Los sofistas en Atenas 013

 

Parte de:

Los sofistas en Atenas. La salida retórica al dilema trágico / 1. Una ciudad con dos almas

Antōnius Capitiensis historicus (1926-2003)

ĒRVDĪTIŌRIBVS ***

 

Los sofistas en Atenas 013

Esta ética femenina, mágica, arcaica, agrícola, popular, entra de inmediato en conflicto con la moralidad masculina, guerrera, celestial, aristocrática de las clases dominantes; y la tragedia se convierte en el potente altavoz del conflicto irreconciliable que desgarraba Atenas, el mismo ya analizado entre la mentalidad jónica-nobiliaria y el alma autóctona-popular. En Los Siete contra Tebas, el ejército invasor invoca en su juramento a Ares y Fobos (la Guerra y el Terror),1Aesch., Sept., 45. mientras que Eteocles invoca a los dioses tutelares de la ciudad, la Tierra y sobre todo las Erinias.2Aesch., Sept., 69-70. Los invasores tienen «un corazón de hierro resplandeciente de virilidad»,3Aesch., Sept., 52. mientras que el tebano solo desea la libertad y la salvación de la patria;4Aesch., Sept., 71-77. y sin embargo, ambos ejércitos se preparan para una batalla sin cuartel, y fuera de la común voluntad de lucha y de sangre, solo quedan las vírgenes tebanas, aterrorizadas por el estruendo de las armas.5Aesch., Sept., 78-123. Que el conflicto ético no sea —como el armado— entre las dos facciones de hombres, sino entre hombres y mujeres, lo demuestra el episodio posterior al párodo, centrado en el enfrentamiento verbal entre el moderado Eteocles y las jóvenes del coro. Ahí, él las reprende severamente por su miedo,6Aesch., Sept., 182-186. las llama «ovejas insoportables»7Aesch., Sept., 181. N. del trad.: (θρέμματ᾽ οὐκ ἀνασχετά), en la versión castellana de la Biblioteca Clásica Gredos (p. 277), Manuel Fernández-Galiano traduce como «criaturas insoportables», pero θρέμμα refiere específicamente a ciertas criaturas, a animales mansos, como las ovejas y las cabras, aunque también los delfines. En la humilde opinión de este palabrero, la traducción adecuada sería «cabras insoportables», pues permitiría después a las tebanas llamar al fruto del incesto «cabrones insensatos» en la lengua de Cervantes. y «objeto de odio para quienes tienen sentido».8Aesch., Sept., 186. Clama para que el destino nunca le coloque junto a una mujer, siempre orgullosa en la buena suerte y ejemplar de cobardía en la mala,9Aesch., Sept., 187-195. les invita a callar y a quedarse en casa, dejando a los hombres tanto la batalla como la relación con los dioses,10Aesch., Sept., 230-232. insiste en que cesen sus gritos de terror11Aesch., Sept., 236-252. y concluye lamentando que Zeus haya dado a los hombres la compañía del género femenino.12Aesch., Sept., 256. Las mujeres, por su parte, quedando solas, dedican el primer estásimo13Aesch., Sept., 287-368. a una larga protesta contra la guerra y sus horrores. El contraste se reanuda cuando Eteocles se declara consciente de que su destino es la muerte14Aesch., Sept., 689-691; 705. y considera un bien el morir pronto y con los ojos secos, sin lágrimas:15Aesch., Sept., 695-697. las mujeres lo instan a escucharlas, aunque no las ame,16Aesch., Sept., 712. a preocuparse más por la vida que por el coraje,17Aesch., Sept., 698-699. a aceptar incluso una victoria sin gloria;18Aesch., Sept., 716. Eteocles corta la conversación objetando que tal discurso no debe interesar «a un varón hoplita» (ἄνδρ᾽ ὁπλίτην).19Aesch., Sept., 717. Sobre el conflicto entre Eteocle y las mujeres tebanas, véase: PODLECKI, A. “The Character of Eteocles in Aeschylus’ Septem”, Transactions of the American Philological Association, 95 (1964), pp. 283-299; PÈTRE, Z. « Thèmes dominants et attitudes politiques dans les Sept contre Thèbes d’Eschile », Studii Clasice, 13 (1971), pp. 15-28.

Eteocles y Polinices de Giovanni Silvagni (1790-1853).

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Antōniī Capitiensis verba 013

Questa eticità femminile, magica, arcaica, agricola, popolare, entra subito in rotta di collisione con la moralità maschile, guerriera, celeste, aristocratica delle classi dominanti; e la tragedia diventa la potente cassa di risonanza del conflitto insanabile che dilania Atene, quello già analizzato tra la mentalità ionica-gentilizia e l’anima autoctona-popolare. Nei Sette a Tebe l’esercito invasore invoca nel suo giuramento Ares e Phobos (la Guerra e il Terrore),20Aesch., Sept., 45. Eteocle invece i numi tutelari della città, la Terra e soprattutto l’Erinni;21Aesch., Sept., 69-70. il primo ha «cuore di ferro fiammeggiante di virilità»,22Aesch., Sept., 52. il secondo chiede solo la libertà e la salvezza della patria;23Aesch., Sept., 71-77. e tuttavia entrambi gli eserciti si preparano a una battaglia senza quartiere, e fuori della comune volontà di lotta e di sangue restano solo le vergini tebane, terrorizzate dall’alto rumore delle armi.24Aesch., Sept., 78-123. Che il conflitto etico non sia (come quello armato) tra le due schiere di uomini, ma tra uomini e donne, lo dimostra l’episodio successivo alla parodo, imperniato sullo scontro verbale tra il pur moderato Eteocle e le ragazze del coro: egli le rimbrotta aspramente per la loro paura,25Aesch., Sept., 182-186. le chiama «pecore insopportabili»26Aesch., Sept., 181. e «oggetto d’odio per chi ha senno»,27Aesch., Sept., 186. , si augura che la sorte non gli ponga mai a fianco una donna, sempre superba nella buona sorte ed esempio di vigliaccheria nella cattiva,28Aesch., Sept., 187-195. le invita a tacere e a restarsene a casa lasciando ai maschi tanto la battaglia quanto il rapporto con gli déi,29Aesch., Sept., 230-232. insiste perché smettano le loro grida di terrore30Aesch., Sept., 236-252. e conclude deprecando che Zeus abbia donato agli uomini il sesso femminile;31Aesch., Sept., 256. le donne, rimaste sole, dedicano il primo stasimo32Aesch., Sept., 287-368. a una lunga protesta contro la guerra e i suoi orrori. Il contrasto riprende allorché Eteocle si dichiara consapevole che il suo destino è di morte33Aesch., Sept., 689-691; 705. e considera un bene morire presto valorosamente:34Aesch., Sept., 695-697. le donne lo invitano ad ascoltarle anche se non le ama,35Aesch., Sept., 712. a curarsi più della vita che del coraggio,36Aesch., Sept., 698-699. ad accettare anche una vittoria ingloriosa;37Aesch., Sept., 716. Eteocle taglia corto obiettando che un simile discorso non deve interessare «un maschio oplita» (ἄνδρ᾽ ὁπλίτην).38Aesch., Sept., 717. Sul conflitto tra Eteocle e le donne tebane v. PODLECKI, A. “The Character of Eteocles in Aeschylus’ Septem”, Transactions of the American Philological Association, 95 (1964), pp. 283-299; PÈTRE, Z. « Thèmes dominants et attitudes politiques dans les Sept contre Thèbes d’Eschile », Studii Clasice, 13 (1971), pp. 15-28.

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Iūra

(CC) 2025. Traducción de Ātrium Philosophicum de un escurridizo volumen editado en la colección «Las Ranas». La publicación de estos fragmentos promueve la difusión en castellano de la obra del profesor Capitiensis con fines académicos y de formación.

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Notas

  • 1
    Aesch., Sept., 45.
  • 2
    Aesch., Sept., 69-70.
  • 3
    Aesch., Sept., 52.
  • 4
    Aesch., Sept., 71-77.
  • 5
    Aesch., Sept., 78-123.
  • 6
    Aesch., Sept., 182-186.
  • 7
    Aesch., Sept., 181. N. del trad.: (θρέμματ᾽ οὐκ ἀνασχετά), en la versión castellana de la Biblioteca Clásica Gredos (p. 277), Manuel Fernández-Galiano traduce como «criaturas insoportables», pero θρέμμα refiere específicamente a ciertas criaturas, a animales mansos, como las ovejas y las cabras, aunque también los delfines. En la humilde opinión de este palabrero, la traducción adecuada sería «cabras insoportables», pues permitiría después a las tebanas llamar al fruto del incesto «cabrones insensatos» en la lengua de Cervantes.
  • 8
    Aesch., Sept., 186.
  • 9
    Aesch., Sept., 187-195.
  • 10
    Aesch., Sept., 230-232.
  • 11
    Aesch., Sept., 236-252.
  • 12
    Aesch., Sept., 256.
  • 13
    Aesch., Sept., 287-368.
  • 14
    Aesch., Sept., 689-691; 705.
  • 15
    Aesch., Sept., 695-697.
  • 16
    Aesch., Sept., 712.
  • 17
    Aesch., Sept., 698-699.
  • 18
    Aesch., Sept., 716.
  • 19
    Aesch., Sept., 717. Sobre el conflicto entre Eteocle y las mujeres tebanas, véase: PODLECKI, A. “The Character of Eteocles in Aeschylus’ Septem”, Transactions of the American Philological Association, 95 (1964), pp. 283-299; PÈTRE, Z. « Thèmes dominants et attitudes politiques dans les Sept contre Thèbes d’Eschile », Studii Clasice, 13 (1971), pp. 15-28.
  • 20
    Aesch., Sept., 45.
  • 21
    Aesch., Sept., 69-70.
  • 22
    Aesch., Sept., 52.
  • 23
    Aesch., Sept., 71-77.
  • 24
    Aesch., Sept., 78-123.
  • 25
    Aesch., Sept., 182-186.
  • 26
    Aesch., Sept., 181.
  • 27
    Aesch., Sept., 186.
  • 28
    Aesch., Sept., 187-195.
  • 29
    Aesch., Sept., 230-232.
  • 30
    Aesch., Sept., 236-252.
  • 31
    Aesch., Sept., 256.
  • 32
    Aesch., Sept., 287-368.
  • 33
    Aesch., Sept., 689-691; 705.
  • 34
    Aesch., Sept., 695-697.
  • 35
    Aesch., Sept., 712.
  • 36
    Aesch., Sept., 698-699.
  • 37
    Aesch., Sept., 716.
  • 38
    Aesch., Sept., 717. Sul conflitto tra Eteocle e le donne tebane v. PODLECKI, A. “The Character of Eteocles in Aeschylus’ Septem”, Transactions of the American Philological Association, 95 (1964), pp. 283-299; PÈTRE, Z. « Thèmes dominants et attitudes politiques dans les Sept contre Thèbes d’Eschile », Studii Clasice, 13 (1971), pp. 15-28.

 

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