiva obtenida en el trabajo y en el disfrute; renuncia a ella, en parte, como a la verdad alcanzada de su autonomía autoconsciente: en tanto que ella se mueve representando y hablando algo totalmente ajeno, sin sentido para ella; en parte, como a un patrimonio externo: en tanto que cede algo de la posesión que ha adquirido por medio del trabajo; en parte, renuncia al disfrute que ha tenido: en tanto que vuelve a prohibírselo enteramente con el ayuno y la mortificación.
Conversations in Washington
[228] [228]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition Within the mediating middle, this consciousness frees itself from doing and consumption as what are its own. As an extreme existing-for-itself, it repels from itself the essence of its will, and it shifts over to the mediating term, or to the servant, the very ownness of its decisions and its freedom and, with that, any blame x2Schuld. Alternatively it could be translated as “responsibility,” or even as “guilt.” for its own acts. Since this mediator is in an immediate relation to the unchangeable essence, he renders service by offering counsel about what is right. According to those aspects of doing or of willing, the action, as it is obedience to an alien decision, ceases to be its own. However, for the inessential consciousness, what still remains is its objective aspect, namely, the fruit of its labor and its consumption. It likewise repels these from itself, and it renounces its willing as well as the actuality contained in its labor and consumption. In part, it renounces that actuality as the truth it has attained concerning its self-conscious self-sufficiency – while it preoccupies itself with representational thinking and with talking about something that is, to itself, totally alien and senseless. In part, it renounces it as being external property – while it gives up something of the possession it has acquired through its labor. And in part, it renounces its consumption – while in its fastings and its mortifications, it again denies itself that consumption.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION