Cuatro tipos de ídolos (Francis Bacon)

ADEPTVRIS DOCTRINAM

Vizconde de San Albán o Lord Verulam (1561-1626)

La teoría de los ídolos es presentada por Francis Bacon en su Novum organum Scientiarum (1620), una obra para poner las nuevas bases de la ciencia moderna y sustituir a la ciencia presentada por Aristóteles en su Organon.

El objetivo de Bacon es, de hecho, todo un nuevo programa científico y filosófico de renovación del saber (la Gran instauración o Instauratio Magna), que debería comenzar una nueva época. Bacon trabajó en esta obra toda su vida y el Novum organum es su segunda parte. Ahora leeremos la parte dedicada a los ídolos: los errores e ilusiones de las que deben librarse los seres humanos para poder dar vida al nuevo saber de la ciencia moderna.

 

Texto

F. Bacon, Novum organum Scientiarum, I, 39-44:

(1) Los ídolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana inteligencia, echando en ella hondas raíces, ocupan la inteligencia de tal suerte, que la verdad sólo puede encontrar a ella difícil acceso (…). Hay cuatro especies de ídolos que llenan el espíritu humano. Para hacernos entender, los designamos con los siguientes nombres: la primera especie de ídolos, es la de los de la tribu; la segunda, los ídolos de la caverna; la tercera, los ídolos del foro; la cuarta, los ídolos del teatro.

(…)

(2) Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del hombre, y en la tribu o el género humano. Se afirma erróneamente que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos como del espíritu, tienen más relación con nosotros que con la naturaleza. El entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y corrompe.

(3) Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza individual de cada uno; pues todo hombre independientemente de los errores comunes a todo el género humano, lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra y es corrompida, sea a causa de disposiciones naturales particulares de cada uno, sea en virtud de la educación y del comercio con los otros hombres, sea a consecuencia de las lecturas y de la autoridad de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en razón de la diferencia de las impresiones, según que hieran un espíritu prevenido y agitado, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras circunstancias; de suerte que el espíritu humano, tal como está dispuesto en cada uno de los hombres, es cosa en extremo variable, llena de agitaciones y casi gobernada por el azar. De ahí esta frase tan exacta de Heráclito: que los hombres buscan la ciencia en sus particulares y pequeñas esferas, y no en la gran esfera universal.

(4) Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la sociedad de los hombres, a los que designamos con el nombre de ídolos del foro, para significar el comercio y la comunidad de los hombres en los que tienen origen. Los hombres se comunican entre sí por el lenguaje; pero el sentido de las palabras se regula por lo que tienen en sus cabezas las personas normales. He aquí por qué la inteligencia, a la que deplorablemente se impone una lengua mal constituida, se siente importunada de extraña manera. Las definiciones y explicaciones con las que se arman anticipadamente los sabios en muchos asuntos no les liberan por ello de esta tiranía. Pero las palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo, y los hombres se ven lanzados por las palabras a controversias e imaginaciones innumerables y vanas.

(5) Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritu por los diversos sistemas de los filósofos y los malos métodos de demostración; llamárnosles ídolos del teatro, porque cuantas filosofías hay hasta la fecha inventadas y acreditadas, son, según nosotros, otras tantas piezas creadas y representadas cada una de las cuales contiene un mundo imaginario y teatral.

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Lea detenidamente

Profundice en la lectura respondiendo a las siguientes cuestiones.

    • El texto puede dividirse en cinco partes, (1) – (5). ¿De qué trata el párrafo (1)?
    • En la parte (2), Bacon habla de los «ídolos de la tribu», es decir, de los ídolos comunes a la especie humana. ¿De dónde surgen estos errores?
    • Los seres humanos percibimos colores y por eso tendemos a pensar que las cosas están objetivamente coloreadas. ¿Qué tipo de ídolo es esta creencia?
    • ¿Por qué surgen los ídolos del foro? Pon un ejemplo.
    • ¿Por qué en la parte (5) Bacon compara las filosofías que han existido con un «mundo teatral»?

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Objetivo polémico

Bacon critica igualmente a los filósofos que solo dependen de la experiencia –a quienes llama «empíricos»– y a los que se basan únicamente en la razón –a los que denomina «dogmáticos». ¿Sabría decir qué ídolos pertenecen a unos y cuáles a otros?

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Legere Aude!

Si está interesado en conocer más sobre lo aquí tratado, acérquese a su biblioteca. Ahí podrá encontrar traducciones de algunas obras con excelentes estudios preliminares que harán su lectura algo más amable. Considere las siguientes sugerencias del Atrium Philosophicum:

  • BACON, Francis. El avance del saber , Madrid: Alianza, (colección: «Alianza Universidad»), 1988, 227 pp. [Introducción de Alberto Elena; Traducción y notas de María Luisa Balseiro de Advancement of Learnig basada en la edición de G. W. Kitchn (Londres, 1861); la división en secciones y subseciones es la utilizada en la de W. A. Wright, Oxford, 1868]
  • BACON, Francis. La gran Restauración, Madrid: Alianza, (colección: «El libro de bolsillo»; sección clásicos, n.º 1109), 1985, 393 pp. [Introducción, traducción y notas de Miguel Ángel Granada. ISBN: 84-206-0109-8]

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