Hegel über Sokrates 015

Don Jorgue Guillermo Federico sobre Sócrates

Parte de:

Lecciones de Historia de la Filosofía [Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie] / Primera parte: La Filosofía Griega [Erster Teil: Griechische Philosophie] / Sección Primera: de Tales a Aristóteles [Erster Abschnitt. Von Thales bis Aristoteles] / Capítulo 2: de los Sofistas a los Socráticos [Zweites Kapitel. Von den Sophisten bis zu den Sokratikern] / B. Sócrates [B. Philosophie des Sokrates]

ĒRVDĪTIŌRIBVS ***

Vorlesungen im Atrium Philosophicum §15

Was nun sein näheres Geschäft betrifft, sein philosophisches Lehren oder eigentlich seinen Umgang (denn ein eigenes Lehren war es nicht) mit jedermann, mit den verschiedensten Menschen aus allen Klassen, von dem verschiedensten Alter, ganz verschiedenen Bestimmungen, – also sein philosophisches Umgangsleben war äußerlich, wie das Leben der Athener überhaupt: daß sie den größten Teil des Tages ohne eigentliches Geschäft, im eigentlichen Müßiggange auf dem Markte waren oder sich in den öffentlichen Gymnasien herumtrieben, teils hier ihre körperlichen Übungen vornahmen, sonst vorzüglich miteinander schwatzten. Diese Weise des Umgangs war nur möglich nach der Weise des athenischen Lebens. Die meisten Arbeiten, die jetzt ein freier Bürger eines Landes – ebenso ein freier Republikaner, ein freier Reichsbürger – tut, verrichteten Sklaven, galten für freier Männer unwürdig. Ein freier Bürger konnte zwar auch Handwerker sein, hatte aber doch Sklaven, die die Geschäfte verrichteten, wie ein Meister jetzt Gesellen. Heutigentages würde ein solches Herumleben gar nicht zu unseren Sitten passen. So schlenderte nun auch Sokrates herum und lebte in einer ebensolchen beständigen Unterhaltung über ethische Ansichten. (Ein Schuhmacher Simon hatte viel Umgang mit ihm; er schrieb sokratische Gespräche.) Was er nun tat, ist das ihm Eigentümliche, was im allgemeinen Moralisieren genannt werden kann; es ist aber nicht eine Art und [455] Weise von Predigen, Ermahnen, Dozieren, düsteres Moralisieren usf., denn dergleichen hatte unter Atheniensern und in der attischen Urbanität keinen Platz. Es ist kein gegenseitiges, freies, vernünftiges Verhältnis; sondern mit allen ließ er sich in ein Gespräch ein, ganz mit jener attischen Urbanität, welche, ohne sich Anmaßungen herauszunehmen, ohne die anderen belehren, imponieren zu wollen, der Freiheit vollkommen ihr Recht erhält und sie ehrt, alles Rohe aber wegfallen läßt. So gehören denn Xenophons, besonders aber Platons Dialoge zu den höchsten Mustern feiner geselliger Bildung.

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Praelēctiōnēs in Ātriō Philosophicō §15

En lo concerniente a su actividad inmediata, su enseñanza filosófica o, mejor dicho —pues no era, en rigor, algo que pudiera considerarse enseñanza—, su trato con personas de todas las clases, edades y procedencias, se asemejaba a la vida de sus conciudadanos. Esto es, la vida filosófica de Sócrates, en apariencia, se asemejaba a la vida de los atenienses todos, quienes pasaban la mayor parte del día sin tener ninguna verdadera ocupación, entregados a la ociosidad en la plaza pública o en los gimnasios de la ciudad, dedicados a sus ejercicios físicos y, sobre todo, conversando entre sí.

Esta clase de trato social sólo era posible gracias a las características especiales de la vida de Atenas, en que la mayoría de los trabajos que hoy realiza un ciudadano libre de cualquier país —aun un republicano libre o un súbdito libre— eran efectuados entonces por mano de esclavos, ya que se consideraban como indignos de los hombres libres. Es cierto que también los ciudadanos libres de Atenas podían ser artesanos, pero estos artesanos disponían de esclavos para que trabajasen, como un maestro dispone hoy de oficiales. La vida ociosa —dedicada al pensamiento— que llevaban aquellos atenienses no encajaría hoy en nuestras costumbres. Sócrates recorría las calles y la plaza pública, participando incesantemente en debates sobre cuestiones éticas [ethische Ansichten].1Jenofonte, Memorabilia, I, cap. 1, § 10. (Un zapatero, Simón, que tuvo mucho contacto con él, escribió diálogos que contienen sus eseñanzas socráticos).2Digresión de Hegel, que probablemente quedó incompleta. Refiere a Diógenes Laercio, Vit., II, 122.

Vivía, pues, entregado a su ocupación peculiar, a lo que, en términos generales, podría llamarse actitud moralizante. No era, sin embargo, la suya, una obra de moralización adusta y sombría, en forma de sermones, exhortaciones y predicaciones. Estos métodos no habrían tenido cabida entre atenienses, no habrían sido apropiados para la urbanidad ática, porque no se trataba de relaciones libres y racionales entre iguales. Sócrates entraba en coloquios con todo el mundo, sin importar cuáles fueran sus concepciones, sin renunciar nunca a la urbanidad ática, que, sin arrogancia, sin pretensiones, sin tratar de aleccionar a nadie ni de imponer su superioridad a otros, sabe respetar todos los derechos propios de la libertad y honrar a ésta, descartando cuanto pueda parecer tosco. De este modo, los diálogos de Jenofonte, y especialmente los de Platón, se encuentran entre los ejemplos más elevados de cultura social refinada [Mustern feiner geselliger Bildung].

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Iura

Georg Wilhelm Friedrich Hegel: Werke in zwanzig Bänden. Band 18, Frankfurt am Main: Suhrkamp, 1979 [Hrsg. Eva Moldenhauer und Karl Markus Michel]

Hegel hielt die Vorlesungen insgesamt neunmal, zuerst 1805/06 in Jena, dann 1816/17 und 1817/18 in Heidelberg und von 1819 bis zu seinem Tod sechsmal in Berlin. Schon bald nach Hegels Tod wurden sie von Karl Ludwig Michelet auf der Grundlage von Vorlesungsmitschriften und handschriftlichen Notizen Hegels rekonstruiert und herausgegeben. Erstdruck in: Georg Wilhelm Friedrich Hegels Werke. Vollständige Ausgabe durch einen Verein von Freunden des Verewigten. Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, hg. v. Karl Ludwig Michelet, Berlin 1833-1836. – Der Text folgt im wesentlichen Michelets Rekonstruktion der Vorlesungen. Eine Ausnahme bildet der erste Teil der Einleitung, der auf Johannes Hoffmeisters Edition des Manuskripts von Hegels Heidelberger Antrittsvorlesung von 1817 zurückgeht.

Hegel pronunció estas lecciones un total de nueve veces. Primero en 1805-1806 en Jena; posteriormente en 1816-1817 y 1817-1818 en Heidelberg; y, desde 1819 hasta su muerte otras seis veces en Berlín. Poco después de la muerte de Hegel, fueron reconstruidas y publicadas por Karl Ludwig Michelet basándose en las lecciones y notas del propio Hegel. Se publicó por vez primera en: Georg Wilhelm Friedrich Hegels Werke. Vollständige Ausgabe durch einen Verein von Freunden des Verewigten. Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, Karl Ludwig Michelet (ed.), Berlin 1833-1836. El texto sigue esencialmente la reconstrucción de las lecciones que hace Michelet. Una excepción es la primera parte de la introducción, que se remonta a la edición de Johannes Hoffmeister del manuscrito de la lección inagural de Hegel en Heidelberg en 1817.

Traducción de Atrium Philosophicum de la edición referida. Tenemos delante la clásica traducción de don Wenceslao Roces de 1955 en el FCE, de la que nos reconocemos deudores, pese a sus omisiones (en algunos casos, párrafos enteros) y la necesaria actualización de la terminología hegeliana.

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