Gespräche in der Dämmerung 00210

Parte de:

B. Autoconciencia [B. Selbstbewußtsein] /  IV: La Verdad de la Certeza de sí mismo [IV. Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst] / B. Libertad de la autoconciencia; estoicismo, escepticismo y la conciencia desgraciada [B. Freiheit des Selbstbewußtseins; Stoizismus, Skeptizismus und das unglückliche Bewußtsein]

 

[Triple conexión o relación con lo inmutable]

Gespräche in Jena

[210] In dieser Bewegung aber erfährt es eben dieses Hervortreten der Einzelheit am Unwandelbaren und des Unwandelbaren an der Einzelheit. Es wird für es die Einzelheit überhaupt am unwandelbaren Wesen und zugleich die seinige an ihm. Denn die Wahrheit dieser Bewegung ist eben das Einssein dieses gedoppelten Bewußtseins. Diese Einheit wird ihm aber zunächst selbst eine solche, in welcher noch die Verschiedenheit beider das Herrschende ist. Es ist dadurch die dreifache Weise für dasselbe vorhanden, wie die Einzelheit mit dem Unwandelbaren verknüpft ist. Einmal geht es selbst sich wieder hervor als entgegengesetzt dem unwandelbaren Wesen, und es ist in den Anfang des Kampfes zurückgeworfen, welcher das Element des ganzen Verhältnisses bleibt. Das andere Mal aber hat das Unwandelbare selbst an ihm die Einzelheit für es, so daß sie Gestalt des Unwandelbaren ist, an welches hiermit die ganze Weise der Existenz hinübertritt. Das dritte Mal findet es sich selbst als dieses Einzelne im Unwandelbaren. Das erste Unwandelbare ist ihm nur das fremde, die Einzelheit verurteilende Wesen; indem das andere eine Gestalt der Einzelheit wie es selbst ist, so wird es drittens zum Geiste, hat sich selbst darin zu finden die Freude und wird sich, seine Einzelheit mit dem Allgemeinen versöhnt zu sein, bewußt.

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Conversaciones en Valencia

[Triple conexión o relación con lo inmutable]

[210]1Epígrafe: Triple conexión o relación con lo inmutable. Pero en este movimiento la conciencia hace experiencia precisamente de ese hacer aparición la individualidad [Einzelnheit] EN lo inmutable, y lo inmutable EN la individualidad. Para la conciencia [o a la conciencia] la individualidad [Einzelnheit] en general le deviene [le aparece, le surge] en el ser inmutable, a la vez que la suya [la de la conciencia] en él [en el inmutable] [o también: a la vez que la de él en ella] X76X.2Por lo demás la frase, construida sólo con pronombres personales referidos a la conciencia y a lo inmutable (que en alemán tienen la misma forma), es tan simple como desesperante para el traductor. Pues la verdad de este movimiento es precisamente el ser una esta conciencia doble o el ser una esta conciencia doblada [o el ser-una de esta conciencia doble o de esta conciencia doblada, es decir, el que esta conciencia doblada o doble no es sino una]. Pero a la conciencia esta unidad le empieza siendo por de pronto una unidad en la que todavía la diferencia de ambas conciencias es lo dominante. Y hay, por tanto, para ella un triple modo de quedar la individualidad particular en conexión con lo inmutable y ligada a él; un modo consiste en que la conciencia misma vuelva a surgirse a sí misma como contrapuesta al ser inmutable; y, por tanto, se ve así devuelta al principio o inicio de la lucha [Kampf], la cual lucha sigue siendo el elemento o el medio en que se desenvuelve toda esta relación. Pero el otro modo es que lo inmutable mismo cobre en él mismo individualidad [Einzelnheit, es decir, quede contingentemente ahí] para ella; con lo cual dicha individualidad [Einzelnheit] se convierte en forma y figura de lo inmutable, en lo cual inmutable, por tanto, pasa a aposentase [o pasa a entrar] ahora el modo y manera [de ser] que caracteriza a la existencia [a lo inmutable pasa a pertenecer ahora el modo y manera de ser que caracteriza a la existencia]. Y el tercer modo consiste en que la conciencia se encuentre a sí misma en lo inmutable como este singular que ella es [es decir, consiste en que la conciencia, precisamente en esa individualidad o particularidad o quedar suelta en que consiste, se encuentra a sí en lo inmutable] X77X3Quedaría así confirmada la traducción que he hecho más arriba. El primer inmutable [es decir, lo inmutable en el primero de sus modos de estar la conciencia ligada a él] no puede serle a ella [no puede consistir para ella sino en] aquel ser extraño o aquella entidad abscóndita [deus abconditus] y extraña por la que la individualidad queda condenada; pero en cuanto el segundo de los modos no es sino una forma o figura de individualidad [Einzelnheit], tal como la autoconciencia también lo es, resulta que (y ése es el tercero de los modos) X78X4Y Hegel empezará por el concepto de él (cap. V). En el cap. VI tendremos ese modo en su darse él mismo realidad. Con lo cual quiero decir también que no estoy de acuerdo con la interpretación que W. Bonsiepen hace de este pasaje en su introducción a la edición de la Fenomenología del espíritu de H.-F. Wessels y H. Clairmont; difícilmente podía estarse olvidando Hegel aquí del cap. VI. la conciencia se vuelve espíritu, y en eso habrá de encontrarse ella misma su alegría, y se hará a sí consciente de ser ella su individualidad reconciliada con lo universal.

Algunas aclaraciones

X76X = Por lo demás la frase, construida sólo con pronombres personales referidos a la conciencia y a lo inmutable (que en alemán tienen la misma forma), es tan simple como desesperante para el traductor.

X77X = Quedaría así confirmada la traducción que he hecho más arriba.

X78X = Y Hegel empezará por el concepto de él (cap. V). En el cap. VI tendremos ese modo en su darse él mismo realidad. Con lo cual quiero decir también que no estoy de acuerdo con la interpretación que W. Bonsiepen hace de este pasaje en su introducción a la edición de la Fenomenología del espíritu de H.-F. Wessels y H. Clairmont; difícilmente podía estarse olvidando Hegel aquí del cap. VI.

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Conversaciones en Madrid

[210] Pero en la experiencia de este movimiento descubre la conciencia justamente este brotar de la singularidad EN lo inmutable, y de lo inmutable EN la singularidad. La singularidad en general llega a ser para ella en la esencia inmutable, y al mismo tiempo, la suya llega a ser en esa esencia. Pues la verdad de este movimiento es justamente el que esta conciencia doble sea una. Pero, esta unidad llega a ser a los ojos de ella, de primeras, una unidad en la cual todavía domina el carácter diverso de ambas. En virtud de esto, lo que hay para ella es el modo triple en que la singularidad se enlaza con lo inmutable; primero, ella misma brota a sus propios ojos como contrapuesta a la esencia inmutable; y es arrojada de vuelta al comienzo de la lucha, que sigue siendo el elemento de la relación entera. Pero, segundo, para la conciencia, lo inmutable tiene por sí mismo en ello la singularidad, de suerte que ésta es figura de lo inmutable a la que accede, por tanto, el modo entero de la existencia. Tercero, ella se encuentra a sí misma como esto singular en lo inmutable. Lo primero inmutable le es sólo la esencia extraña que condena la singularidad; al ser lo segundo inmutable una figura de la singularidad tal como ella misma es, llega ella, tercero a ser espíritu, [287] tiene la alegría de encontrarse a sí misma ahí, y se hace consciente de ser su singularidad reconciliada con lo universal.

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Conversations in Washington

[210] [210]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition However, in this movement consciousness experiences this very emergence of singular individuality in the unchangeable and the emergence of the unchangeable in singular individuality. For consciousness, that singular individuality itself comes to be in the unchangeable essence, and, at the same time, its own singular individuality comes to be in the unchangeable essence. For the truth of this movement is the very oneness of this doubled consciousness. However, to itself, this unity becomes at first itself the sort of unity in which the difference of both is still dominant. As a result, what is present for consciousness is the threefold way in which singular individuality is bound up with the unchangeable. At one time, it comes forth again, to itself, as opposed to the unchangeable essence, and it is thrown back to the beginning of the struggle, which remains the element of the whole relationship. However, at another time, for consciousness the unchangeable itself has in itself singular individuality such that singular individuality is a shape of the unchangeable into which the entire way of existing moves over. At a third time, consciousness finds itself to be this singular individuality within the unchangeable. To consciousness, the first unchangeable is only the alien essence passing sentence on it. While the other unchangeable is a shape of singular individuality like itself, consciousness becomes, thirdly, spirit. It has the joy of finding itself therein, and it is aware that its singular individuality is reconciled with the universal.

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Conversaciones en el Atrium

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