Gespräche in der Dämmerung 00805
Parte de:
C. (DD.) El saber absoluto [C. (DD.) Das absolute Wissen] / VIII: El saber absoluto [VIII. Das absolute Wessen]
[3.7. De la Fenomenología a la Lógica; el concepto alcanzado; la fenomenología no es propiamente ciencia; las relaciones entre fenomenología y Lógica]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[805] In dem Wissen hat also der Geist die Bewegung seines Gestaltens beschlossen, insofern dasselbe mit dem unüberwundenen Unterschiede des Bewußtseins behaftet ist. Er hat das reine Element seines Daseins, den Begriff, gewonnen. Der Inhalt ist nach der Freiheit seines Seins das sich entäußernde Selbst oder die unmittelbare Einheit des Sichselbstwissens. Die reine Bewegung dieser Entäußerung macht, sie am Inhalte betrachtet, die Notwendigkeit desselben aus. Der verschiedene Inhalt ist als bestimmter im Verhältnisse, nicht an sich, und [ist] seine Unruhe, sich selbst aufzuheben, oder die Negativität, also ist die Notwendigkeit oder Verschiedenheit, wie das freie Sein, ebenso das Selbst; und in dieser [588] selbstischen Form, worin das Dasein unmittelbar Gedanke ist, ist der Inhalt Begriff. Indem also der Geist den Begriff gewonnen, entfaltet er das Dasein und Bewegung in diesem Äther seines Lebens und ist Wissenschaft. Die Momente seiner Bewegung stellen sich in ihr nicht mehr als bestimmte Gestalten des Bewußtseins dar, sondern, indem der Unterschied desselben in das Selbst zurückgegangen, als bestimmte Begriffe und als die organische, in sich selbst gegründete Bewegung derselben. Wenn in der Phänomenologie des Geistes jedes Moment der Unterschied des Wissens und der Wahrheit und die Bewegung ist, in welcher er sich aufhebt, so enthält dagegen die Wissenschaft diesen Unterschied und dessen Aufheben nicht, sondern indem das Moment die Form des Begriffs hat, vereinigt es die gegenständliche Form der Wahrheit und des wissenden Selbsts in unmittelbarer Einheit. Das Moment tritt, nicht als diese Bewegung auf, aus dem Bewußtsein oder der Vorstellung in das Selbstbewußtsein und umgekehrt herüber und hinüber zu gehen, sondern seine reine, von seiner Erscheinung im Bewußtsein befreite Gestalt, der reine Begriff und dessen Fortbewegung hängt allein an seiner reinen Bestimmtheit. Umgekehrt entspricht jedem abstrakten Momente der Wissenschaft eine Gestalt des erscheinenden Geistes überhaupt. Wie der daseiende Geist nicht reicher ist als sie, so ist er in seinem Inhalte auch nicht ärmer. Die reinen Begriffe der Wissenschaft in dieser Form von Gestalten des Bewußtseins zu erkennen, macht die Seite ihrer Realität aus, nach welcher ihr Wesen, der Begriff, der in ihr in seiner einfachen Vermittlung als Denken gesetzt ist, die Momente dieser Vermittlung auseinanderschlägt und nach dem inneren Gegensatze sich darstellt.
Conversaciones en Valencia
[3.7. De la Fenomenología a la Lógica; el concepto alcanzado; la fenomenología no es propiamente ciencia; las relaciones entre fenomenología y Lógica]
[805]1Epígrafe: 3.7. De la Fenomenología a la Lógica; el concepto alcanzado; la fenomenología no es propiamente ciencia; las relaciones entre fenomenología y Lógica. En el saber [o con el saber] cierra, pues, el espíritu [o ha cerrado, pues, el espíritu] el movimiento de su configurarse [o de sus configuraciones] en cuanto ese configurarse [ese darse forma o figura] viene lastrado por una no superada diferencia de la conciencia [es decir, en cuanto esas configuraciones contienen el lastre de la diferencia sujeto-objeto] [ese lastre ha quedado sacudido con la fusión del final del cap. VI y el final del cap. VII, tal como esa fusión se ha producido en el cap. VIII]. El espíritu ha cobrado [en el saber] el elemento puro de su existencia, es decir, el concepto. El contenido es aquí (en lo que respecta a la libertad de su ser o en lo que respecta a la autonomía que ese contenido ofrece), el contenido digo, en lo que respecta a esa su autonomía, no es sino el self que se enajena a sí mismo, o la unidad inmediata del saberse X58X.2Vide infra Algunas aclaraciones X58X. El movimiento puro de esta enajenación, considerando esa enajenación en su contenido, constituye la necesidad de ese contenido. El contenido diverso, en cuanto contenido determinado, sólo [lo] es en la relación, pero no en sí, y su inquiescencia es la de suprimirse y superarse, o lo que es lo mismo: la negatividad X59X;3Vide infra Algunas aclaraciones X59X. por tanto, la necesidad (o la diversidad), lo mismo que el ser [Seyn] libre, es [son] igualmente self, y e esta forma sélfica [selbstisch] en la que la existencia es inmediatamente pensamiento, es en la que el contenido es concepto X60X.4Vide infra Algunas aclaraciones X60X. Por tanto, en cuanto el espíritu ha alcanzado el concepto [o ha ganado el concepto o ha cobrado el concepto] desarrolla su existencia y movimiento en este éter de su vida, y se convierte en ciencia. Los momentos de su movimiento [los momentos del movimiento del espíritu] no se presentan ya en ella [en la ciencia] como figuras determinadas de la conciencia, sino que en cuanto la diferencia de la conciencia [o la diferencia que representa la conciencia] ha retornado al self [es decir, en cuanto ya están igualadas autoconciencia y conciencia], [esos momentos] se presentan como conceptos determinados, y como movimiento orgánico de esos conceptos, fundado en sí mismo. Si en la fenomenología del espíritu [si en la Fenomenología del espíritu, es decir, en el presente libro] cada uno de los momentos es la diferencia entre el saber y la verdad [o entre la certeza y la verdad, o entre el concepto y el objeto], y cada uno de los momentos es el movimiento en el que esa diferencia se suprime y supera, la ciencia, en cambio [y no se olvide que la Fenomenología, el presente libro, es una introducción a la Lógica, o a la ciencia de la Lógica], no contiene esa diferencia ni la supresión y superación de esa diferencia, sino que, en cuanto el momento [cada momento de que consta la ciencia], tiene la forma del concepto, ese momento aúna en unidad inmediata la forma objetiva [la forma objetual, la forma de objeto] de la verdad y la del self sabiente [es decir, aúna objeto y saber]. El momento no se presenta como ese movimiento que va de la conciencia o [que va] de la representación a la autoconciencia, y a la inversa, de allá para acá y de acá para allá, sino que su forma o figura pura, liberada de su fenómeno en la conciencia [liberada del modo de su aparición en la conciencia], es decir, el concepto puro, y el posterior desenvolvimiento de éste, dependen solamente de su pura determinidad o de su determinidad pura [de la determinidad del concepto puro]. Y a la inversa, a cada momento abstracto de la ciencia corresponde una forma o figura del espíritu apareciente [es decir, del espíritu en su aparición, del espíritu en su aparecer, del espíritu en su fenómeno, que es sobre el que la Fenomenología del espíritu versa]. Y así como el espíritu existente, es decir, el espíritu que en su aparecer ahí o en su estar ahí, no es más rico que ella [no es más rico que la ciencia], tampoco él es más pobre que ella en su contenido [en el contenido del espíritu], [sino que] reconocer los conceptos puros de la ciencia en esta forma de figuras de la conciencia, constituye el lado de su realidad [el lado de realidad de la ciencia y de realidad de los conceptos], constituye, digo, su lado de realidad, conforme al que su esencia [la esencia de la ciencia], es decir, el concepto, que en la ciencia viene puesto como pensamiento en su mediación simple X61X,5O también: el concepto que, en su mediación simple, viene puesto en la ciencia como pensamiento. disocia y separa uno de otro los momentos de esa mediación y se presenta o se expone él [el concepto] a sí mismo conforme a la contraposición interna [o conforme a su contraposición interna].
Algunas aclaraciones
X58X
Es decir, aquí de lo que estamos hablando es del saber, el tema es el saber, el contenido es el saber. El contenido acerca del que hablamos siempre es algo que está ahí como algo autónomo respecto de nuestro hablar de él, respecto al saber que tenemos de él. Como ese contenido o ese tema no es ahora sino el saber mismo, la autonomía o libertad que ese tema pueda tener respecto al saber, no puede consistir sino en ser ese tema o ese contenido el self mismo enajenado, es decir, en consistir ese contenido en una enajenación del self (recuérdese que en eso consistía la objetualidad misma). Este tema o conceindo autónomo en cuanto no consistiendo sino en self enajenado es la unidad del saberse (es decir,la unidad de los dos ingredientes de que consta el saber-se).
X59X
Es decir, el contenido o tema del que estamos hablando aquí es el saber, nuestro saber versa aquí sobre el saber. Por tanto, el contenido o tema del que estamos hablando es un tenernos ahí delante nosotros, un tenerse ahí delante el self como algo distinto de sí. El movimiento de esta enajenación es lo que constituye la necesidad del contenido. Y además ese contenido sólo es un contenido determinado en esa relación por la que se lo pone determinadamente ahí frente al saber que versa sobre él. Pero al no ser sino enajenación, en lo que de verdad consistirá será en la inquiescencia del buscar borrarse como contenido autónomo, consistirá en negatividad.
X60X
Es decir, nuestro tema aquí es el saber, esto es, aquello sobre lo que versa aquí nuestro saber es el saber mismo. Por tanto, el tema, en cuanto autónomo respecto al saber de él, en cuanto diverso del saber de él, no es sino enajenación del self, self enajenado, que aspira por tanto a borrar esa su diversidad respecto del self. Por tanto, la necesidad del movimiento de ese contenido, la diversidad respecto del saber que versa sobre él, y su autonomía y libertad respecto del saber que versa sobre él, no son sino self. Y es en esta forma sélfica, en la que lo que está ahí delante (la existencia), es decir, nuestro tema, no es sino pensamiento, es precisamente en esta forma en la que ese contenido es concepto. Es decir, es ese contenido lo que aquí estamos entendiendo por concepto o lo que aquí estamos llamando concepto (y el estar nosotros ahora hablando de ello y haciéndonos cargo de ello es, por tanto, hacerse concepto de ese concepto).
X61X
O también: el concepto que, en su mediación simple, viene puesto en la ciencia como pensamiento.
Conversaciones en Madrid
[805] En el saber, pues, el espíritu ha concluido su movimiento de configurar, en la medida en que tal configurar se halla afectado por la diferencia, no sobrepasada, de la conciencia. Ha ganado el elemento puro de su existencia, el concepto. El contenido, según la libertad de su ser, es el sí-mismo despojándose de sí y exteriorizándose, o la unidad inmediata del saberse a sí mismo. Es el movimiento puro de este despojamiento el que constituye, cuando se lo examina por su contenido, la necesidad de este último. El contenido diverso, en cuanto determinado, está dentro de la relación, y no en sí, y su inquietud es cancelarse a sí-mismo, o la negatividad; así, pues, la necesidad o la diversidad, igual que es el ser libre, también es el sí-mismo, y en esta forma dotada de sí-mismo en que la existencia es inmediatamente pensamiento, el contenido es concepto. El espíritu, pues, habiendo ganado el concepto, despliega la existencia y el movimiento en este éter de su vida, y es ciencia. Los momentos de su movimiento ya no se exponen en ella como figuras determinadas de la conciencia, sino que, al haber retrocedido la diferencia de esta última hacia dentro del sí-mismo, se exponen como conceptos determinados y como el movimiento orgánico, fundado dentro de sí-mismo, de tales conceptos. Si, en la fenomenología del espíritu, cada momento es la diferencia entre el saber y la verdad, y es el movimiento en el que esta diferencia se va cancelando, la ciencia, en cambio, no contiene esta diferencia y su cancelarse, sino que el momento, teniendo la forma del concepto, unifica la forma objetual de la verdad y del sí-mismo sapiente en una unidad inmediata. El momento no entra en escena como este movimiento que va desde la conciencia o la representación hacia dentro de la autoconciencia y a la inversa, yendo y viniendo, sino que su figura pura y liberada de aparecer en la conciencia, el concepto puro y su movimiento progresivo, penden únicamente de su determinidad pura. A la inversa, a cada momento abstracto de la ciencia le corresponde como tal una figura del espíritu que aparece. El espíritu existente, igual que no es más rico que ella, tampoco es más pobre en su contenido. Conocer los conceptos puros de la ciencia en esta forma de figuras de la conciencia constituye el aspecto de su realidad por el cual su esencia, el concepto puesto dentro de ella como pensar en su mediación simple, desarticula los momentos de esta mediación y se expone según la oposición interna.
Conversations in Washington
[805] [805]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Therefore, in this knowing, spirit has brought to a close the movement of giving shape to itself inasmuch as that movement is burdened with the insurmountable differences of consciousness. Spirit has won the pure element of its existence, the concept. According to the freedom of its being, the content is the self relinquishing itself of itself, or it is the immediate unity of self-knowing. Considered with regard to the content, the pure movement of this self-relinquishing constitutes the necessity of this content. The diversity of content is as determinate content in sets of relations, not in itself, and its restlessness consists in its sublating itself, or in negativity. Thus, necessity, or diversity, just like free-standing being, is equally the self, and in this self-like form in which existence is immediately thought, the content is the concept. While therefore spirit has attained the concept, it unfolds existence and movement in this ether of its life, and it is science. The moments of its movement no longer exhibit themselves in that movement as determinate shapes of consciousness; rather, as the difference in consciousness has returned into the self, the moments exhibit themselves as determinate concepts and as the organic self-grounded movement of these concepts. However much in the phenomenology of spirit, each moment is both the difference between knowing and truth and the movement in which that difference sublates itself, nonetheless science does not, in contrast, contain this difference and its sublation. Rather, as the moment has the form of the concept, it unites the objective form of truth and that of the knowing self into an immediate unity. The moment does not come on the scene as this movement of passing to and fro from consciousness, or from representational thought, into self-consciousness and then back again; rather, the pure shape liberated from its appearance in consciousness, the pure concept and its further forward movement, depend solely on its pure determinateness. Conversely, to every abstract moment of science, there corresponds a shape of appearing spirit per se. Just as existing spirit is not richer than science, so too spirit in its content is no poorer. To cognize the pure concepts of science in this form, namely, in which they are shapes of consciousness, is what constitutes the aspect of their reality. According to that reality, their essence, the concept, which is posited in that reality in its simple mediation as thinking, breaks up and separates the moments of this mediation and exhibits itself according to their inner opposition.
Conversaciones en el Atrium
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