Cuatro tipos de ídolos (Francis Bacon)
ADEPTVRIS DOCTRINAM ***

La teoría de los ídolos es presentada por Francis Bacon en su Novum organum Scientiarum (1620), una obra para poner las nuevas bases de la ciencia moderna y sustituir a la ciencia presentada por Aristóteles en su Organon.
El objetivo de Bacon es, de hecho, todo un nuevo programa científico y filosófico de renovación del saber (la Gran instauración o Instauratio Magna), que debería comenzar una nueva época. Bacon trabajó en esta obra toda su vida y el Novum organum es su segunda parte. Ahora leeremos la parte dedicada a los ídolos: los errores e ilusiones de las que deben librarse los seres humanos para poder dar vida al nuevo saber de la ciencia moderna.
Tabla de contenidos
Texto
F. Bacon, Novum organum Scientiarum, I, 39-44:
(1) Los ídolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana inteligencia, echando en ella hondas raíces, ocupan la inteligencia de tal suerte, que la verdad sólo puede encontrar a ella difícil acceso (…). Hay cuatro especies de ídolos que llenan el espíritu humano. Para hacernos entender, los designamos con los siguientes nombres: la primera especie de ídolos, es la de los de la tribu; la segunda, los ídolos de la caverna; la tercera, los ídolos del foro; la cuarta, los ídolos del teatro.
(…)
(2) Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del hombre, y en la tribu o el género humano. Se afirma erróneamente que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos como del espíritu, tienen más relación con nosotros que con la naturaleza. El entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y corrompe.
(3) Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza individual de cada uno; pues todo hombre independientemente de los errores comunes a todo el género humano, lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra y es corrompida, sea a causa de disposiciones naturales particulares de cada uno, sea en virtud de la educación y del comercio con los otros hombres, sea a consecuencia de las lecturas y de la autoridad de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en razón de la diferencia de las impresiones, según que hieran un espíritu prevenido y agitado, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras circunstancias; de suerte que el espíritu humano, tal como está dispuesto en cada uno de los hombres, es cosa en extremo variable, llena de agitaciones y casi gobernada por el azar. De ahí esta frase tan exacta de Heráclito: que los hombres buscan la ciencia en sus particulares y pequeñas esferas, y no en la gran esfera universal.
(4) Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la sociedad de los hombres, a los que designamos con el nombre de ídolos del foro, para significar el comercio y la comunidad de los hombres en los que tienen origen. Los hombres se comunican entre sí por el lenguaje; pero el sentido de las palabras se regula por lo que tienen en sus cabezas las personas normales. He aquí por qué la inteligencia, a la que deplorablemente se impone una lengua mal constituida, se siente importunada de extraña manera. Las definiciones y explicaciones con las que se arman anticipadamente los sabios en muchos asuntos no les liberan por ello de esta tiranía. Pero las palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo, y los hombres se ven lanzados por las palabras a controversias e imaginaciones innumerables y vanas.
(5) Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritu por los diversos sistemas de los filósofos y los malos métodos de demostración; llamárnosles ídolos del teatro, porque cuantas filosofías hay hasta la fecha inventadas y acreditadas, son, según nosotros, otras tantas piezas creadas y representadas cada una de las cuales contiene un mundo imaginario y teatral.
Lea detenidamente
Profundice en la lectura respondiendo a las siguientes cuestiones.
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- El texto puede dividirse en cinco partes, (1) – (5). ¿De qué trata el párrafo (1)?
- En la parte (2), Bacon habla de los «ídolos de la tribu», es decir, de los ídolos comunes a la especie humana. ¿De dónde surgen estos errores?
- Los seres humanos percibimos colores y por eso tendemos a pensar que las cosas están objetivamente coloreadas. ¿Qué tipo de ídolo es esta creencia?
- ¿Por qué surgen los ídolos del foro? Pon un ejemplo.
- ¿Por qué en la parte (5) Bacon compara las filosofías que han existido con un «mundo teatral»?
Objetivo polémico
Bacon critica igualmente a los filósofos que solo dependen de la experiencia –a quienes llama «empíricos»– y a los que se basan únicamente en la razón –a los que denomina «dogmáticos». ¿Sabría decir qué ídolos pertenecen a unos y cuáles a otros?
Legere Aude!
Si está interesado en conocer más sobre lo aquí tratado, acérquese a su biblioteca. Ahí podrá encontrar traducciones de algunas obras con excelentes estudios preliminares que harán su lectura algo más amable. Considere las siguientes sugerencias del Atrium Philosophicum:
- BACON, Francis. El avance del saber , Madrid: Alianza, (colección: «Alianza Universidad»), 1988, 227 pp. [Introducción de Alberto Elena; Traducción y notas de María Luisa Balseiro de Advancement of Learnig basada en la edición de G. W. Kitchn (Londres, 1861); la división en secciones y subseciones es la utilizada en la de W. A. Wright, Oxford, 1868]
- BACON, Francis. La gran Restauración, Madrid: Alianza, (colección: «El libro de bolsillo»; sección clásicos, n.º 1109), 1985, 393 pp. [Introducción, traducción y notas de Miguel Ángel Granada. ISBN: 84-206-0109-8]