Quid philosophia?

Las teorías filosóficas nunca son refutadas de manera concluyente. (O casi nunca: Gödel y Gettier quizás lo lograron.) Pero hay un precio que debemos pagar para que una teoría sobreviva. En un argumento filosófico logramos más o menos hacernos a la idea de un precio. Quizás haya algo que podamos establecer de manera más o menos concluyente. Pero al final, tras hacer patente toda la maraña de argumentos y distinciones y contraejemplos, presumiblemente encararemos la cuestión de qué precios merece la pena pagar, qué teorías serían creíbles, cuáles tendrían consecuencias contraintuitivas inaceptables y cuáles serían contraintuitivamente aceptables. Sobre esto podemos diferir. Y una vez que hayamos hecho todo lo que había que hacer, ya no quedarán más argumentos que descubrir o alegar para dirimir nuestras diferencias. (…) Una vez que el menú de las teorías bien elaboradas esté frente a nosotros, la filosofía será una cuestión de opinión.

DAVID LEWIS, «Introduction», en: Philosophical Papers, vol. I (1983), p. x.

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