Epistula Septima Pla013

Parte de:

Epístolas platónicas / Carta VII

Ἐπιστολὴ Ζ΄ (013)

Νῦν δὲ δὴ εὐφημῶμεν χάριν οἰωνοῦ τὸ τρίτον. Ὅμως δὲ μιμεῖσθαι μὲν συμβουλεύω Δίωνα ὑμῖν τοῖς φίλοις τήν τε τῆς πατρίδος εὔνοιαν καὶ τὴν τῆς τροφῆς σώφρονα δίαιταν, ἐπὶ λῳόνων δὲ ὀρνίθων τὰς ἐκείνου βουλήσεις πειρᾶσθαι ἀποτελεῖν—αἳ δὲ ἦσαν, ἀκηκόατε παρ᾽ ἐμοῦ σαφῶς—τὸν δὲ μὴ δυνάμενον ὑμῶν Δωριστὶ ζῆν κατὰ τὰ [336δ] πάτρια, διώκοντα δὲ τόν τε τῶν Δίωνος σφαγέων καὶ τὸν Σικελικὸν βίον, μήτε παρακαλεῖν μήτε οἴεσθαι πιστὸν ἄν τι καὶ ὑγιὲς πρᾶξαί ποτε, τοὺς δὲ ἄλλους παρακαλεῖν ἐπὶ πάσης Σικελίας κατοικισμόν τε καὶ ἰσονομίαν ἔκ τε αὐτῆς Σικελίας καὶ ἐκ Πελοποννήσου συμπάσης, φοβεῖσθαι δὲ μηδὲ Ἀθήνας: εἰσὶ γὰρ καὶ ἐκεῖ πάντων ἀνθρώπων διαφέροντες πρὸς ἀρετήν, ξενοφόνων τε ἀνδρῶν μισοῦντες τόλμας. Εἰ δ᾽ οὖν ταῦτα μὲν ὕστερα γένοιτ᾽ ἄν, κατεπείγουσιν δὲ ὑμᾶς αἱ τῶν [336ε] στάσεων πολλαὶ καὶ παντοδαπαὶ φυόμεναι ἑκάστης ἡμέρας διαφοραί, εἰδέναι μέν που χρὴ πάντα τινὰ ἄνδρα, ᾧ καὶ βραχὺ δόξης ὀρθῆς μετέδωκεν θεία τις τύχη, ὡς οὐκ ἔστιν παῦλα κακῶν τοῖς στασιάσασιν, πρὶν ἂν οἱ κρατήσαντες μάχαις καὶ ἐκβολαῖς ἀνθρώπων καὶ σφαγαῖς μνησικακοῦντες [337α] καὶ ἐπὶ τιμωρίας παύσωνται τρεπόμενοι τῶν ἐχθρῶν, ἐγκρατεῖς δὲ ὄντες αὑτῶν, θέμενοι νόμους κοινοὺς μηδὲν μᾶλλον πρὸς ἡδονὴν αὑτοῖς ἢ τοῖς ἡττηθεῖσιν κειμένους, ἀναγκάσωσιν αὐτοὺς χρῆσθαι τοῖς νόμοις διτταῖς οὔσαις ἀνάγκαις, αἰδοῖ καὶ φόβῳ, φόβῳ μὲν διὰ τὸ κρείττους αὐτῶν εἶναι δεικνύντες τὴν βίαν, αἰδοῖ δὲ αὖ διὰ τὸ κρείττους φαίνεσθαι περί τε τὰς ἡδονὰς καὶ τοῖς νόμοις μᾶλλον ἐθέλοντές τε καὶ δυνάμενοι δουλεύειν. Ἄλλως δὲ οὐκ ἔστιν ὡς ἄν ποτε κακῶν λήξαι [337β] πόλις ἐν αὑτῇ στασιάσασα, ἀλλὰ στάσεις καὶ ἔχθραι καὶ μίση καὶ ἀπιστίαι ταῖς οὕτω διατεθείσαις πόλεσιν αὐταῖς πρὸς αὑτὰς ἀεὶ γίγνεσθαι φιλεῖ. Τοὺς δὴ κρατήσαντας ἀεὶ χρή, ὅτανπερ ἐπιθυμήσωσιν σωτηρίας, αὐτοὺς ἐν αὑτοῖς ἄνδρας προκρῖναι τῶν Ἑλλήνων οὓς ἂν πυνθάνωνται ἀρίστους ὄντας, πρῶτον μὲν γέροντας, καὶ παῖδας καὶ γυναῖκας κεκτημένους οἴκοι καὶ προγόνους αὑτῶν ὅτι μάλιστα πολλούς τε καὶ ἀγαθοὺς καὶ ὀνομαστοὺς καὶ κτῆσιν κεκτημένους πάντας [337ξ] ἱκανήν—ἀριθμὸν δὲ εἶναι μυριάνδρῳ πόλει πεντήκοντα ἱκανοὶ τοιοῦτοι—τούτους δὴ δεήσεσιν καὶ τιμαῖς ὅτι μεγίσταις οἴκοθεν μεταπέμψασθαι, μεταπεμψαμένους δὲ ὀμόσαντας δεῖσθαι καὶ κελεύειν θεῖναι νόμους, μήτε νικήσασιν μήτε νικηθεῖσιν νέμειν πλέον, τὸ δὲ ἴσον καὶ κοινὸν πάσῃ τῇ πόλει. Τεθέντων δὲ τῶν νόμων ἐν τούτῳ δὴ τὰ πάντα ἐστίν. Ἂν μὲν γὰρ οἱ νενικηκότες ἥττους αὑτοὺς τῶν νόμων [337δ] μᾶλλον τῶν νενικημένων παρέχωνται, πάντ᾽ ἔσται σωτηρίας τε καὶ εὐδαιμονίας μεστὰ καὶ πάντων κακῶν ἀποφυγή: εἰ δὲ μή, μήτ᾽ ἐμὲ μήτ᾽ ἄλλον κοινωνὸν παρακαλεῖν ἐπὶ τὸν μὴ πειθόμενον τοῖς νῦν ἐπεσταλμένοις. Ταῦτα γάρ ἐστιν ἀδελφὰ ὧν τε δίων ὧν τ᾽ ἐγὼ ἐπεχειρήσαμεν Συρακούσαις εὖ φρονοῦντες συμπρᾶξαι, δεύτερα μήν: πρῶτα δ᾽ ἦν ἃ τὸ πρῶτον ἐπεχειρήθη μετ᾽ αὐτοῦ Διονυσίου πραχθῆναι πᾶσιν κοινὰ ἀγαθά, τύχη δέ τις ἀνθρώπων κρείττων διεφόρησεν. [337ε] Τὰ δὲ νῦν ὑμεῖς πειρᾶσθε εὐτυχέστερον αὐτὰ ἀγαθῇ πρᾶξαι μοίρᾳ καὶ θείᾳ τινὶ τύχῃ.

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Epístola VII (013)

[336c] Pero, ahora, por tercera vez, y en gracia al Ave, hablemos favorablemente X*aX.1Referencia de nuevo, como en 334d, a Zeus. A pesar de todo, os aconsejo imitéis a Dión, vosotros sus amigos, en su benevolencia para con la patria y en su sapiente régimen de vida; mas tratad de realizar, bajo mejores auspicios, sus designios, —cuáles fueron, lo habéis oído claramente de mí. En cuanto a quien de vosotros no pueda vivir a lo dórico, a tenor de los antepasados, [336d] mas siga el género de vida de los asesinos de Dión y el de los sicilianos X*aX,2Vide 326b, c y nota al respecto del género de vida de los sicilianos. ni lo llaméis en vuestra ayuda ni lo creáis por de fiar y de obrar algo sano. En cuanto a los otros, hay que incitarlos a colonizar a Sicilia entera y a vivir según leyes iguales, vengan de Sicilia misma o de cualquier parte del Peloponeso; pero nada de temer a los atenienses X*bX,3Reproche que alude al origen de los asesinos de Dión y también al posible temor de los sicilianos a la intervención de Atenas en asuntos de la isla. porque hay allí, entre ellos, quienes son superiores en virtud a todos los hombres y odian a quienes se atreven a asesinar a sus [336e] huéspedes. Mas si todo esto fuera secundario, y os asaltaran esas discusiones múltiples, variadas, cotidianas de las facciones, ha de saber todo varón —a quien, por una Suerte divina, se le dio algo, aunque fuera poco, de buen sentido— que no cesarán de caer males sobre los facciosos hasta que los vencedores en batallas cesen de devolver mal por mal con expulsiones, degollinas de hombres y pertinacia en tomar venganza de los enemigos. Sean, más bien, ellos mismos, [337a] señores de sí; estableciendo leyes comunes, en nada más agradables para sí que para los vencidos X*cX;4Vide Leyes 646e ss. y 671d. fuércenlos a que se sirvan de las leyes según la doble constricción de pundonor y miedo; de miedo, porque sus superiores están enseñándoles la fuerza; de pundonor, porque los superiores están mostrándose tales respecto de los placeres, y que quieren y pueden, más bien, servir a las leyes. Especialmente, no hay como Ciudad, en sí misma escindida, descanse de males; por el contrario, facciones, enemistades, odios, desconfianzas: todo ello se engendra, continuamente y a gusto, en las Ciudades [337b] así internamente dispuestas X*dX.5Vide Leyes 715a ss. En cuanto a los vencedores —si desean, por cierto, la salvación— han de elegir, ellos de entre ellos, a aquellos griegos de quienes les conste ser los mejores; ante todo, a ancianos X*eX6Vide Leyes 765d para responsables de educación a los niños. que tengan, en casa, hijos y mujeres y progenitores suyos, cuantos más mejor, buenos y renombrados, y poseedores, todos ellos de suficiente riqueza, —para una Ciudad de diez mil varones bastaría [337c] con que fueran los tales en número de cincuenta X*fX.7Vide Leyes 752d ss. A éstos hay que sacarlos de casa con súplicas y máximos honores; y, salidos, atarlos con juramentos y mandarles establecer leyes que no den más a vencedores que a vencidos, sino lo igual y común a toda la Ciudad. Que de esto depende todo, una vez establecidas las leyes. Porque si los vencedores se muestran más sometidos, ellos mismos, a las leyes que los [337d] vencidos, toda rebosará de salud y bienaventuranza, —evitados todos los males. Mas si no, nada de llamar, ni a mí ni a otro, cual colaborador de quien no obedezca a lo ahora indicado. Todo esto es hermano de lo que Dión, de lo que yo, emprendimos hacer, con la mejor intención, en Siracusa, —por cierto, que en la segunda vez X*gX;8Vide Político 297d ss. en el primera, emprendimos, con Dionisio mismo, realizar el bien común para todos. Empero, un Sino, más poderoso que los hombres, los destruyó. Tratad vosotros ahora de llevarlo a la práctica con [337e] mucha mayor suerte: con buen sino y divina Suerte X*hX.9Alusión al intento de los amigos de Dión, dirigidos por Hiparino, para expulsar del poder al usurpador Calipo.

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