Entre cómicos y trágicos

 

CŌGITĀTIŌNĒS ET CŌGITĀTA ***

Resulta curioso que los supervivientes a Sócrates resultaron más corrosivos en lo que respecta a su juicio sobre los sofistas. Esquines atacó duramente a Pródico, mientras Platón, en sus diálogos de juventud expresó la hostilidad al bando democrático. Nos dice Capizzi: «La filosofía socrática culminó en la segunda mitad del siglo con Aristóteles, maestro y guía del pensamiento occidental (griego, árabe y latino) durante casi dos milenios, sus Refutaciones sofísticas produjeron la identificación de socratismo y filosofía. Como afirmó Nietzsche en El nacimiento de la Tragedia, el socratismo triunfante “mató” a la tragedia en Ática; y con ella la antilogía sofística que era una rama de ella: de Platón a Descartes, de Aristóteles a Hegel, la filosofía fue siempre, con pocas y poco escuchadas excepciones, pensamiento “cómico”, es decir una contradicción de la que se escapa lógicamente, o con la refutación de uno de los dos opuestos, o con la síntesis que media a ambos en una unidad omnímoda. La producción práctica y retórica de los sofistas fueron olvidadas en Atenas y en Occidente, en todos los siglos posteriores, hasta nuestros días» (CAPIZZI, Mario. I Sofisti ad Atene. L’uscita retorica dal dilemma tragico, Bari: Levante editori, 1990, pp. 216-217).

La idea de la filosofía, como más cercana a la comedia que a la tragedia es compartida por el prof. Leo Strauss. Lo expresó de forma explícita en su ensayo sobre la República de Platón, donde remarca la idea discutida con los personajes. En el Laques Sócrates discute sobre el coraje con generales vencidos o a punto de ser derrotados; en el Carmides, donde discute sobre la moderación con futuros tiranos. En la República discute sobre la justicia en presencia de las víctimas de un intento fallido de hombres muy injustos por restaurar la justicia (STRAUSS, La ciudad y el hombre, Buenos Aires: Katz, 2006, p. 97).

Con todo, y después de una revisita a las obras de Platón, me sigue quedando un enigma. ¿Será posible que ese taimado seguidor del método socrático esté empleando el nuevo soniquete de la comedia para volver a la antinomia trágica? Nunca oí a Platón (pues es muy pícaro y se escondió bien ese pedazo de tío) afirmar que era evidente una opción, dado la hilaridad producida por su contraria.

Después de muchos ratos con los amigos presentados por Platón, después de las risas y las mofas, veo y comprendo que fui troleado de nuevo por ese amigo de los juegos de realidad aumentada. ¡No hemos salido del dilema trágico! Solo exploramos el límite de eso que aún no podemos definir y, que volvió locos a los iniciados platónicos: ¡El Lógos!

 

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