What is Political Philosophy? I 016
Parte de:
¿Qué es la Filosofía Política? / I. El problema de la Filosofía Política
Por Leōnardus Strūthiō
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Leōnardī Strūthiōnis verba
Political philosophy as we have tried to circumscribe it has been cultivated since its beginnings almost without any interruption until a relatively short time ago. Today, political philosophy is in a state of decay and perhaps of putrefaction, if it has not vanished altogether. Not only is there complete disagreement regarding its subject matter, its methods, and its function; its very possibility in any form has become questionable. The only point regarding which academic teachers of political science still agree, concerns the usefulness of studying the history of political philosophy. As regards the philosophers, it is sufficient to contrast the work of the four greatest philosophers of the last forty years—Bergson, Whitehead, Husserl, and Heidegger—with the work of Hermann Cohen in order to see how rapidly and thoroughly political philosophy has become discredited. We may describe the present situation as follows. Originally political philosophy was identical with political science, and it was the all-embracing study of human affairs. Today, we find it cut into pieces which behave as if they were parts of a worm. In the first place, one has applied the distinction between philosophy and science to the study of human affairs, and accordingly one makes a distinction between a non-philosophic political science and a non-scientific political philosophy, a distinction which under present conditions takes away all dignity, all honesty from political philosophy. Furthermore, large segments of what formerly belonged to political philosophy or political science have become emancipated under the names of economics, sociology, and social psychology. The pitiable rump for which honest social scientists do not care is left as prey to philosophers of history and to people who amuse themselves more than others with professions of faith. We hardly exaggerate when we say that today political philosophy does not exist any more, except as matter for burial, i.e., for historical research, or else as a theme of weak and unconvincing protestations.
Hispānice
La filosofía política, tal como hemos intentado circunscribirla, ha sido cultivada desde sus inicios casi sin interrupciones hasta un fechas relativamente recientes. Hoy la filosofía política está en decadencia o, quizá, en estado de putrefacción, si es que no ha desaparecido por completo. No se trata sólo de un total desacuerdo sobre su objeto de estudio, su métodos y su función, sino que incluso la mera posibilidad de su existencia en cualquier forma ha devenido cuestionable. El único punto en que los profesores de ciencia política aún están de acuerdo es el relativo a la utilidad de estudiar la historia de la filosofía política. Respecto a los filósofos, es suficiente comparar la obra de los cuatro filósofos más importantes en los últimos cuarenta años —Bergson, Whitehead, Husserl y Heidegger— con la de Hermann Cohen para comprobar la rapidez y profundidad con que la filosofía política ha caído en descrédito.1Vide infra Algunas aclaraciones. Podríamos caracterizar la situación actual de la forma siguiente: originariamente, la filosofía política era idéntica a la ciencia política, y su objeto consistía en el estudio comprensivo de los asuntos humanos. Hoy la encontramos dividida en trozos que se comportan como si fuesen los anillos de un gusano. En primer lugar, se ha aplicado la distinción entre filosofía y ciencia al estudio de las cosas humanas; y, como resultado, se plantea la separación entre la ciencia política afilosófica y una filosofía política acientífica, separación que en las circunstancias actuales despoja a la filosofía política de toda dignidad y decoro. Más aún, grandes sectores de la materia, que originalmente pertenecían a la filosofía política, se han independizado bajo el nombre de economía, sociología y psicología social. El lamentable despojo por el que los honestos científicos sociales ya no se preocupan ha quedado como presa apropiada para los filósofos de la historia y para aquellos que encuentran mayor esparcimiento en profesiones de fe. No exageramos en absoluto al decir que hoy la filosofía política ya no existe, excepto como objeto de enterramiento, apropiado para las investigaciones históricas, o como tema de endebles protestas que no convencen a nadie.
Algunas aclaraciones
Para un acercamiento preliminar a la obra de los cuatro filósofos mencionados en primer lugar recomendamos la obra de Juan David GARCÍA BACCA: Nueve grandes filósofos contemporáneos y sus temas. Bergson, Husserl, Unamuno, Heidegger, Scheler, Hartmann, W. James, Ortega y Gasset, Whitehead (Barcelona: Anthropos, 1990). Para Hermann Cohen, desafortunadamente no contamos con una monografía en castellano. Sin embargo, dos artículos en castellano que tratan cuestiones específicas de la obra del filósofo pueden aportar un contexto a la totalidad de su producción. El primero es obra de Ulises SCHMILL: «Algunas influencias de Hermann Cohen en Hans Kelsen», en ISONOMÍA, n.º 21 (Octubre 2004), pp. 117-155 (disponible en repositorio Scielo). El otro, el de Héctor ARRESE IGOR: «La idea de la autonomía moral en la ética de Hermann Cohen», en EIDOS (Revista electrónica del Departamento de Humanidades y Filosofía de la Universidad del Norte), n.º 12 (2010), pp. 120-157 (Disponible en también en el repositorio Scielo. Más referencias en nuestras Recomendaciones bibliográficas para esta conferencia.