Gespräche in der Dämmerung 00169

Parte de:

B. Autoconciencia [B. Selbstbewußtsein] /  IV: La Verdad de la Certeza de sí mismo [IV. Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst]

 

[La vida]

Gespräche in Jena

[169] Die Bestimmung des Lebens, wie sie sich aus dem Begriffe oder dem allgemeinen Resultate ergibt, mit welchem wir in diese Sphäre eintreten, ist hinreichend, es zu bezeichnen, ohne daß seine Natur weiter daraus zu entwickeln wäre; ihr Kreis beschließt sich in folgenden Momenten. Das Wesen ist die Unendlichkeit als das Aufgehobensein aller Unterschiede, die reine achsendrehende Bewegung, die Ruhe ihrer selbst als absolut unruhiger Unendlichkeit; die Selbständigkeit selbst, in welcher die Unterschiede der Bewegung aufgelöst sind; das einfache Wesen der Zelt, das in dieser Sichselbstgleichheit die gediegene Gestalt des Raumes hat. Die Unterschiede sind aber an diesem einfachen allgemeinen Medium ebenso sehr als Unterschiede; denn diese allgemeine Flüssigkeit hat ihre negative Natur nur, indem sie ein Aufheben derselben ist; aber sie kann die Unterschiedenen nicht aufheben, wenn sie nicht ein Bestehen haben. Eben diese Flüssigkeit ist als die sichselbstgleiche Selbständigkeit selbst das Bestehen oder die Substanz derselben, worin sie also als unterschiedene Glieder und fürsichseiende Teile sind. Das Sein hat nicht mehr die Bedeutung der Abstraktion des Seins noch ihre reine Wesenheit [die] der Abstraktion der Allgemeinheit; sondern ihr Sein ist eben jene einfache flüssige Substanz der reinen Bewegung In sich selbst. Der Unterschied dieser Glieder gegeneinander aber als Unterschied besteht überhaupt in keiner anderen Bestimmtheit als der Bestimmtheit der Momente der Unendlichkeit oder der reinen Bewegung selbst.

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Conversaciones en Valencia

[La vida]

[169]1Epígrafe: La vida La determinación [definición] de la vida, tal como esa determinación [o definición] se sigue o se desprende o se obtiene del concepto o del resultado universal con el que hemos entrado en esta esfera [en la figura de la autoconciencia], es suficiente para caracterizarla [es decir, basta por el momento con lo dicho al final del cap. III], sin que a partir de ello hayamos de desarrollar con más detalle su naturaleza; [conforme a lo dicho en el cap. III] el círculo de esa naturaleza comprende en sí los momentos siguientes: la esencia [es decir, aquello en que consiste el ser o la esencia de la vida] es la infinitud en cuanto un quedar suprimidas y superadas todas las diferencias, es decir, es ese puro movimiento con que gira el eje [sobre sí] mismo, esto es: el estar en sí quieto ese movimiento o infinitud en cuanto infinitud absolutamente inquiescente; es la autonomía misma, es decir, es el reposar por entero en sí ese movimiento, en la cual autonomía o en el cual reposar se han disuelto las diferencias de ese movimiento; es la esencia simple del tiempo que en esta igualdad consigo misma cobra la figura pura, simple y sólida y dura del espacio XX7X.2Véase infra Algunas aclaraciones XX7X. Pero las diferencias, en este medio universal simple, están asimismo como diferencias; pues este fluido universal sólo tiene su naturaleza negativa [es decir, sólo tiene la naturaleza negativa que le caracteriza] en cuanto él es un suprimir y superar esas diferencias; y no puede suprimir y superar las cosas distinguidas si éstas no tienen una consistencia, es decir, si éstas no tienen un darse ellas ahí o un estar ellas ahí [como distintas]. Y precisamente este fluido, en cuanto autonomía igual a sí misma, en cuanto un reposar sobre sí igual a sí mismo, es él mismo la consistencia o el estar-ahí o el darse, o la sustancia de esas cosas distintas, en el cual están ellas en cuanto miembros distintos y como partes que son para sí. El ser [en lo que concierne a estos miembros y partes] ya no tiene el significado de la abstracción del ser [que tenía en el saber sensible, cap. I], ni tampoco su pura esencialidad [la de esos miembros y partes] tiene el significado de la abstracción de la universalidad [como en la percepción, cap. II]; sino que el ser de los miembros y partes es, precisamente, esa líquida sustancia simple del puro movimiento en sí mismo [el resultado de las consideraciones sobre el entendimiento, cap. III]. Y la diferencia de estos miembros los unos contra los otros y los otros contra los unos [o de los unos respecto a los otros y de los otros respecto a los unos], en cuanto tal diferencia, no consiste en otra determinidad que en la determinidad de momentos de la infinitud o del puro movimiento mismo [conforme a lo expuesto al final del cap. III].

Algunas aclaraciones

XX7X = Esto no se entiende aquí sin más, tenga paciencia el lector, se entenderá quizá un poco mejor al final del cap. VIII, pero se puede dar alguna indicación acerca de lo que con ello quiere decir el autor.

Para Hegel el tiempo es el angeschauter Begriff, el concepto intuido, el concepto en el quedar el concepto ahí a la vista. El ahora, como hemos visto más arriba, no es de verdad el ahora que es sino dejando de ser el ahora que era y siendo el que aún no era, que ahora acaba de dejar de ser para ser ahora el ahora que es, el cual ya no es ahora; el ahora nunca es sino siendo otro que él; es siempre un ahora ya no, y un ahora aun no.

Ahora imaginémonos un fragmento de espacio; para imaginárselo, en cierta manera hay que recorrerlo, ahora aquí, ahora aquí, ahora aquí, ahora aquí, etc. Diríase que los aquíes son los ahoras que, por decirlo así, irían quedando ahí convertidos en sólidos y duros.

El parágrafo 82 de Ser y tiempo de M. Heidegger contiene una discusión con este concepto de tiempo como angeschauter Begriff, lo cual, ciertamente, es ir al centro de la cuestión, es decir, al centro de la relación entre autoconciencia y tiempo, entre la «comprensión del ser» (en el sentido en el que Leibniz entiende dicha comprensión en los parágrafos 29 ss. de la Monadología) y el tiempo.

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Conversaciones en Madrid

[169] La definición de vida tal como resulta del concepto o del resultado general con el que entramos en esta esfera alcanza lo suficiente como para designarla sin que sea preciso desarrollar más su naturaleza; su ciclo se cierra en los momentos siguientes. La esencia es la infinitud en cuanto el estar canceladas todas las diferencias, el movimiento puro alrededor de un eje, la quietud de sí misma en cuanto infinitud absolutamente inquieta; la propia autonomía de sostenerse por sí misma, donde están disueltas las diferencias del movimiento; la esencia simple del tiempo, que tiene en esta seipseigualdad la figura sólida y consistente del espacio. Pero, en la misma medida, las diferencias están en este medio simple universal en cuanto diferencias: pues esta fluidez universal tiene su naturaleza negativa sólo en tanto que es un cancelar las mismas; pero no puede cancelar a los diferentes si estos no tienen una subsistencia. Precisamente esta fluidez, en cuanto autonomía igual a sí misma, es ella misma el subsistir, o la substancia de esos diferentes, donde ellos, por tanto, están como miembros diferenciados y partes que son para sí. El ser no tiene ya el significado de la abstracción del ser, ni su esencialidad pura tiene el significado de la abstracción de la universalidad; sino que su ser es justo aquella substancia simple fluida del movimiento puro dentro de sí mismo. Mas la diferencia recíproca de estos miembros en cuanto diferencia no consiste, en general, en otra determinidad que la determinidad de los momentos de la infinitud o del mismo movimiento puro.

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Conversations in Washington

[169] [169]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition The determination of life as it has resulted from the concept, or from the general results with which we enter this sphere, is sufficient to characterize it. (There is no further need to develop its nature any further out of those factors). Its cycle resolves itself into the following moments. The essence is infinity as the sublation of all differences, the pure movement rotating on its own axis, its own motionless being as absolutely restless infinity. It is to be characterized as self-sufficiency itself into which the differences of the movement have been dissolved. Moreover, it is to be characterized as the simple essence of time, which in this self-equality is the unalloyed shape of space. However, in this simple universal medium, the differences are just as much as differences, for this universal fluidity has its negative nature only as it is their sublating. However, it cannot sublate them if they have no stable existence. This very fluidity, as self-equal self-sufficiency, is their stable existence, or it is their substance in which they are thus differentiated members and parts, where each is existing-for-itself. The meaning of “Being” is no longer that of the abstraction of being, nor is it that of their pure essentiality, of the abstraction of universality; rather, their being is just that simple fluid substance of the pure movement within itself. However, the difference among these members with respect to each other consists, as difference, in no other determinateness at all other than that of the determinateness of the moments of infinity, or of the pure movement itself.

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Conversaciones en el Atrium

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