Epistula Septima Pla006
Parte de:
Epístolas platónicas / Carta VII
Tabla de contenidos
Ἐπιστολὴ Ζ΄ (006)
Ταύτῃ μὲν δὴ τῇ διανοίᾳ τε καὶ τόλμῃ ἀπῆρα οἴκοθεν, οὐχ ᾗ τινες ἐδόξαζον, ἀλλ᾽ αἰσχυνόμενος μὲν ἐμαυτὸν τὸ μέγιστον, μὴ δόξαιμί ποτε ἐμαυτῷ παντάπασι λόγος μόνον ἀτεχνῶς εἶναι τίς, ἔργου δὲ οὐδενὸς ἄν ποτε ἑκὼν ἀνθάψασθαι, κινδυνεύσειν δὲ προδοῦναι πρῶτον [328δ] μὲν τὴν Δίωνος ξενίαν τε καὶ ἑταιρίαν ἐν κινδύνοις ὄντως γεγονότος οὐ σμικροῖς. Εἴτ᾽ οὖν πάθοι τι, εἴτ᾽ ἐκπεσὼν ὑπὸ Διονυσίου καὶ τῶν ἄλλων ἐχθρῶν ἔλθοι παρ᾽ ἡμᾶς φεύγων καὶ ἀνέροιτο εἰπών: ‘ὦ Πλάτων, ἥκω σοι φυγὰς οὐχ ὁπλιτῶν δεόμενος οὐδὲ ἱππέων ἐνδεὴς γενόμενος τοῦ ἀμύνασθαι τοὺς ἐχθρούς, ἀλλὰ λόγων καὶ πειθοῦς, ᾗ σὲ μάλιστα ἠπιστάμην ἐγὼ δυνάμενον ἀνθρώπους νέους ἐπὶ τὰ ἀγαθὰ καὶ τὰ δίκαια προτρέποντα εἰς φιλίαν τε καὶ ἑταιρίαν ἀλλήλοις [328ε] καθιστάναι ἑκάστοτε: ὧν ἐνδείᾳ κατὰ τὸ σὸν μέρος νῦν ἐγὼ καταλιπὼν Συρακούσας ἐνθάδε πάρειμι. Καὶ τὸ μὲν ἐμὸν ἔλαττον ὄνειδός σοι φέρει: φιλοσοφία δέ, ἣν ἐγκωμιάζεις ἀεὶ καὶ ἀτίμως φῂς ὑπὸ τῶν λοιπῶν ἀνθρώπων φέρεσθαι, πῶς οὐ προδέδοται τὰ νῦν μετ᾽ ἐμοῦ μέρος ὅσον ἐπὶ σοὶ γέγονεν; [329α] καὶ Μεγαροῖ μὲν εἰ κατοικοῦντες ἐτυγχάνομεν, ἦλθες δήπου ἄν μοι βοηθὸς ἐφ᾽ ἅ σε παρεκάλουν, ἢ πάντων ἂν φαυλότατον ἡγοῦ σαυτόν: νῦν δ᾽ ἄρα τὸ μῆκος τῆς πορείας καὶ τὸ μέγεθος δὴ τοῦ πλοῦ καὶ τοῦ πόνου ἐπαιτιώμενος οἴει δόξαν κακίας ἀποφευξεῖσθαί ποτε; πολλοῦ καὶ δεήσει.’ Λεχθέντων δὲ τούτων τίς ἂν ἦν μοι πρὸς ταῦτα εὐσχήμων ἀπόκρισις; οὐκ ἔστιν. Ἀλλ᾽ ἦλθον μὲν κατὰ λόγον ἐν δίκῃ τε [329β] ὡς οἷόν τε ἀνθρώπῳ μάλιστα, διά τε τὰ τοιαῦτα καταλιπὼν τὰς ἐμαυτοῦ διατριβάς, οὔσας οὐκ ἀσχήμονας, ὑπὸ τυραννίδα δοκοῦσαν οὐ πρέπειν τοῖς ἐμοῖς λόγοις οὐδὲ ἐμοί: ἐλθών τε ἐμαυτὸν ἠλευθέρωσα Διὸς ξενίου καὶ τῆς φιλοσόφου ἀνέγκλητον μοίρας παρέσχον, ἐπονειδίστου γενομένης ἄν, εἴ τι καταμαλθακισθεὶς καὶ ἀποδειλιῶν αἰσχύνης μετέσχον κακῆς.
Epístola VII (006)
Pues bien: con estos pensamientos me atreví a partir de casa; no por los motivos que algunos creyeron, sino dándome sobre todo, vergüenza ante mí mismo de que pareciera, simplemente, alguna vez, a mis propios ojos ser un «todo palabras», mas incapaz de querer, alguna vez, poner manos a la obra; pero si capaz de correr el peligro de traicionar, primero, [328d] la hospitalidad de Dión y ese compañerismo hacia quién estaba realmente en no pequeños peligros X*aX.1Los dos temores de Platón son traicionar la amistad de Dión y traicionar igualmente la causa de la filosofía, tal como aparece en 328e. Si, pues, le pasara algo; o si, expulsado por Dionisio y demás enemigos, llegara, huyendo, a nosotros y, hablando, me preguntara: «Platón, luego huido; no porque me hayan faltado hoplitas o caballeros para defenderme de los enemigos, sino por falta de esos persuasivos razonamientos por los que, bien lo sabía, eres capaz de impeler a hombres jóvenes hacia lo bueno y lo justo, exhortándolos a establecer, siempre y entre ellos, amistad y compañerismo. Por falta de esto, en cuanto de ti depende, [328e] estoy ahora aquí, tras abandonar Siracusa. Por cierto, que de lo tuyo, poca deshonra te resulta, mas a la filosofía —a la que de continuo encomias y de la que afirmas ser tratada indignamente por el resto de los hombres—, ¿no lo has traicionado, [329a] en cuanto de ti dependía, en mi caso actual? Si hubiéramos habitado en Megara X*bX,2Ciudad cercana a Atenas en la que se refugiaron los discípulos de Sócrates después de la muerte del maestro. habrías, sin duda venido a socorrerme, te llamase para lo que fuera; si no, te tendría por el más vil de los hombres. Mas ahora, encausando tal vez ele ello a lo largo del viaje, y a la magnitud de travesía y trabajos, ¿crees podrás huir alguna vez de la opinión de malo? Ni de lejos». A esta palabras, ¿cuál fuera, para ellas, respuesta presentable? No la hay. Partí, pues, por motivos razonables y justos —lo máximo posible a humanos—, abandonando [329b] así mis propias ocupaciones —que no eran insignificantes— por una tiranía que parecía no convenir ni a mis enseñanzas ni a mí. Yendo, pues, que daba ya libre de obligaciones hacia Júpiter Hospitalario X*cX,3Alusión a uno de los epítetos de Zeus como protector de los huéspedes; debido a que el propio Platón era un huésped amigo de Dión. y salía irreprochable la profesión de filósofo X*dX4Pueden verse expresiones similares en Protágoras 322a y en Critias 121a. que hubiera resultado despreciabilísima si, por blando y cobarde, tomo parte en tal vergonzosa maldad.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION