Gespräche in der Dämmerung 00771

Parte de:

C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]

 

[De nuevo sobre representación y concepto; sobre la perichoresis o circumcesio trinitaria, y de nuevo sobre el instinto del concepto]

Gespräche in Jena

[771] Diese Bewegung in sich selbst spricht das absolute Wesen als Geist aus; das absolute Wesen, das nicht als Geist erfaßt wird, ist nur das abstrakte Leere, so wie der Geist, der nicht als diese Bewegung erfaßt wird, nur ein leeres Wort ist. Indem seine Momente in ihrer Reinheit gefaßt werden, sind sie die ruhelosen Begriffe, die nur sind, ihr Gegenteil an sich [559] selbst zu sein und ihre Ruhe im Ganzen zu haben. Aber das Vorstellen der Gemeine ist nicht dies begreifende Denken, sondern hat den Inhalt ohne seine Notwendigkeit und bringt statt der Form des Begriffes die natürlichen Verhältnisse von Vater und Sohn in das Reich des reinen Bewußtseins. Indem es so im Denken selbst sich vorstellend verhält, ist ihm das Wesen zwar offenbar, aber die Momente desselben treten ihm um dieser synthetischen Vorstellung willen teils selbst auseinander, so daß sie nicht durch ihren eigenen Begriff sich aufeinander beziehen, teils tritt es von diesem seinem reinen Gegenstand zurück, bezieht sich nur äußerlich auf ihn; er ist ihm von einem Fremden geoffenbart, und in diesem Gedanken des Geistes erkennt es nicht sich selbst, nicht die Natur des reinen Selbstbewußtseins. Insofern über die Form des Vorstellens und jener Verhältnisse, die aus dem Natürlichen hergenommen sind, und damit besonders auch darüber hinausgegangen werden muß, die Momente der Bewegung, die der Geist ist, für isolierte nichtwankende Substanzen oder Subjekte statt für übergehende Momente zu nehmen, ist dies Hinausgehen, wie vorhin bei einer ändern Seite erinnert wurde, für ein Drängen des Begriffes anzusehen; aber indem es nur Instinkt ist, verkennt es sich, verwirft mit der Form auch den Inhalt und, was dasselbe ist, setzt ihn zu einer geschichtlichen Vorstellung und einem Erbstücke der Tradition herab; hierin ist das rein Äußerliche des Glaubens nur beibehalten und damit als ein erkenntnisloses Totes; das Innerliche desselben aber ist verschwunden, weil dies der Begriff wäre, der sich als Begriff weiß.

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Conversaciones en Valencia

[De nuevo sobre representación y concepto; sobre la perichoresis o circumcesio trinitaria, y de nuevo sobre el instinto del concepto]

[771] 1Epígrafe: De nuevo sobre representación y concepto; sobre la perichoresis o circumcesio trinitaria, y de nuevo sobre el instinto del concepto. Este movimiento que gira sobre sí expresa al ser absoluto [absolutes Wesen] como espíritu; el ser absoluto que no es aprehendido como espíritu, es sólo el Vacío abstracto, así como el espíritu que no es aprehendido o concebido como tal movimiento sólo es una vacía palabra. Y en cuanto sus momentos se captan en su pureza, esos momentos son los conceptos carentes de reposo que sólo son el ser ellos en sí mismos su contrario y tener su descanso y reposo en el Todo X155X.2Y entonces ese Vacío, aunque sea el Vacío abstracto, no es un Vacío quieto; es el No-ser abstracto, es el ser-otro que el ser, la nada; el cual ser-otro no existiría si no hubiese ser otro, si el ser-otro no fuese; es, por tanto, la «nada hambrienta de ser», la nada que parece agarrarse al ser y suscitarlo, un fascinante motivo de J. Böhme, al que Hegel parece estar aludiendo aquí. Ahora bien, el representar de la comunidad [las representaciones de la comunidad, la representación que la comunidad se hace] no es este pensamiento concipiente [que aquí estamos desarrollando nosotros], no es este pensamiento comprendiente [begreifendes Denken], no es este pensamiento que consiste en un dar conceptualmente alcance [a su contenido], sino que lo que el representar de la comunidad tiene es el contenido pero sin su necesidad, y, en lugar de la forma del concepto, son las relaciones naturales de padre e hijo [de Padre e Hijo] lo que ese representar transporta al reino de la conciencia pura [del puro pensamiento, de los objetos ideales]. Y en cuanto esa conciencia, en su pensar mismo, se comporta así en tales términos representativos, resulta que a esa conciencia la esencia le queda, ciertamente, revelada, pero los momentos de la esencia, en virtud de esa representación sintética, en parte se separan ellos mismos y va cada uno por su lado, de suerte que ellos mismos por su propio concepto no pueden ponerse en relación unos con otros [o uno con otro], y en parte esa conciencia se retrae de [o retrocede ante] ese su objeto puro, y se relaciona sólo de forma externa con él; ese objeto le es revelado a la conciencia por un extraño, y en esta noción [Gedanke] de espíritu [o con esta idea del espíritu, o en esta idea del espíritu] la conciencia no se reconoce a sí misma, no reconoce la naturaleza de la autoconciencia pura. Y en la medida en que haya de irse más allá de la forma del representar [o de la forma de la representación] y de aquellas relaciones que están tomadas de lo natural [las de Padre e Hijo], y, por tanto, muy especialmente haya que ir también más allá de tomar los momentos del movimiento en que consiste el espíritu por sustancias o sujetos que se mantienen fijos, firmes y aisladamente en pie, en lugar de tomarlos por momentos que pasan del uno al otro y del otro al uno, resulta que este ir más allá, tal como hemos recordado más arriba a otro propósito X155bX,3Vide supra 00766. hay que tomarlo por un impulso al concepto [o por una arremetida en dirección al concepto, o por una ansiosa aspiración al concepto]; pero, en cuanto por de pronto ese ir más allá es solamente instinto, se desconoce a sí mismo, y junto con la forma tira también por la borda el contenido y, lo que es lo mismo, lo rebaja a una representación histórica y a algo que se ha heredado [es decir, a algo que se ha recibido por tradición]; y con ello, de la fe solamente queda lo puramente externo, y, por tanto, algo muerto carente de conocimiento, pero lo interno de ella ha desaparecido, pues eso interno sólo sería el concepto que se sabe como concepto.

Algunas aclaraciones

X155X = Y entonces ese Vacío, aunque sea el Vacío abstracto, no es un Vacío quieto; es el No-ser abstracto, es el ser-otro que el ser, la nada; el cual ser-otro no existiría si no hubiese ser otro, si el ser-otro no fuese; es, por tanto, la «nada hambrienta de ser», la nada que parece agarrarse al ser y suscitarlo, un fascinante motivo de J. Böhme, al que Hegel parece estar aludiendo aquí.

X155bX = Vide supra 00766.

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Conversaciones en Madrid

[771] Este movimiento dentro de sí mismo enuncia a la esencia absoluta como espíritu; la esencia absoluta que no es captada como espíritu no es más que el vacío abstracto, igual que el espíritu que no es aprehendido como este movimiento no es más que una palabra vacía. Sus momentos, al ser atrapados en su pureza, son los conceptos inquietos, que sólo consisten en ser sus contrarios en sí mismos y tener su quietud en el todo. Pero el representar por parte de la comunidad no es este pensar concipiente; sino que tiene el contenido sin su necesidad, y en lugar de la forma del concepto, lleva al reino de la conciencia pura las relaciones naturales de Padre e Hijo. Al comportarse así en el pensar mismo, representándose, la esencia, ciertamente, le es manifiesta a esa conciencia pura, pero, por una parte, sus momentos, en virtud de esta representación sintética, se disgregan ellos mismos ante sus ojos, de manera que no se refieren mutuamente por medio de su propio concepto, y por otra, ella se retira de este objeto puro suyo, refieriéndose a él solamente de manera exterior; el objeto le ha sido revelado a ella por alguien extraño, y en este pensamiento del espíritu, ella no se reconoce a sí misma, no reconoce la naturaleza de autoconciencia pura. En la medida en que hay que ir más allá de la forma del representar y de aquellas relaciones tomadas de lo natural, y particularmente, también, más allá de los momentos del movimiento que es el espíritu, más allá de tomarlos por substancias o sujetos aislados y estables, en lugar de momentos que pasan, en esa medida, se ha de considerar este ir más allá como un empuje del concepto, según ya recórdabamos antes en otro lado X*X;4Vide supra 00766. pero, en la medida en que sea sólo instinto, se desconoce a sí, y con la forma desecha también el contenido, y, lo que es lo mismo, lo degrada a ser una representación histórica y un legado de la tradición; lo único que se conserva aquí es lo puramente exterior de la fe, con lo que lo interior de ésta ha desaparecido, sin embargo, como un muerto sin conocimiento, porque eso interior sería el concepto que se sabe como concepto.

Algunas aclaraciones

X*X = Vide supra 00766.

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Conversations in Washington

[771] [771]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition This movement in itself expresses the absolute essence as spirit. The absolute essence which is not grasped as spirit is only the abstract void, just as spirit, when it is not grasped as this movement, is only an empty word. As its moments are grasped in their purity, they are restless concepts, which only are in being themselves their own opposite and being motionless in the whole. However, the community’s representational thinking is not this conceptually comprehending thinking, but rather has the content without its necessity and, instead of the form of the concept, it brings the natural relationships of father and son into the realm of pure consciousness. While in that way even in thought it relates to itself representationally, the essence is indeed revealed to it, but the moments of this essence, on account of this synthetic representation, separate themselves in part from each other so that they are not related to each other through their own concept. In part, this consciousness retreats away from this, its pure object, and it relates itself only externally to it. The object is then revealed to it by something alien,6von einem Fremden and in this thought of spirit, it does not cognize itself and does not cognize the nature of pure self-consciousness. To the extent that the form of representational thinking and those relationships derived from the natural must be surpassed – and to the extent that what must be especially surpassed is taking the moments of the movement which is that of spirit, to be themselves isolated immovable substances or subjects instead of transitional moments – then this surpassing is to be viewed as conceptual compulsion (as was previously noted in regard to another aspect).7Vide supra 00766. However, while it is only an instinct, it mistakes itself, tosses out the content together with the form, and, in what ultimately amounts to the same thing, debases the content into a historical representation and an heirloom of the tradition. What is retained therein is only what is purely external in faith and thereby is retained as something dead, devoid of knowing;8erkenntnisloses and what is inward in faith has vanished, because that would be the concept knowing itself as concept.

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Conversaciones en el Atrium

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