Gespräche in der Dämmerung 00121

Parte de:

A. Conciencia [A. Bewußtsein] / II: La percepción; o la cosa y la equivocación [II. Die Wahrnehmung oder das Ding und die Täuschung]

[El en-cuanto, o la conciencia y el ser la cosa una]

Gespräche in Jena

[121] Bei diesem Wahrnehmen nun ist das Bewußtsein zugleich sich bewußt, daß es sich auch in sich selbst reflektiert und in dem Wahrnehmen das dem Auch entgegengesetzte Moment vorkommt. Dies Moment aber ist Einheit des Dings mit sich selbst, welche den Unterschied aus sich ausschließt. Sie ist es demnach, welche das Bewußtsein auf sich zu nehmen hat; denn das Ding selbst ist das Bestehen der vielen verschiedenen [100] und unabhängigen Eigenschaften. Es wird also von dem Dinge gesagt: es ist weiß, auch kubisch und auch scharf usf. Aber insofern es weiß ist, ist es nicht kubisch, und insofern es kubisch und auch weiß ist, ist es nicht scharf usf. Das Ineinssetzen dieser Eigenschaften kommt nur dem Bewußtsein zu, welches sie daher an dem Ding nicht in Eins fallen zu lassen hat. Zu dem Ende bringt es das Insofern herbei, wodurch es sie auseinander und das Ding als das Auch erhält. Recht eigentlich wird das Einssein von dem Bewußtsein erst so auf sich genommen, daß dasjenige, was Eigenschaft genannt wurde, als freie Materie vorgestellt wird. Das Ding ist auf diese Weise zum wahrhaften Auch erhoben, indem es eine Sammlung von Materien und, statt Eins zu sein, zu einer bloß umschließenden Oberfläche wird.

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Conversaciones en Valencia

[El en-cuanto, o la conciencia y el ser la cosa una]

[121] Pues bien, en tal percipere, en tal tomar la cosa en su verdad [en lo que ella es y como lo que ella es], la conciencia es a la vez consciente de que ella se reflicte también en sí misma y de que en tal percibir aparecía asimismo el momento contrapuesto a ese También. Y ese momento [el contrapuesto al También] era unidad de la cosa consigo misma que excluía de sí la diferencia. Y es, por consiguiente, esa unidad la que la conciencia tiene que hacer recaer sobre sí [o tiene que tomar sobre sí]. Pues la cosa misma [no es tal unidad, sino que la cosa misma] es el darse ahí [el quedar ahí, el subsistir ahí] las muchas propiedades diversas e independientes [el estar ahí esas múltiples propiedades consistiendo en serlas, en ser tales propiedades, el Bestehen de tales propiedades]. De la cosa se dice, pues, que es blanca, también cúbica y también salada, etc. Pero en cuanto [repare el lector en la expresión en-cuanto, en la que va insistir el autor en lo que sigue] es blanca no es cúbica, pero en cuanto es cúbica y también blanca, no es salada, etc. El poner estas propiedades en uno [es decir, el ponerlas como propiedades de la misma cosa una, el reducirlas a ser una sola cosa, o a no componer sino una sola cosa] es algo que sólo compete a la conciencia, la cual, por tanto, en la cosa misma no ha de dejar caer o recaer tales propiedades en dicho ser-uno, es decir, en dicha unidad [es decir, en dicho tratarse de una cosa una, el ser-una no está en la cosa sino en la conciencia que pone la cosa como una]. Y en último término es ella [es decir, es la conciencia] la que aporta ese «en cuanto» por medio del cual la conciencia mantiene las propiedades separadas unas de otras, y mantiene la cosa como el También. Por tanto, es precisamente cuando aquello que hemos llamado propiedad pasa a ser presentado como materia libre [freye Materie], es entonces [y en realidad no antes] cuando propiamente la conciencia hace recaer sobre ella [sobre la conciencia] ese ser-Uno [ese ser una la cosa], [es decir, es entonces cuando la conciencia está haciendo recaer de verdad sobre ella ese ser-uno]. Pues es de esta forma como la cosa es elevada a verdadero También por la vía de convertirse en una colección de materias y en lugar de ser Una [o en lugar de ser unidad] convertirse en una superficie meramente envolvente.

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Conversaciones en Madrid

[121] Ahora bien, en este percibir, la conciencia es consciente, al mismo tiempo, de que también reflexiona en sí misma y de que dentro del percibir adviene el momento opuesto al también. Pero este momento es la unidad de la cosa consigo misma, la cual excluye de sí la diferencia. Según esto, es la unidad lo que la conciencia ha de tomar sobre sí; pues la cosa misma es el subsitir de las muchas propiedades diversas e independientes. Se dice de la cosa, entonces, que es blanca, y también cúbica, y también picante, etc. Pero, en la medida en que es blanca, no es cúbica, y en la medida en que es cúbica y también blanca, no es picante, etc. Poner en una cosa estas propiedades es algo que le incumbe sólo a la conciencia, la cual, por eso, no tiene que dejar que se confundan dentro de la cosa. A este fin, la conciencia aporta el en-la-medida-que, con lo que las mantiene separadas, y mantiene la cosa como el también. Dicho del modo más propio, el ser-uno sólo lo toma la conciencia sobre sí de tal manera que aquello que se denominaba propiedad sea representado como materia libre. De este modo, la cosa queda elevada hasta un también de verdad al convertirse en una colección de materias y, en lugar de ser Una, deviene una mera superficie envolvente.

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Conversations in Washington

[121] [121]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition Now, in this perceiving, consciousness is at the same time conscious that it also reflects itself into itself and that in perceiving, the moment opposed to the Also crops up. However, this moment is the unity of the thing with itself which excludes difference from itself. It is accordingly the unity that consciousness has to take upon itself, for the thing itself is the stable existence of many various and independent properties. It is therefore said of the thing: It is white, also cubical, and also tart, etc. However, insofar as it is white, it is not cubical, and insofar as it is cubical and also white, it is not tart, etc. The positing-into-a-one 2Das In-eins-setzen of these properties belongs only to consciousness, which thus has to avoid letting them fall into a One in the thing. To that end, consciousness brings into play the Insofar whereby it keeps the properties apart from each other and it keeps the thing as the Also. Quite rightly, consciousness takes upon itself the Oneness in such a way so that what was called a property is now represented as a free-standing matter. In this way, the thing is elevated into being a genuine Also, while it becomes a collection of matters and, instead of being a One, it becomes merely an enclosing surface.

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Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

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