Gespräche in der Dämmerung 00123

Parte de:

A. Conciencia [A. Bewußtsein] / II: La percepción; o la cosa y la equivocación [II. Die Wahrnehmung oder das Ding und die Täuschung]

 

[El Uno y el También; la cosa y las otras cosas; doble en-cuanto, y diferencia absoluta; lo esencial y lo inesencial]

Gespräche in Jena

[123] Das Bewußtsein ist also auch aus dieser zweiten Art, sich im Wahrnehmen zu verhalten, nämlich das Ding als das wahre Sichselbstgleiche, sich aber für das Ungleiche, für das aus der Gleichheit heraus in sich Zurückgehende zu nehmen, selbst heraus, und der Gegenstand ist ihm jetzt diese ganze Bewegung, welche vorher an den Gegenstand und an das Bewußtsein verteilt war. Das Ding ist Eins, in sich reflektiert; [101] es ist für sich, aber es ist auch für ein Anderes, und zwar ist es ein anderes für sich, als es für [ein] Anderes ist. Das Ding ist hiernach für sich und auch für ein Anderes, ein gedoppeltes verschiedenes Sein, aber es ist auch Eins, das Einssein aber widerspricht dieser seiner Verschiedenheit; das Bewußtsein hätte hiernach dies Ineinssetzen wieder auf sich zu nehmen und von dem Dinge abzuhalten. Es müßte also sagen, daß das Ding, insofern es für sich ist, nicht für Anderes ist. Allein dem Dinge selbst kommt auch das Einssein zu, wie das Bewußtsein erfahren hat; das Ding ist wesentlich in sich reflektiert. Das Auch oder der gleichgültige Unterschied fällt also wohl ebenso in das Ding als das Einssein, aber, da beides verschieden, nicht in dasselbe, sondern in verschiedene Dinge; der Widerspruch, der an dem gegenständlichen Wesen überhaupt ist, verteilt sich an zwei Gegenstände. Das Ding ist also wohl an und für sich, sich selbst gleich, aber diese Einheit mit sich selbst wird durch andere Dinge gestört; so ist die Einheit des Dings erhalten und zugleich das Anderssein außer ihm sowie außer dem Bewußtsein.

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Conversaciones en Valencia

[El Uno y el También; la cosa y las otras cosas; doble en-cuanto, y diferencia absoluta; lo esencial y lo inesencial]

[123] La conciencia se ve, pues también fuera [se ve, pues, también echada] de esta segunda manera de ver la cosa, de esta segunda manera de comportarse en la percepción, a saber, la de tomar la cosa por lo verdadero igual a sí mismo, y la tomarse ella a sí [es decir, a la conciencia] por lo desigual, es decir, por aquello que, desde esa igualdad y saliéndose de esa igualdad, retorna a sí, la conciencia, digo, se ve también ella misma fuera [echada] de esa segunda manera de comportarse, y el objeto le es ahora a ella [el objeto se convierte ahora para ella] en ese movimiento entero que antes estaba dividido entre el objeto y la conciencia [o que antes se distribuía entre el objeto y la conciencia]. La cosa es una, reflectida en sí; la cosa es para sí; pero también es para otro; y, por tanto, la cosa, en cuanto siendo para otro, es otro Para-sí [o es Otra para sí]. La cosa es, por tanto, para sí, y también para otro, la cosa es un doble ser-distinto X26X1Primero la cosa es para sí, igual a sí. Para ser igual a sí, la cosa se ha doblado a fin de poder establecer esa igualdad consigo. Este es su primer ser-distinta. Al ser la cosa otro Para-sí (o un Para-sí otro), el para-sí no lo es sino consistiendo a la vez en ser-otro. Éste es el segundo ser-distinta o ser-otra la cosa. [o un doblado ser-distinto o un doble o doblado ser ella distinta]; pero también es Una; y el ser una la cosa contradice esa su diversidad; la conciencia tendría, por tanto, que hacer recaer otra vez sobre ella ese poner-en Uno [in Eins setzen] [ese aunar, ese convertir en una esa diversidad], y apartarlo [retirarlo de nuevo] de la cosa. La conciencia tendría, pues, que decir que la cosa, en cuanto es para sí, no es para otro. Sólo que a la cosa misma le conviene también el ser-Una [por tanto, la conciencia no tiene necesidad de hacer tales operaciones], como la conciencia ha experimentado; la cosa está esencialmente reflectida en sí [de eso es de lo que la conciencia ha hecho experiencia]. Pero el También, o lo que es lo mismo: la indiferente diferencia habrá de recaer, por tanto, también en la cosa, al igual que es en la cosa donde recae el ser la cosa Una [es decir, tanto el ser Uno como el También tienen que caer del mismo lado]; pero como ambos son diferentes [como el ser-Uno y el También son diferentes] no podrán recaer en la misma cosa, sino en cosas distintas; la contradicción que nos aparece así en lo que el objeto es se divide en dos objetos [o se distribuye en dos objetos]. La cosa es, sin duda, en y para sí, igual a sí misma; pero esta unidad consigo misma queda perturbada por otras cosas; y así, se conserva la unidad de la cosa, pero a la vez el ser-otro fuera de ella [lo otro fuera de ella, fuera de la cosa], así como fuera de la conciencia.

Algunas aclaraciones

X26X = Primero la cosa es para sí, igual a sí. Para ser igual a sí, la cosa se ha doblado a fin de poder establecer esa igualdad consigo. Este es su primer ser-distinta. Al ser la cosa otro Para-sí (o un Para-sí otro), el para-sí no lo es sino consistiendo a la vez en ser-otro. Éste es el segundo ser-distinta o ser-otra la cosa.

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Conversaciones en Madrid

[123] La conciencia misma, pues, también está ya ella misma fuera de esta segunda especie de comportarse en el percibir, a saber, la que consiste en tomar la cosa como lo verdadero igual a sí mismo, y tomarse a sí por lo no igual, por lo que saliendo de la igualdad retorna a sí; ahora, a sus ojos, el objeto es este movimiento como un todo, que previamente estaba repartido en el objeto y en la conciencia. La cosa es una, está reflexionada dentro de sí; es para sí; pero también es para otro; y es, por cierto, otra para sí en cuanto que es para otro. Según esto, la cosa es para sí, y también para otro, es un ser doble diverso; pero es también una; mas el ser-una contradice esta diversidad suya: según esto, la conciencia tendría que tomar de nuevo sobre sí este poner-en-una-unidad, y mantenerlo alejado de la cosa. Tendría que decir, entonces, que la cosa, en la medida en que es para sí, no es para otro. Sólo que a la cosa misma también le incumbe el ser-una, tal como ha experimentado la conciencia; la cosa está esencialmente reflexionada dentro de sí. El también, o la diferencia indiferente cae, pues, en la cosa tanto como el ser-uno; pero, puesto que ambos, el también y el ser-uno, son diversos, no caen en la misma cosa, sino en cosas diversas; la contradicción que hay en general en la esencia objetual se distribuye en dos objetos. La cosa, pues, en y para sí, es igual a sí misma; pero esta unidad consigo misma resulta perturbada por otras cosas; de este modo, se conserva la unidad de la cosa al mismo tiempo que el ser-otro fuera de ella, así como fuera de la conciencia.

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Conversations in Washington

[123] [123]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Consciousness has thus also outside of this second way of conducting itself in perceiving, namely, to take the thing as the true, the thing as self-equal, but to take itself to be the unequal, to be what is returning back into itself from out of equality; and the object now is, to consciousness, this whole movement which previously was shared between consciousness and the thing. The thing is One, reflected into itself; it is for itself, but it is also for an other, namely, it is an other for itself as it is for an other. The thing thereby is for itself and also for an other, a doubly diverse being, but it is also One. However, its oneness contradicts its diversity; consciousness would thereby have to take this positing-into-a-one upon itself again and keep it apart from the thing. It would therefore have to say that the thing, insofar as it is for itself is not for others. Yet, as consciousness has learned from experience, oneness also corresponds to the thing itself; the thing is essentially reflected into itself. The Also, or the indifferent difference, falls just as much into the thing as it does into oneness, but since both are different, it does not fall into the same thing but rather into different things. The contradiction, which is per se in the objective essence, is distributed into two objects. The thing therefore is in and for itself, self-equal, but this unity with itself is disturbed through other things. In that way, the unity of the thing is preserved and, at the same time, that otherness, which is external to the thing just as it is to consciousness, is preserved.

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Conversaciones en el Atrium

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