Gespräche in der Dämmerung 00061
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Prefacio (Prólogo) [Vorrede]
[La proposición especulativa]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[61] Formell kann das Gesagte so ausgedrückt werden, daß die Natur des Urteils oder Satzes überhaupt, die den Unterschied des Subjekts und Prädikats in sich schließt, durch den spekulativen Satz zerstört wird und der identische Satz, zu dem der erstere wird, den Gegenstoß zu jenem Verhältnisse enthält. – Dieser Konflikt der Form eines Satzes überhaupt und der sie zerstörenden Einheit des Begriffs ist dem ähnlich, der im Rhythmus zwischen dem Metrum und dem Akzente stattfindet. Der Rhythmus resultiert aus der schwebenden Mitte und Vereinigung beider. So soll auch Im philosophischen Satze die Identität des Subjekts und Prädikats den Unterschied derselben, den die Form des Satzes ausdrückt, nicht vernichten, sondern ihre Einheit [soll] als eine Harmonie hervorgehen. Die Form des Satzes ist die Erscheinung des bestimmten Sinnes oder der Akzent, der seine Erfüllung unterscheidet; daß aber das Prädikat die Substanz ausdrückt und das Subjekt selbst ins Allgemeine fällt, ist die Einheit, worin jener Akzent verklingt.
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[La proposición especulativa]
[61] Formalmente, lo dicho puede expresarse diciendo que la naturaleza del juicio o del enunciado [Satz] X75X,1Vide infra Algunas aclaraciones X75X. que la naturaleza del juicio o de la frase en general, que incluye en sí la diferencia entre sujeto y predicado, que esa naturaleza, digo, queda destruida por la oración especulativa, y que el enunciado de identidad o el juicio de identidad en que se convierte el primero [es decir, en el que se convierte el enunciado de partida mediante el movimiento especulativo], se convierte de rechazo en un golpe sobre aquella relación [revierte como un contragolpe sobre la relación entre sujeto y predicado tal como habitualmente se concibe]. — Este conflicto entre la forma de una oración enunciativa en general [en cuanto consistiendo esa oración enunciativa en sujeto, cópula y predicado] y la unidad del concepto, unidad que opera destructivamente sobre esa forma, es un conflicto similar a aquel que en el ritmo se produce entre el metro y el acento X76X.2Vide infra Algunas aclaraciones X76X. El ritmo resulta de ese, por así decir, flotante término medio entre ambos y flotante unión de ambos. Y así, tampoco en el enunciado filosófico la identidad de sujeto y predicado tiene que anular o aniquilar la diferencia entre ambos [entre sujeto y predicado] X77X3Vide infra Algunas aclaraciones X77X. que la propia forma del enunciado expresa, sino que en la proposición filosófica [o en la oración filosófica o en el enunciado filosófico] lo que ha de suscitarse es, precisamente, la unidad de ambos como una armonía. La forma del enunciado es el fenómeno o aparición del sentido determinado, o lo que es lo mismo: es el acento, el cual sentido determinado o el cual acento introduce una distinción en su propio llenarse o en su propio cumplirse [en su propio estar mostrándose como ese sentido que se cumple en algo]; ahora bien, el que el predicado lo que exprese sea la sustancia [que el predicado exprese aquello mismo en lo que lo predicado inhiere] y que el sujeto mismo caiga en lo universal [en que el predicado consiste ], ésa es precisamente la unidad en la que aquel acento disuena [en la que el acento introduce una diferencia] [o es la unidad en que se muestra la tensión entre estructura de sujeto y predicado (o metro) y sentido de la frase (o acento)].
Algunas aclaraciones
X75X
Satz es un término que en alemán significa frase y que abarca todas las distinciones a las que hoy nos tiene acostumbrados la filosofía analítica del lenguaje, y puede traducirse por casi todas ellas (oración, enunciado, proposición…). Hegel utiliza más bien Urteil en el sentido de juicio o proposición, de resultado de la actividad de juzgar, y Satz como el signo o expresión de ello. Pero en otras ocasiones se diría que lo usa también masivamente en el sentido de proposición o principio.
X76X
Si, por ejemplo, al medir un hexámetro, uno va marcando la medida de los dáctilos o espondeos hasta el dáctilo y el espondeo finales, resulta que uno propiamente no acentúa la frase en que consiste ese hexámetro, y la lectura suena entonces a un ejercicio escolar de métrica y no a la lectura de un verso; pero, al contrario, si uno acentúa sin hacer caso de la medida, propiamente tampoco mide y el hexámetro tampoco «suena», por más que la estructura de hexámetro trate de emerger ella sola e imponerse; el ritmo, el verso bien leído, resulta de la tensión entre el medir y el acentuar. Coja el lector castellano alguno de esos hexámetros o cuasihexámetros tan sonoros de Rubén Darío y compruebe que es así.
X77X
En mi introducción he insistido en esta idea, que no es ni mucho menos la de Leibniz, aunque es obvio que en todo esto Hegel está también dependiendo de Leibniz. Aun cuando ocurra que el predicado resulta ser lo importante y sustancial respecto del sujeto gramatical que hemos empezado poniendo y se nos convierta así en lo que de verdad queda a la base, en lo de verdad subyacente, con lo cual resulta que el predicado no era sino idénticamente el sujeto, aunque ello ocurra, lo importante no es sólo la identidad sino también la diferencia. Y lo mismo: aun cuando ocurra que muchas veces el razonante sujeto moderno (en vez de convertirse en self del objeto y de acabar consistiendo a la larga en el self del objeto) insista en convertirse demasiado deprisa en sujeto gramatical de las determinaciones predicativas, pues todas ellas quedan reducidas a determinaciones de pensamiento, a cosa subjetiva, aun así, lo importante no es sólo tal identidad, sino la diferencia.
Conversaciones en Madrid
[61] Formalmente, lo que hemos dicho puede expresarse así: la naturaleza del juicio, o de la proposición en general, que encierra dentro de sí la diferencia de sujeto y predicado, es destruida por la proposición especulativa. y la proposición de identidad en la que se convierte la primera contiene el contragolpe a aquella relación. — Este conflicto entre la forma de una proposición en general y la unidad del concepto que la destruye es semejante al que tiene lugar en el ritmo, entre el metro y el acento. El ritmo resulta de la fluctuación del centro de ambos, y de su unificación. De igual modo. en la proposición filosófica, la identidad del sujeto y del predicado no debe anular la diferencia entre ellos, expresada por la forma de la proposición, sino que su unidad debe brotar como una armonía. La forma de la proposición es la aparición del sentido determinado o el acento que establece una diferencia en el relleno de la proposición; pero que el predicado exprese la substancia y que el sujeto mismo caiga en lo universal, es la unidad en la que ese acento se apaga.
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[61] [61]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition What has been said can be expressed formally in this way. The nature of judgment, or of the proposition per se, which includes the difference between subject and predicate within itself, is destroyed by the speculative judgment, and the identical proposition, which the former comes to be, contains the counter-stroke to those relations. – This conflict between the form of a proposition per se and the unity of the concept which destroys that form is similar to what occurs in the rhythm between meter and accent. Rhythm results from the oscillating midpoint and unification of both. In that way, in the philosophical proposition, the identity of subject and predicate does not abolish their difference, which is expressed in the form of the proposition. Instead, their unity emerges as a harmony. The form of the proposition is the appearance of the determinate sense, or the accent that differentiates its fulfillment. However, when the predicate expresses the substance and the subject itself falls under the universal, there is the unity in which that accent fades away.
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