Sophista 258a – 258c
Platonis Sophista
258 a – 258 c
Tabla de contenidos
Σοφιστής
[258α]
Ξένος
ὁμοίως ἄρα τὸ μὴ μέγα καὶ τὸ μέγα αὐτὸ εἶναι λεκτέον;
Θεαίτητος
ὁμοίως.
Ξένος
οὐκοῦν καὶ τὸ μὴ δίκαιον τῷ δικαίῳ κατὰ ταὐτὰ θετέον πρὸς τὸ μηδέν τι μᾶλλον εἶναι θάτερον θατέρου;
Θεαίτητος
τί μήν;
Ξένος
καὶ τἆλλα δὴ ταύτῃ λέξομεν, ἐπείπερ ἡ θατέρου φύσις ἐφάνη τῶν ὄντων οὖσα, ἐκείνης δὲ οὔσης ἀνάγκη δὴ καὶ τὰ μόρια αὐτῆς μηδενὸς ἧττον ὄντα τιθέναι.
Θεαίτητος
πῶς γὰρ οὔ;
Ξένος
οὐκοῦν, ὡς ἔοικεν, ἡ τῆς θατέρου μορίου φύσεως [258β] καὶ τῆς τοῦ ὄντος πρὸς ἄλληλα ἀντικειμένων ἀντίθεσις οὐδὲν ἧττον, εἰ θέμις εἰπεῖν, αὐτοῦ τοῦ ὄντος οὐσία ἐστίν, οὐκ ἐναντίον ἐκείνῳ σημαίνουσα ἀλλὰ τοσοῦτον μόνον, ἕτερον ἐκείνου.
Θεαίτητος
σαφέστατά γε.
Ξένος
τίν᾽ οὖν αὐτὴν προσείπωμεν;
Θεαίτητος
δῆλον ὅτι τὸ μὴ ὄν, ὃ διὰ τὸν σοφιστὴν ἐζητοῦμεν, αὐτό ἐστι τοῦτο.
Ξένος
πότερον οὖν, ὥσπερ εἶπες, ἔστιν οὐδενὸς τῶν ἄλλων οὐσίας ἐλλειπόμενον, καὶ δεῖ θαρροῦντα ἤδη λέγειν ὅτι τὸ μὴ ὂν βεβαίως ἐστὶ τὴν αὑτοῦ φύσιν ἔχον, ὥσπερ τὸ μέγα [258ξ] ἦν μέγα καὶ τὸ καλὸν ἦν καλὸν καὶ τὸ μὴ μέγα μὴ μέγα καὶ τὸ μὴ καλὸν μὴ καλόν, οὕτω δὲ καὶ τὸ μὴ ὂν κατὰ ταὐτὸν ἦν τε καὶ ἔστι μὴ ὄν, ἐνάριθμον τῶν πολλῶν ὄντων εἶδος ἕν; ἤ τινα ἔτι πρὸς αὐτό, ὦ Θεαίτητε, ἀπιστίαν ἔχομεν;
Θεαίτητος
οὐδεμίαν.
Redde ad prius caput
Redde ad indicem
El Sofista (Caracas)
[258 a] EXTRANJERO. — ¿Parecidamente, pues, lo mismo ha de decirse respecto de no-Grande y de Grande?
TEETETO. — Parecidamente.
EXTRANJERO. — Así, pues, habrase de poner, por igual razón, que no-Justo y Justo no son en nada más ser uno que otro.
TEETETO. — Así es.
EXTRANJERO. — Y hablaremos de igual manera de otras cosas, ya que la naturaleza de Diverso mostró ser real; y, siéndolo ella, por necesidad se habrá de poner que no lo están siendo menos sus partes.
TEETETO. Pues ¿cómo no?
EXTRANJERO. — Al parecer, pues, la antítesis entre la naturaleza de parte de Diverso y la de Ente, antitéticas una a la [258 b] otra, no es, si se puede decir, de menos esencia que Ente mismo. Mas no indica lo contrario a él, sino tan sólo lo diverso de él.
TEETETO. — Clarísimo.
EXTRANJERO. — ¿Qué, pues, la llamaremos?
TEETETO. — Evidentemente, «no-Ente»; es eso mismo por lo que buscábamos al sofista.
EXTRANJERO. — ¿Así, pues, como decías, a no-Ente nada de esencia le falta; y es preciso atreverse a decir que no-Ente [258 c] posee firmemente su propia naturaleza; al modo que Grande «era» grande, Bello «era» bello, también lo no-Grande «era» no grande, y no-Bello «era» no bello; así también, por eso mismo, no-Ente «era» y «es» no-ente: un eidos más en el número de tantos XX1X1«ἐνάριθμον τῶν πολλῶν ὄντων εἶδος ἕν»: «no-Ente» es un eidos, único en su orden u original, a contar cual uno entre tantos y tantos (πολλῶν, entre la multitud) de eídoses como hay o están ya siendo (ὄντων). O también: «no-Ente es un eidos»… en el número de tantos y tantos «entes» como hay, —ya que no Ente es, realmente, ente, aunque «diverso» de Ente. y tantos eídoses como hay? ¿O es que, Teeteto, abrigamos alguna desconfianza en este punto?
TEETETO. — Ninguna.
Algunas aclaraciones
XX1X = (258 c): «ἐνάριθμον τῶν πολλῶν ὄντων εἶδος ἕν»: «no-Ente» es un eidos, único en su orden u original, a contar cual uno entre tantos y tantos (πολλῶν, entre la multitud) de eídoses como hay o están ya siendo (ὄντων). O también: «no-Ente es un eidos»… en el número de tantos y tantos «entes» como hay, —ya que no Ente es, realmente, ente, aunque «diverso» de Ente.
El Sofista (Madrid)
[258 a] EXTRANJERO. — ¿Se dirá entonces que lo no-grande existe de igual modo que lo grande mismo?
TEETETO. — Del mismo modo.
EXTRANJERO. — ¿Acaso, entonces, lo no-justo X251X2Obsérvese que Platón utiliza la expresión μὴ δίκαιον (no justo) y no emplea ἄδικον (injusto). debe colocarse en igualdad con lo justo, puesto que uno no es para nada mayor que el otro?
TEETETO. — ¡Y cómo!
EXTRANJERO. — Y diremos lo mismo acerca de todo lo demás; puesto que la naturaleza de lo diferente demostró ser una realidad, en tanto que ella existe, es necesario considerar que sus partes existen no menos que ella.
TEETETO. — ¿Cómo no?
EXTRANJERO. — Entonces, según parece, la oposición de una parte de la naturaleza de lo diferente X252X3Vide infra Algunas aclaraciones X252X. y de aquélla [258 b] del ser, contrastadas recíprocamente, no es menos real —si es lícito decirlo— que el ser mismo, pues aquélla no significa lo contrario de éste, sino sólo esto: algo diferente de éste.
[452] TEETETO. — Esta clarísimo.
EXTRANJERO. — ¿Y cómo la llamaremos?
TEETETO. — Es evidente que la llamaremos «no-ser», que es aquello que buscamos a causa del sofista.
EXTRANJERO. — ¿Entonces, como tú dices, no es para nada inferior a las otras realidades, y se debe tener el coraje de decir que el no-ser existe firmemente, y que tiene su propia naturaleza, así como lo grande era grande y lo bello [258 c] era bello, y, a su vez, lo no-grande era no-grande y lo no-bello, no-bello, de tal modo que el no-ser en sí era y es no-ser X253X,4Vide infra Algunas aclaraciones X253X. como una forma contada X254X5El término griego es ἐνάριθμον: «enumerada» hubiese sido una traducción literal. entre muchas otras? ¿O nos queda aún cierta desconfianza al respecto, Teeteto?
TEETETO. — Ninguna X255X.6Vide infra Algunas aclaraciones X255X.
Algunas aclaraciones
X251X
Obsérvese que Platón utiliza la expresión μὴ δίκαιον (no justo) y no emplea ἄδικον (injusto).
X252X
No es fácil captar el sentido de la expresión «parte de lo diferente», a la que hará también alusión el pasaje 257 d. Según CORNFORD, como cada parte del reino de las Formas es diferente de las demás, el reino en su conjunto puede llamarse «lo diferente», y cada una de las Formas que lo integran puede denominarse, a la vez, «lo que es» y «parte de lo diferente». De este modo, lo no-bello «es el grupo de todas las Formas que se encuentran separadas de, y contrastadas con, la belleza misma» (pág. 293). E. N. LEE, por su parte, se basa en la analogía con las «partes de la ciencia» para intentar aclarar esta borrosa noción: así como una parte del conocimiento, que es indiferenciado, da razón del dominio al que se aplica (p. ej., si se trata de sonidos, da razón la música), así una parte de lo diferente, que también es indeferenciado, cuando se aplica a determinado ser (p. ej., a X), da razón de su diferencia (p. ej., de no-X, en tanto «diferente de X») («Plato on negation and not-Being in the Sophist», Philos. Rev. 81 [1972], 271-273). Acerca de la nocion de «dominio», cf. supra, nn. 243 y 244.
X253X
El paralelismo entre estas expresiones negativas y el no-ser no es válido, dado el carácter «relativo» de la noción a que llega Platón (cf. supra, n. 25, in finem). «Bello» y «no-bello» son expresiones «completas», que cuentan con individuos (y los que integran el grupo de «lo no-bello» no por ello no existen: son diferentes de lo bello, nada más). «Ser» y «no-ser», en cambio, a) o son expresiones incompletas, del tipo «ser X» y «no ser X» (es decir, son la fórmula aplicable a casos concretos como el de lo bello y lo no-bello), o b) son expresiones completas, con valor existencial, con lo cual Platón repetiría las aporías del comienzo del diálogo, pues si bien «ser» sería una clase pletórica de individuos (todos los existentes), «no-ser» sería una clase vacía, pues nada hay que no exista. Tanto en (a) como en (b), la conclusión que Platón extrae respecto de ser y de no-ser a partir de ejemplos como bello y no-bello, no es válida, pues no hay paralelismo.
X254X
El término griego es ἐνάριθμον: «enumerada» hubiese sido una traducción literal.
X255X
Finaliza en este punto la refutación de la tesis parmenídea. Mucho se ha escrito acerca de la legitimidad de la argumentacibn platónica, y en esta nota sólo haremos una brevísima síntesis de las posiciones más destacadas al respecto. CORNFORD, despues de señalar la ambigüedad de varias expresiones —algunas, propias de la lengua griega; otras, buscadas por Platón—, enumera los significados de «es» y de «no es» que «salieron a relucir» (“that have been brought to light”): 1) «exisitir»(cada Forma existe), con lo cual queda fuera del esquema lo no-existente; 2) «lo mismo que» (cada forma es la misma que sí misma); y «no es», en consecuencia, equivale a «diferente de». Como ni en (1) ni en (2) hay indicios de un valor copulativo, la afirmación, según la cual Platón habría descubierto las ambigüedades de la cópula, esta fuera de este contexto (pp. 292-297). Según BLUCK, «no queda para nada en claro qué significado debe darse a ‘lo que no es’» en la refutación de Parménides, pues hay una gran diferencia entre la «identidad negativa» a que se llega en 256 e, y la «Forma» del no-ser propuesta en 258-259, que daría razón de la «predicación negativa» (pp. 161-162). Según MORAVCSIK —que comparte este punto de vista—, el no-ser no es lo que está opuesto al ser porque no abarca todo lo que carece de ser (que sería, como para Parménides, la no-existencia; y, en este sentido, no se respeta la analogía con lo no-grande, que es lo que carece de grandeza), sino que se enfrenta a uno de los aspectos del ser, y lo predica negativamente (“Being…”, pp. 67-70). MALVERNE, por su parte, no ocultó su desencanto ante la solución platónica: «como el no-ser posee toda la positividad ontológica de lo que es otro, la nada, cuya existencia se nos muestra aquí, no es la nada» (« Remarques… » [op. cit. en n. 201], p. 155). Según este autor, en efecto, a pesar de la decisión del Extranjero de no ocuparse de lo contrario del ser, cuando se ha considerado al ser como un παντελῶς ὄν, es lícito esperar una respuesta más concreta respecto del no-ser, o admitir que ella no es factible (págs. 162-165). Según A. L. PECK, la refutación de la posición parmenídeo-sofística («es imposible decir lo que no es») consiste en demostrar que su formulación es incompleta: «no-ser» es «no-ser-X», y entonces «hay un discurso que expresa ‘lo que no-es X’» (“Plato and the μέγιστα γένῇ of the Soph.: a reinterpretation”, Class. Quart. 2 [1952], 61). W. KAMLAH parece concordar con Peck, pues afirma que «en el lugar del ‘no-ser en sí’ coloca el no-ser en relación con el discurso (Rede)» (Platons Selbstkritik im Sophistes, Munich, 1963, p. 57). La idea que surge de estas últimas interpretaciones parecería sostener que Platón escamoteó la solución del problema, pues ofreció una respuesta que no correspondía a la pregunta. Mas explícitamente aún, R. HEINTMAN, afirma que las aporías se resuelven porque Platón retira el objeto que las produjo (el ser como contrario del no-ser); de otro modo, ellas subsistirían (“Being…” [op. Cit. N n. 233]] «Being … » [op. cit. en n. 233], p. 3). Más pesimista aún se muestra D. WIGGINS, para quien Platón estuvo lejos de resolver el problema de la negación, así como «de alcanzar una comprensión satisfactoria del problema que era realmente el problema» (“Sentence, meaning, negation and Plato’s problem of non-being”, en VLASTOS [ED.], Plato [op. cit. en n. 118], pág. 302). La noción de no-ser a la que llega Platón, al depender de —o confundirse con (cf. infra)— la noción de «diferente», hereda el rasgo esencial de ésta: su relativismo. Nada es sólo diferente; todo es «diferente de» (cf. 255 c). No-ser, en consecuencia, es «no-ser (algo)». Este «algo» es la entidad respecto de la cual esta opuesta una parte de lo diferente (258 a-b), y el resultado de esa oposición (ἀντίθεσις) es el «no-ser algo». En el análisis de este tema, suele no advertirse que Platón llama no-ser a esta antítesis (cf. el género femenino de «¿cómo la llamaremos?», 258 b 6). Y toda antítesis es una noción relativa, que implica dos elementos: en el caso que nos ocupa, una parte de la naturaleza de lo que es, y una parte de la naturaleza de lo diferente (258 a 11- b 1). Pero Platón comete a continuación el error de confundir la parte con el todo, de afirmar que el no-ser tiene una φύσις propia (b11) (y no un λόγος —en el sentido de definición— propio, como sería el caso), y de definirlo como una Forma más entre las Formas. Esta Forma es «lo diferente» (258 d7), pero no hay identificación entre «lo diferente» y el no-ser: aquél es la condición de posibilidad de éste. El resultado de esta falacia es la hipótesis de una Forma vacía, la del no-ser en sí, que en nada se diferencia del no-ser absoluto que Platón dice no analizar. No obstante, parecería que Platón no está completamente convencido de esta hipótesis, pues en los párrafos siguientes alterna esta noción de Forma del no-ser con su definición decididamente relativa. Cf. n. 257.
Sophist
[258 a] Stranger. — Hence the not-great must be said to be no less truly than the great?
Theaetetus. — No less truly.
Stranger. — And so we must recognize the same relation between the just and the not-just, in so far as neither has any more being than the other?
Theaetetus. — Of course.
Stranger. — And we shall, then, say the same of other things, since the nature of the other is proved to possess real being; and if it has being, we must necessarily ascribe being in no less degree to its parts also.
Theaetetus. — Of course.
Stranger. — Then, as it seems, the opposition of the nature [258 b] of a part of the other, and of the nature of being, when they are opposed to one another, is no less truly existence than is being itself, if it is not wrong for me to say so, for it signifies not the opposite of being, but only the other of being, and nothing more.
Theaetetus. — That is perfectly clear.
Stranger. — Then what shall we call this?
Theaetetus. — Evidently this is precisely not-being, which we were looking for because of the sophist.
Stranger. — And is this, as you were saying, as fully endowed with being as anything else, and shall we henceforth say with confidence that not-being has an assured existence and a nature of its own? [258 c] Just as we found that the great was great and the beautiful was beautiful, the not-great was not-great and the not-beautiful was not-beautiful, shall we in the same way say that not-being was and is not-being, to be counted as one class among the many classes of being? Or have we, Theaetetus, any remaining distrust about the matter?
Theaetetus. — None whatever.