Gespräche in der Dämmerung 00119
Parte de:
A. Conciencia [A. Bewußtsein] / II: La percepción; o la cosa y la equivocación [II. Die Wahrnehmung oder das Ding und die Täuschung]
[La separación entre la reflexión-en-sí y el percibir; la conciencia percipiente como el medio del ser la cosa una; y de cómo ese medio resulta no ser la conciencia, sino la cosa]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[119] Ich werde also zuerst des Dings als Eines gewahr und habe es in dieser wahren Bestimmung festzuhalten; wenn in der Bewegung des Wahrnehmens etwas dem Widersprechendes vorkommt, so ist dies als meine Reflexion zu erkennen. Es kommen nun in der Wahrnehmung auch verschiedene Eigenschaften vor, welche Eigenschaften des Dings zu sein scheinen; allein das Ding ist Eins, und von dieser Verschiedenheit, wodurch es aufhörte, Eins zu sein, sind wir uns bewußt, daß sie in uns fällt. Dies Ding ist also in der Tat nur weiß, an unser Auge gebracht, scharf auch, an unsere Zunge, auch kubisch, an unser Gefühl usf. Die gänzliche Verschiedenheit dieser Seiten nehmen wir nicht aus dem Dinge, sondern aus uns; sie fallen uns an unserem von der Zunge ganz unterschiedenen Auge usf. so auseinander. Wir sind somit das allgemeine Medium, worin solche Momente sich absondern und für sich sind. Hierdurch also, daß wir die Bestimmtheit, allgemeines Medium zu sein, als unsere Reflexion betrachten, [99] erhalten wir die Sichselbstgleichheit und Wahrheit des Dinges, Eins zu sein.
Conversaciones en Valencia
[La separación entre la reflexión-en-sí y el percibir; la conciencia percipiente como el medio del ser la cosa una; y de cómo ese medio resulta no ser la conciencia, sino la cosa]
[119] Primero, pues, me percato de la cosa como algo uno, y tengo que retenerla en esta determinación verdadera; y si en el movimiento del percibir se presenta algo que contradice a esto, no tengo más remedio que reconocerlo como mi reflexión; ahora bien, en la percepción se presentan también diversas propiedades, las cuales parecen ser propiedades de la cosa; sólo que la cosa es algo uno y, por tanto, somos conscientes de que esta diversidad, a causa de la cual la cosa cesaría de ser algo uno, recae en nosotros. Esta cosa es, pues, efectivamente sólo blanca cuando nos la ponemos ante nuestros ojos, pero también de sabor fuerte [salada] cuando nos la aplicamos a nuestra lengua, y también cúbica cuando se la refiere a nuestro sentido espacial. La entera diversidad de tales respectos no es algo que tomemos de la cosa, sino de nosotros, y así resulta que caen unos fuera de otros recayéndonos en nuestros ojos en cuanto completamente distintos de nuestra lengua, etc. Somos, pues, nosotros el medio universal en que tales momentos se separan e individualizan y son para sí. Y por esa vía, pues, es decir, por la vía de haber de considerar nosotros como reflexión nuestra la determinidad de ser nosotros medio universal, y sólo por esa vía, mantenemos la igualdad consigo misma de la cosa y la verdad de la cosa, es decir, el ser la cosa algo uno.


Conversaciones en Madrid
[119] Primero, pues, percibo la cosa como un Uno, y he de mantenerla firmemente en esta determinación verdadera; si en el movimiento del percibir adviene algo que le contradiga, eso ha de reconocerse como mi reflexión. Ahora bien, en la percepción advienen también diversas propiedades que parecen ser propiedades de la cosa; sólo que la cosa es Una, y somos conscientes de que esa diversidad, por la que la cosa deja de ser Una, cae dentro de nosotros XX*X.1Hegel interviene aquí en la discusión sobre las cualidades secundarias. Locke, en el Essay Concerning Human Understanding, distinguía las cualidades primarias de las cosas, ligadas a su extensión, y las cualidades secundarias, relacionadas con el efecto de las cosas sobre los sentidos: no estarían, por tanto, en sí en las cosas. Cf. Locke, J.: Essay Concerning Human Understanding, Libro II, cap. VIII, en Works of John Locke, vol. 1, op. cit., pp. 117-129. Entonces, esta cosa, de hecho, es puesta como sólo blanca delante de nuestros ojos, y también como picante en nuestra lengua, también cúbica al tacto, etcétera. Toda la diversidad de estos aspectos no la tomamos de la cosa, sino de nosotros; se nos separan y caen así ante nuestros ojos, que son totalmente diferentes de la lengua, etcétera. Nosotros somos, por tanto, el medio universal donde tales momentos se separan particularizándose y son para sí. Por el hecho, pues, de que contemplamos la determinidad de ser medio universal como nuestra reflexión, somos nosotros los que conservamos la seipseigualdad y la verdad de la cosa: ser Una.
Algunas aclaraciones
XX*X = Hegel interviene aquí en la discusión sobre las cualidades secundarias. Locke, en el Essay Concerning Human Understanding, distinguía las cualidades primarias de las cosas, ligadas a su extensión, y las cualidades secundarias, relacionadas con el efecto de las cosas sobre los sentidos: no estarían, por tanto, en sí en las cosas. Cf. Locke, J.: Essay Concerning Human Understanding, Libro II, cap. VIII, en Works of John Locke, vol. 1, op. cit., pp. 117-129.
Conversations in Washington
[119] [119]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition At first, I view the thing as one, and I have to hold fast to it in this true determination. If in the movement of perceiving, there is something which comes up which contradicts that perceiving, then this is to be cognized as my reflection. Now, in perception various properties turn up that seem to be properties of things, yet the thing is One, and we ourselves are conscious of this diversity through which it ceases to be One as falling within us. The thing is therefore in fact only white as it is brought to our eyes, it is also tart on our tongues, and also cubical to our feel, etc. We do not take the entire diversity of these aspects from the thing but from ourselves. To us, they come undone from each other in this way because the eye is quite distinct from the tongue, and so on. We are thus the universal medium within which such moments dissociate themselves from each other, and in which each is on its own.3für sich Thereby, since we regard this determinateness (that we are the universal medium) as our reflection, we preserve the self-equality and the truth of the thing, namely, its being One.
Some clarifications
The ideas expresed in this paragraph could be clarified by the distinction between primary and secondary qualities expounded by John Lock (An Essay Concerning Human Understanding).
Qualities thus considered in bodies are: First, such as are utterly inseparable from the body […] [namely] solidity, extension, figure, and mobility […] Secondly, such qualities which in truth are nothing in the objects themselves but powers to produce various sensations in us by their primary qualities, ie by their bulk, figure, texture, and motion of their insensible parts, as colours, sounds, tastes, etc. These I call secondary qualities (AECHU, Book II, Ch. VIII, Section 9).
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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