Dicta septem sapientium
MEDVLLA PICTA ***
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Emblema CLXXXVII1En el caso de la numeración de los Emblemas de Alciato tomaremos como referencia la edición de Petro Paulo Tozzi en Padua, 1621, considerada por la crítica como la edición definitiva, tanto por la calidad de sus grabados, como por las correcciones y comentarios de Claude Mignault, Francisco Sánchez de las Brozas, Laurentius Pignorius y Federicus Morellus, editadas por Joannes Thuilius.
Lema
DICTA SEPTEM SAPIENTIVM2Dicta septem sapientvm en el original, corregimos «sapientium».
(«Los dichos de los Siete Sabios»)
Epigrama
Haec habeas, septem sapientium3 «sapientum» en el original effigere dicta,
Atque ea picturis qui celebrare velis.
Optimus in rebus modus est, Cleobulus ut inquit:
Hoc trutinae examen, sive libella docet.
Noscere se Chilon Spartanus quemque iubebat:
Hoc speculum in manibus, vitraque sumpta dabunt.
Quod Periander ait, fraena adde, Corinthius, irae:
Pulegium admotum naribus efficiet.
Pittacus, at ne quid, dixit, nimis: haec aedem aiunt,
Contracto qui gith ore liquefaciunt.
Respexisse Solon finem iubet: ultimus agris
Terminus haud magno cesserit ipse Iovi.
Heu quam vera Bias, est copia magna malorum:
Musimoni insideat effice Sardus eques.
Ne praes esto, Thales dixit: sic illita visco
In laqueso sociam parra meropsque trahit.
«Aquí tienes los dichos de los Siete Sabios,
por si los quieres dibujar o celebrarlos con
pinturas. Como dijo Cleóbulo, lo mejor en
todo es la medida: esto enseña el fiel de la
balanza o la plomada.
Quilón el espartano mandaba a todos
conocerse a sí mismos: esto lo representarán
un espejo o un vidrio tomado entre las manos.
Lo que dice Periandro de Corintio es «refrena
tu ira»: el poleo llevado a la nariz lo
representa.
Pítaco dijo «nada en demasía», y esto mismo
es lo que dicen, con la boca contraída, los
que mascan el gyth (ajenuz).4Gyth era el nombre con el que era denominado el «ajenuz» (Nigella sativa), más precisamente sus semillas negras. También conocida en italiano como cumino nero («comino negro») al confundirla con una semilla similar, la de Bunium persicum. Para la anterior nota, así como los siguientes comentarios para la traducción al castellano empleamos la invaluable asistencia del comentario a los Emblemas de Diego López: Declaración magistral sobre las Emblemas de Andres Alciato, Najera: Juan de Mongaston, 1615.
Solón manda haber previsto el fin de las
cosas: el último término de un campo no
cedería ante el gran Jove5Júpiter, el dios romano.
¡Cuán grande es, ay, la verdad de Bías:
«hay una gran abundancia de males»! Pinta a
un sardo6Natural de Cerdeña. cabalgando un musmón.7Muflón europeo (Ovis aries musimon) originalmente encontrado en las islas de Córcega y Cerdeña.
«No salgas fiador», dijo Tales, así, atraen a
su compañera a la red el ave parra8el ave parra es interpretada por Don Diego López como la «cogujada común» (Galerida cristata) y el abejarruco.9La traducción actualizada del emblema es obra de Pilar Pedraza en la edición establecida por Santiago Sebastián en: Alciato , Andrés. Emblemas, Madrid: Akal, 1985, p. 229.
Glosa
Los dichos de los Siete sabios fueron una importante fuente para la enseñanza durante el Renacimiento y el Barroco.10Cfr. García Gual, Carlos. Los siete sabios (y tres más), Madrid: Alianza, 1989. En el presente emblema se condensan las enseñanzas de los siete en diversos elementos iconológicos, a saber:
Cleóbulo: «la medida es lo mejor» («modus est optimus in rebus»),11Cfr. Diógenes Laercio, I, 93. («la moderación es lo mejor») representada por la balanza en la parte superior izquierda del grabado. Diego López recuerda aquel pasaje de Horacio en Sátiras, I, 1, 106-107: «est modus in rebus sunt certi denique fines, quos ultra citraque nequit consistere rectum» («en todas las cosas hay una medida y, en fin, unos límites claros, más allá o más acá de los cuales no puede asentarse lo justo»)12Traducción de José Luis Moralejo en Sátiras – Epístolas – Arte poética, Madrid: Gredos, 2008, p. 67.
Quilón: «conócete a tí mismo» («nosce te ipsum»), según la leyenda, el propio Quilón acudió a Delfos para inscibir ésta y otras de sus máximas.13Las otras dos serían: «Nada en exceso» y «Da fianza y ya tienes ruina». Cfr. García Gual, Carlos. op. cit., p. 200 El dicho está plasmado en un espejo tomado con las manos debajo de la balanza comentada anteriormente. La máxima es primordial para el ejercicio de la filosofía, su comentario podría llevarnos a infinidad de autores, por lo que invitamos al lector a buscarla en la tradición clásica. El uso del espejo en el Renacimmiento y el Barroco está asociado al tema del desengaño, cuestión fundamental para el ejercicio de la sabiduría en esta tradición filosófica.
Periandro: «refrena tu ira» («frena adde irae»), Alciato pone en boca de Periandro esta máxima quizá inspirado en la carta del sabio a su suegro Procles.14Cfr. Diógenes Laercio, I, 100. Aquí aparece significada en el poleo (imágen bajo el espejo), que acercado a la nariz puede refrenar la ira, como ya indicó Alciato en el emblema XVI.
Pítaco: «nada en demasía» («ne quid nimis scilicet facias»), de nuevo, Alciato pone en boca de un sabio una máxima atribuida por la tradición a otros.15Véaese lo que comentamos acerca de Quilón y sus tres máximas. Pero también es atribuida a Solón por Diógenes Laercio, Vidas, I, 63. La máxima está representada por el ajenuz o la «pimienta menuda» (esquina superior derecha), que en su justa medida sazona los alimentos, pero en demasía los arruina.
Solón: «prever el fin de las cosas» («respice finem»), en esta ocasión la máxima es representada por un busto que honra a algún prócer. El orígen de esta máxima bien pudo ser tomada de lo que Heródoto cuenta del encuentro entre Solón y Creso.16Cfr. Heródoto, Historia, I, 28-32; insinuada por Diógenes Laercio, Vidas, I, 50. Donde preguntado por Creso acerca de quién puede ser considerado bienaventurado, Solón responderá que no puede ser considerado bienaventurado nadie mientras no se viese el fin de su vida. El comentario de Diego López remite a los versos de Ovidio: «[…] scilicet ultima semper / exspectanda dies hominis, dicique beatus / ante obitum nemo supremaque funera debet» («hay que aguardar siempre el último día del hombre, y ninguno debe ser cosiderado dichoso antes de su muerte y de las últimas honras») 17Ovidio, Metamorfosis, III, 135-137; trad. de José Carlos Fernández y Josefa Cantó Llorca en el n.º 365 de la BCG (Metamorfosis. Libros I-V, Madrid: Gredos, 2008, p. 327) Asimismo, nos remite a las Sátiras de Juvenal: «Festino ad nostros et regem transeo Ponti et Croesum, quem vox iusti facunda Solonis respicere ad longae iussit spatia ultima vitae» («Vengo aprisa a los nuestros, y me salto al rey del Poto y a Creso, a quien la palabra persuasiva del justo Solón recomentó tener en cuenta los últimos años de su larga vida»)18Juvenal,Sátiras, X, 273-275; trad. de Bartolomé Segura Ramos, en Sátiras, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1996, p. 138
Bías: «gran abundancia de males» («copia malorum est magna» / «hoì pleîstoi kakoí»), es una sentencia que la tradición coincide al atribuir a Bías o Biante de Pirene.19Diógenes Laercio, Vidas, I, 87 y 88. La máxima es expresada en la figura de un sardo cabalgando un musmón. Diego López glosa la imagen: «Cerdeña, llamada Sadinia de Sardo hijo de Hércules, que viniendo de África ocupó esta ínsula con gran copia de compañeros, es tierra de muy mala gente, y de muy poca salud, porque es muy enferma, y pestilencial, de lo cual dan muchas razones los autores, y la más verdadera deben ser los aires. […] El Musmón es, el que llama Antonio de Herrera lib. 9, cap. 11 de su Historia General, Mufrón, y dice que no lo hay ni se cría en otra parte que en Cerdeña, y tiene el pellejo como ciervo, y cuernos como de carnero. Vive en las montañas, y es muy ligero, y es animal muy malo, y la gente de Cerdeña es mala, y así puesto un cerdeño sobre un musmón, están dos cosas malas juntas, y de esta manera vendrá a ser grande la copia de los males»20op. cit., fol. 428r-429r. La tradición helénica recoge en esta máxima la consideración que la mayor parte de los hombres son malos. Sin embargo, desde el Renacimiento, la máxima estará asociada a la visión de los «males encadenados».
Tales: «no te fies» («ne pares esto»). La máxima atribuida a Tales por Alciato, aunque esta desconfianza sería más propia de otro de los Sabios (e.g. Periandro). Se figura en el emblema con la cogujada común, que pertenece a ese tipo de aves que (según creencia de la época), ligadas sus patas con cuerdas, vuelan y hacen caer en una trampa a otras que están libres.
Fuente
Andreae Alciati Emblemata cum commentariis […], Patauij (Padua): apud Petrum Paulum Tozzium, 1621.21La Editio princeps data de 1519
Tradición
Anthologia Graeca, IX, 366:
ἑπτὰ σοφῶν ἐρέω κατ᾽ ἔπος πόλιν, οὔνομα, φωνήν.
μέτρον μὲν Κλεόβουλος ὁ Λίνδιος εἶπεν ἄριστον
Χίλων δ᾽ ἐν κοίλῃ Λακεδαίμονι, γνῶθι σεαυτόν.
ὃς δὲ Κόρινθον ἔναιε Χόλου κρατέειν Περίανδρος.
Πιττακός, οὐδὲν ἄγαν, ὃς ἔην γένος ἐκ Μυτιλήνης.
τέρμα δ᾽ ὁρᾶν βιότοιο, Σόλων ἱεραῖς ἐν Ἀθήναις.
τοὺς πλέονας κακίους δὲ Βίας ἀπέφηνε Πριηνεύς,
ἐγγύην φεύγειν δὲ Θαλῆς Μιλήσιος ηὔδα.
Temática
- Siete Sabios de Grecia
- Modo o Medida (moderación)
- Males encadenados
- Conócete a ti mismo
- Refrenar la ira
- Nada en demasía
- Prever el fin de la vida
- No te fíes
Para quedar en papel
- Alciato, Andrés. Emblemas, Madrid: Akal, 1985, 287 pp. [Con prólogo de Aurora Egido; edición y comentario de Santiago Sebastián; traducción actualizada de los emblemas de Pilar Pedraza. Se sigue sistemación de la edición de 1548 de Rouillé (Lyon: Guillaume Rouillé, que contiene un total de 201 emblemas)]
- Alciato, Andrea. Los Emblemas de Alciato traducidos en Rimas Españolas 1549, Palma: José J. de Oñaleta / Edicions UIB, 2004, 256 pp. [Edición de Rafael Zafra; Prólogo de Juan Gorostidi Munguía]
- Alciato, Andres. Declaracion Magistral sobre las emblemas de Aldres Alciato con todas las Historias, Antigüedades, Moralidad, y doctrina tocante a las buenas costumbres. Por Diego Lopez, Natural de la Villa de Valencia de la Orden de Alcantara, Nájera: Juan de Mongaston, 1615, 472 fol.
- Colli, Giorgio. La sabiduría griega I. Diónisos – Apolo – Eleusis – Orfeo – Museo – Hiperbóreos – Enigma, Madrid: Trotta, 2008, 477 pp. [Trad. de Dionisio Mínguez de La sapienza greca Volume I, Milano: Adelphi, 1977]
- Colli, Giorgio. La sabiduría griega II. Epiménides – Ferecides – Tales – Anaximandro – Anaxímenes – Onomácrito, Madrid: Trotta, 2008, 358 pp. [Trad. de Dionisio Mínguez de La sapienza greca Volume II, Milano: Adelphi, 1978]
- Colli, Giorgio. La sabiduría griega III. Heráclito, Madrid: Trotta, 2010, 213 pp. [Trad. de Dionisio Mínguez de La sapienza greca Volume III, Milano: Adelphi, 1980]
- Diógenes Laercio [Διογένης Λαέρτιος / Diogenes Laertius] (fl. s. iii a.C.). Vidas y opiniones de los filósofos ilustres, Zamora: Lucina, 2010, 535 pp. [Introducción, traducción y comentarios por Luis-Andrés Bredlow. Toma como base (aunque apartándose en más de 250 lugares) del texto establecido por Miroslav Marcovich (Vitae philosophorum libri, Stuttgart / Leipzig: Vieweg / Teubner, [coll: «Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Teubneriana»], 1999, 2 vols], pero manteniendo el espíritu de los manuscritos más acreditados. ISBN: 978-84-85708-82-6]
- Defradas, Jean. Les thèmes de la propagande delphique, París: Société d’Édition «Les Belles Lettres», 1972, 306 pp. [2.ª ed. corregida y aumentada; 1.ª ed. 1954]
- García Gual, Carlos. Los siete sabios de Grecia (y tres más), Madrid: Alianza, 1989, 238 pp.
- Horacio, Sátiras – Epístolas – Arte Poética, Madrid: Gredos, (Biblioteca Clásica Gredos, n.º 373), 2008, 426 pp. [Introducciones, traducciones y notas de José Luis Moralejo, siguiendo la edición de Friedrich Klingner: Q. Horati Flacci Opera, Leipzig: Teubner, («Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Teubneriana»), 19826 (1.ª ed. en 1939)]
- Plutarco, «Banquete de los Siete Sabios», en Obras morales y de costumbres (Moralia) II, Madrid: Gredos, (BCG n.º 98), pp. 207-279 [traducción, traducción y notas por Concepción Morales Otal y José García López, tomando como base la ed. de W. R. Paton y I. Wegehauf, corregida por H. Gärtner: Plutarchi Moralia, I, Leipzig: Teubner, 1974]
- Snell, Bruno, Leben und Meinungen der Sieben Weisen: Griechische und lateinische Quellenstüke aus 2000 Jahren mit der deutschen Übertragung, Munich: Heimeran, 1938, 180 pp.
Notas
- 1En el caso de la numeración de los Emblemas de Alciato tomaremos como referencia la edición de Petro Paulo Tozzi en Padua, 1621, considerada por la crítica como la edición definitiva, tanto por la calidad de sus grabados, como por las correcciones y comentarios de Claude Mignault, Francisco Sánchez de las Brozas, Laurentius Pignorius y Federicus Morellus, editadas por Joannes Thuilius.
- 2Dicta septem sapientvm en el original, corregimos «sapientium».
- 3«sapientum» en el original
- 4Gyth era el nombre con el que era denominado el «ajenuz» (Nigella sativa), más precisamente sus semillas negras. También conocida en italiano como cumino nero («comino negro») al confundirla con una semilla similar, la de Bunium persicum. Para la anterior nota, así como los siguientes comentarios para la traducción al castellano empleamos la invaluable asistencia del comentario a los Emblemas de Diego López: Declaración magistral sobre las Emblemas de Andres Alciato, Najera: Juan de Mongaston, 1615.
- 5Júpiter, el dios romano.
- 6Natural de Cerdeña.
- 7Muflón europeo (Ovis aries musimon) originalmente encontrado en las islas de Córcega y Cerdeña.
- 8el ave parra es interpretada por Don Diego López como la «cogujada común» (Galerida cristata)
- 9La traducción actualizada del emblema es obra de Pilar Pedraza en la edición establecida por Santiago Sebastián en: Alciato , Andrés. Emblemas, Madrid: Akal, 1985, p. 229.
- 10Cfr. García Gual, Carlos. Los siete sabios (y tres más), Madrid: Alianza, 1989.
- 11Cfr. Diógenes Laercio, I, 93.
- 12Traducción de José Luis Moralejo en Sátiras – Epístolas – Arte poética, Madrid: Gredos, 2008, p. 67.
- 13Las otras dos serían: «Nada en exceso» y «Da fianza y ya tienes ruina». Cfr. García Gual, Carlos. op. cit., p. 200
- 14Cfr. Diógenes Laercio, I, 100.
- 15Véaese lo que comentamos acerca de Quilón y sus tres máximas. Pero también es atribuida a Solón por Diógenes Laercio, Vidas, I, 63.
- 16Cfr. Heródoto, Historia, I, 28-32; insinuada por Diógenes Laercio, Vidas, I, 50.
- 17Ovidio, Metamorfosis, III, 135-137; trad. de José Carlos Fernández y Josefa Cantó Llorca en el n.º 365 de la BCG (Metamorfosis. Libros I-V, Madrid: Gredos, 2008, p. 327)
- 18Juvenal,Sátiras, X, 273-275; trad. de Bartolomé Segura Ramos, en Sátiras, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1996, p. 138
- 19Diógenes Laercio, Vidas, I, 87 y 88.
- 20op. cit., fol. 428r-429r.
- 21La Editio princeps data de 1519
Véase también
Orígenes de la Sabiduría Griega