Epistula Septima Pla010

Parte de:

Epístolas platónicas / Carta VII

Ἐπιστολὴ Ζ΄ (010)

Κατὰ δὴ τοῦτον τὸν τρόπον ἐγὼ ὑμῖν τ᾽ ἂν συμβουλεύοιμι, συνεβούλευον δὲ καὶ Διονυσίῳ μετὰ Δίωνος, ζῆν μὲν τὸ καθ᾽ ἡμέραν πρῶτον, ὅπως ἐγκρατὴς αὐτὸς αὑτοῦ ὅτι μάλιστα [331ε] ἔσεσθαι μέλλοι καὶ πιστοὺς φίλους τε καὶ ἑταίρους κτήσεσθαι, ὅπως μὴ πάθοι ἅπερ ὁ πατὴρ αὐτοῦ, ὃς παραλαβὼν Σικελίας πολλὰς καὶ μεγάλας πόλεις ὑπὸ τῶν βαρβάρων ἐκπεπορθημένας, οὐχ οἷός τ᾽ ἦν κατοικίσας πολιτείας ἐν ἑκάσταις καταστήσασθαι πιστὰς ἑταίρων ἀνδρῶν, οὔτε ἄλλων δή [332α] ποθεν ὀθνείων οὔτε ἀδελφῶν, οὓς ἔθρεψέν τε αὐτὸς νεωτέρους ὄντας, ἔκ τε ἰδιωτῶν ἄρχοντας καὶ ἐκ πενήτων πλουσίους ἐπεποιήκει διαφερόντως. Τούτων κοινωνὸν τῆς ἀρχῆς οὐδένα οἷός τ᾽ ἦν πειθοῖ καὶ διδαχῇ καὶ εὐεργεσίαις καὶ συγγενείαις ἀπεργασάμενος ποιήσασθαι, Δαρείου δὲ ἑπταπλασίῳ φαυλότερος ἐγένετο, ὃς οὐκ ἀδελφοῖς πιστεύσας οὐδ᾽ ὑφ᾽ αὑτοῦ τραφεῖσιν, κοινωνοῖς δὲ μόνον τῆς τοῦ Μήδου τε [332β] καὶ εὐνούχου χειρώσεως, διένειμέ τε μέρη μείζω ἕκαστα Σικελίας πάσης ἑπτά, καὶ πιστοῖς ἐχρήσατο τοῖς κοινωνοῖς καὶ οὐκ ἐπιτιθεμένοις οὔτε αὐτῷ οὔτε ἀλλήλοις, ἔδειξέν τε παράδειγμα οἷον χρὴ τὸν νομοθέτην καὶ βασιλέα τὸν ἀγαθὸν γίγνεσθαι: νόμους γὰρ κατασκευάσας ἔτι καὶ νῦν διασέσωκεν τὴν Περσῶν ἀρχήν. Ἔτι δὲ Ἀθηναῖοι πρὸς τούτοις, οὐκ αὐτοὶ κατοικίσαντες, πολλὰς τῶν Ἑλλήνων πόλεις ὑπὸ βαρβάρων ἐμβεβλημένας ἀλλ᾽ οἰκουμένας παραλαβόντες, ὅμως [332ξ] ἑβδομήκοντα ἔτη διεφύλαξαν τὴν ἀρχὴν ἄνδρας φίλους ἐν ταῖς πόλεσιν ἑκάσταις κεκτημένοι. Διονύσιος δὲ εἰς μίαν πόλιν ἁθροίσας πᾶσαν Σικελίαν, ὑπὸ σοφίας πιστεύων οὐδενί, μόγις ἐσώθη: πένης γὰρ ἦν ἀνδρῶν φίλων καὶ πιστῶν, οὗ μεῖζον σημεῖον εἰς ἀρετὴν καὶ κακίαν οὐκ ἔστιν οὐδέν, τοῦ ἔρημον ἢ μὴ τοιούτων ἀνδρῶν εἶναι. Ἃ δὴ καὶ Διονυσίῳ συνεβουλεύομεν ἐγὼ καὶ δίων, ἐπειδὴ τὰ παρὰ τοῦ πατρὸς [332δ] αὐτῷ συνεβεβήκει οὕτως, ἀνομιλήτῳ μὲν παιδείας, ἀνομιλήτῳ δὲ συνουσιῶν τῶν προσηκουσῶν γεγονέναι, πρῶτον… Ἔπειτα ταύτῃ ὁρμήσαντα φίλους ἄλλους αὑτῷ τῶν οἰκείων ἅμα καὶ ἡλικιωτῶν καὶ συμφώνους πρὸς ἀρετὴν κτήσασθαι, μάλιστα δ᾽ αὐτὸν αὑτῷ, τούτου γὰρ αὐτὸν θαυμαστῶς ἐνδεᾶ γεγονέναι, λέγοντες οὐκ ἐναργῶς οὕτως—οὐ γὰρ ἦν ἀσφαλές —αἰνιττόμενοι δὲ καὶ διαμαχόμενοι τοῖς λόγοις ὡς οὕτω μὲν πᾶς ἀνὴρ αὑτόν τε καὶ ἐκείνους ὧν ἂν ἡγεμὼν γίγνηται σώσει, [332ε] μὴ ταύτῃ δὲ τραπόμενος τἀναντία πάντα ἀποτελεῖ: πορευθεὶς δὲ ὡς λέγομεν, καὶ ἑαυτὸν ἔμφρονά τε καὶ σώφρονα ἀπεργασάμενος, εἰ τὰς ἐξηρημωμένας Σικελίας πόλεις κατοικίσειεν νόμοις τε συνδήσειεν καὶ πολιτείαις, ὥστε αὑτῷ τε οἰκείας καὶ ἀλλήλαις εἶναι πρὸς τὰς τῶν βαρβάρων βοηθείας, οὐ [333α] διπλασίαν τὴν πατρῴαν ἀρχὴν μόνον ποιήσοι, πολλαπλασίαν δὲ ὄντως: ἕτοιμον γὰρ εἶναι τούτων γενομένων πολὺ μᾶλλον δουλώσασθαι Καρχηδονίους τῆς ἐπὶ Γέλωνος αὐτοῖς γενομένης δουλείας, ἀλλ᾽ οὐχ ὥσπερ νῦν τοὐναντίον ὁ πατὴρ αὐτοῦ φόρον ἐτάξατο φέρειν τοῖς βαρβάροις. Ταῦτα ἦν τὰ λεγόμενα καὶ παρακελευόμενα ὑφ᾽ ἡμῶν τῶν ἐπιβουλευόντων Διονυσίῳ, ὡς πολλαχόθεν ἐχώρουν οἱ τοιοῦτοι λόγοι, οἳ δὴ καὶ κρατήσαντες παρὰ Διονυσίῳ ἐξέβαλον μὲν Δίωνα, ἡμᾶς [333β] δ᾽ εἰς φόβον κατέβαλον: ἵνα δ᾽ ἐκπεράνωμεν οὐκ ὀλίγα πράγματα τὰ ἐν ὀλίγῳ χρόνῳ, ἐλθὼν ἐκ Πελοποννήσου καὶ Ἀθηνῶν δίων ἔργῳ τὸν Διονύσιον ἐνουθέτησεν. Ἐπειδὴ δ᾽ οὖν ἠλευθέρωσέν τε καὶ ἀπέδωκεν αὐτοῖς δὶς τὴν πόλιν, ταὐτὸν πρὸς Δίωνα Συρακόσιοι τότε ἔπαθον ὅπερ καὶ Διονύσιος, ὅτε αὐτὸν ἐπεχείρει παιδεύσας καὶ θρέψας βασιλέα τῆς ἀρχῆς ἄξιον, οὕτω κοινωνεῖν αὐτῷ τοῦ βίου παντός, ὁ δὲ τοῖς [333ξ] διαβάλλουσιν καὶ λέγουσιν ὡς ἐπιβουλεύων τῇ τυραννίδι δίων πράττοι πάντα ὅσα ἔπραττεν ἐν τῷ τότε χρόνῳ, ἵνα ὁ μὲν παιδείᾳ δὴ τὸν νοῦν κηληθεὶς ἀμελοῖ τῆς ἀρχῆς ἐπιτρέψας ἐκείνῳ, ὁ δὲ σφετερίσαιτο καὶ Διονύσιον ἐκβάλοι ἐκ τῆς ἀρχῆς δόλῳ. Ταῦτα τότε ἐνίκησεν καὶ τὸ δεύτερον ἐν Συρακοσίοις λεγόμενα, καὶ μάλα ἀτόπῳ τε καὶ αἰσχρᾷ νίκῃ τοῖς τῆς νίκης αἰτίοις.

Perge ad sequentes caput

Redde ad prius caput

Redde ad indicem

Epístola VII (010)

De esta misma manera aconsejara a vosotros, y aconsejé, con Dión a Dionisio; ante todo, vivir cada día de manera a [331e] hacerse lo más posible señor de sí mismo, adquirir amigos y compañeros fieles para que no le pasara lo que a su padre, quien, recobrando de los bárbaros muchas y grandes ciudades, saqueadas por ellos, no fue capaz, una vez restauradas, de establecer en ellas regímenes políticos confiados a varones compañeros —ni a extranjeros, de donde fueran ni a hermanos X*aX1Alusión a los dos hermanos de Dionisio el Viejo, Leptines y Teáridas, a los que confió el mando de la armada siracusana. a quienes, de más jóvenes, él mismo educó; y, de [332a] particulares, hízolos gobernantes; y, de pobres, extraordinariamente ricos. No fue capaz de hacerlo aunque trató de ello, mediante convencimiento, enseñanza, beneficios y convivencia familiar. Resultó así siete veces inferior a Darío quien, confiado [332b] no en hermanos ni aun en los educados por él —colaboradores suyos tan sólo en el golpe de mano contra el eunuco medo— dividió el reino en siete partes X*bX,2Según nos relata Platón en Leyes (695b ss.) Darío, con la ayuda de otros seis nobles, liberó a su patria del usurpador —que en su versión no queda claro si el el «eunuco medo» y el «mago Gaumata» son la misma persona— dividiéndola en siete partes, introduciendo igualdad general por medio de la legislación, la recaudación de impuestos para tributos. Logrando con ello amistad y concordia entre sus súbditos. Los datos no coinciden con Heródoto (III, 61 ss.) ni con la Inscripción de Behistun. En éstas versiones Cambises hace matar a su hermano y un mago de su confianza se hace pasar (o hace pasar a su propio hermano) por el fallecido. Después muere Cambises cuando regresa de Egipto y es sucedido por el mago. De nuevo no sabemos de la equivalencia de los personajes mencionados. cada una mayor que Sicilia entera; y se sirvió de varones fieles, colaboradores y no intrigantes ni contra él ni entre ellos. Mostró el paradigma de cómo legislador y rey han de ser buenos, porque estableciendo leyes, hasta el día de hoy se ha conservado el imperio persa. Pero, frente a esto, los atenienses no colonizaron ellos mismo las numerosas ciudades, arrebatadas por los bárbaros; las tomaron pobladas; sin embargo conservaron el poder [332c] durante setenta años X*cX,3Contados a partir de la Batalla de Salamina (480 a.C). por poseer, en cada ciudad, varones fieles. Mas Dionisio quien reunió en una Ciudad toda Sicilia X*dX,4Proceder contrario al sistema de Polis griega, y censurada por Platón. no fiándose, sabio de él, de nadie, a duras penas se mantuvo, por pobre en varones amigos y fieles; que no hay señal mayor de virtud o de maldad que estar o no privado de tales varones. Pues bien: esto era lo que yo y Dión aconsejábamos a Dionisio, porque le cayó la herencia del padre; la de no estar versado [332d] en educación y la de no conversar con adecuadas compañías. Ante todo le aconsejábamos proponerse precisamente esto: adquirir amigos —diferentes de sus familiares y coetáneos— concordes en tender a la virtud. Pero, sobre todo, concordar él consigo mismo, porque de ello estaba extraordinariamente necesitado. No lo decíamos así, tan claro, —porque no carecía de peligro; lo insinuábamos e insistíamos en las conversaciones en que, de esta manera, todo varón se salvará él y a los que gobernare; mas, caso de no portarse así, terminará [332e] por pasarle todo lo contrario. Procediendo del modo que decimos: hacerse a sí mismo sensato y prudente, si colonizaba las ciudades devastadas de Sicilia, y las vinculaba con leyes y régimen político de manera que resultasen ellas cual de una familia respecto de él y entre sí para defenderse de los [333a] bárbaros, no solamente duplicaría el reino paterno; en realidad, lo multiplicaría. De ser esto así, estaría mucho más preparado para someter a los Cartagineses de lo que los sometió Gelón X*eX;5Militar y político griego, tirano de Gela y Siracusa. Tomó el poder de Gela a la muerte de Hipócrates, para después tomar Siracusa y convertirla en capital. Derrotó a los cartagineses en Hímena en 480 y consiguió un tratado de paz con indemnización de dos mil talentos, mientras que Dionisio tuvo que pagar mil a los cartagineses vencedores. pero no como ahora, que, por el contrario, su padre tuvo que pagar tributo a los bárbaros. ¡Tales eran los discursos y avisos de nosotros los conspiradores contra Dionisio! Difundiéronse tales discursos por muchas partes y, tomando fuerza ante Dionisia, fueron los que expulsaron a [333b] Dión y nos metieron miedo a nosotros. Empero, para resumir no pocos sucesos que en poco tiempo pasaron, al volver Dión del Peloponeso y Atenas puso ante Dionisio las cosas en su punto X*fX.6Esto es, con una campaña militar (c. 357 a.C.) Mas después de que liberó y devolvió a los siracusanos la Ciudad, les pasó a ellos entonces lo que antes a Dionisio mismo, que —al intentar Dión educado y criarlo para rey digno de gobernar, cooperando así con él en todo lo de la vida— Dionisio, por el contrario, creyó a los calumniadores [333c] que decían conspiraba contra la tiranía al hacer todo lo que entonces estaba haciendo; que Dionisio, encantada su mente por la educación, se descuidaría del gobierno, encomendándolo a él, quien se apoderaría del gobierno y expulsaría dolorosamente de él a Dionisio. Tales dichos vencieron entonces, y, después, repetidos en Siracusa, —victoria agradablemente absurda y vergonzosa para los causantes de ella.

Perge ad sequentes caput

Redde ad prius caput

Redde ad indicem

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Perge ad sequentes caput

Redde ad prius caput

Redde ad indicem

Sidebar



error: Content is protected !!