Sobre Apología y Critón Strūthiō 014
Parte de:
«Sobre la Apología de Sócrates y el Critón de Platón» / I

Leōnardus Strūthiō (1899-1973)
ĒRVDĪTIŌRIBVS ***
Versiō hispānica Aemiliā Aquadītī auctrīce 14
Sócrates creía que iba a ser condenado por una amplia mayoría; por eso había hablado como si todo el jurado estuviera convencido de su culpabilidad o le fuera hostil. Para su sorpresa, fue condenado por una pequeña mayoría. Si acertó al juzgar el estado de ánimo inicial del jurado, debe admitirse que su defensa había convencido a no pocos de sus miembros. No tenemos derecho a suponer que no había miembros del jurado que lo consideraban inocente o simpatizaban con él desde el comienzo. Sócrates añade que si Meleto hubiera sido el único en acusarlo y Ánito y Licón no hubieran acompañado la acusación, habría resultado absuelto. Es de lamentar, por lo tanto, que sólo haya refutado a Meleto.
«Este era […] un caso en que no había pena prescripta por la ley» y en el cual «el tribunal tuvo que optar entre las penas alternativas propuestas por la acusación y la defensas» (Burnet). Meleto había propuesto la pena de muerte. Sócrates propone lo que merece. Para determinarlo, debe considerar tanto su mérito como su necesidad. En cuanto a su mérito, nunca en su vida se ha quedado quieto, pero descuidó las cosas a las cuales la mayoría nunca deja de dedicarse: el dinero, la administración de la casa, los generalatos, el éxito en la oratoria política, otros tipos de preeminencia política, las conspiraciones y las sediciones. Como lo indica mediante esta enumeración, todas esas actividades están manchadas por la injusticia. Se consideraba en verdad demasiado bueno como para ocuparse de su propia preservación mediante tales actividades, por las cuales no podría ser de utilidad alguna para los atenienses ni para sí mismo; el único motivo plausible para entrar en política es la preocupación por la autopreservación (cf. Gorgias, 511a4 y sigs.). Con anterioridad había atribuido su abstención de la política al daimonion, si no al oráculo de Delfos, sin expresar abiertamente desdén por la vida política; pero ahora habla de su único mérito y, por lo tanto, guarda silencio sobre ambos tipos de incitaciones sobrehumanas, al mismo tiempo que es muy explícito sobre la baja jerarquía de la actividad política (y económica). En lugar de hacer las cosas que hace la mayoría, confirió a cada hombre el mayor de los beneficios al exhortarlo a la virtud. Empero, por ser pobre, carece de tiempo libre para realizar su obra benéfica. Por la conjunción de ambas razones —su mérito sobresaliente y su pobreza diez mil veces mayor—, merece que se le dé de comer en el pritaneo. Este honor es concedido a los vencedores de los Juegos Olímpicos, aunque estos hombres sólo hacen que los atenienses parezcan ser felices, mientras que Sócrates los hace verdaderamente felices; además, aquellos no necesitan sustento, y él sí.
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Leōnardī Strūthiōnis verba 14
Socrates had expected to be condemned by a large majority; hence he spoke as if the whole jury were convinced of his guilt or hostile to him. To his surprise he was condemned by a small majority. If he judged rightly of the initial mood of the jury, his defence must have convinced not a few of its members. We have no right to assume that there were no members of the jury who regarded him as innocent or were friendly to him from the beginning. Socrates adds that if Meletos alone had accused him, if Anytos and Lykon had not come forward to accuse him, he would have been acquitted. One may therefore deplore that he refuted only Meletos.
“This was… a case in which no penalty was prescribed by law” and in which “the court had to choose between the alternative penalties proposed by the prosecution and the defense.” (Burnet) Meletos had proposed the death penalty. Socrates proposes what he deserves. In order to determine it, he must consider both his merit and his need. As for his merit, he has never in his life kept quiet but neglected the things to which the many never cease to devote themselves—money-making, management of the household, generalships, success in political oratory, other kinds of political pre- eminence, conspiracies and seditions. As he indicates by this enumeration, all these activities are tainted by injustice. He regarded himself as in truth too good to attend to preserving himself by such activities by which he could not be of any use to the Athenians or to himself; the only plausible motive for going into politics is the concern with self-preservation (cf. Gorgias, 511a4 ff). Previously Socrates had traced his abstention from politics to the daimonion, if not to the Delphic oracle, without openly voicing contempt for the political life; but now he speaks of his unique merit and is therefore silent on both kinds of superhuman promptings, while being very vocal on the low rank of political (and economic) activity. Instead of doing the things which the many do, he conferred the greatest benefit on each man by exhorting him to virtue. But being poor he lacks the leisure for his beneficial work. For both reasons taken together—his outstanding merit and his ten-thousandfold poverty—he deserves to have his meals in the prytaneion. This honour is awarded to the victors in the Olympian games, but these men make the Athenians only seem to be happy, while Socrates makes the Athenians truly happy; and they do not need sustenance but Socrates does.
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Iūra
El texto en lengua inglesa fue publicado de manera póstuma en un volumen en honor al prof. Jacob Klein: Essais in Honor of Jacob Klein (Annapolī, ē Typographeō Acadēmīae Sānctī Iōhannis MCMLXXVI). Aunque nosotros tomamos como base lo aparecido en una antología dedicada a escritos del prof. Strūthiō en inglés en 1983: Studies in Platonic Political Philosophy (Sicagī, ē Typographeō Ūniversitātis Sicagī MCMLXXXIII). La versión castellana es obra de Aemilia Aquadīs, aparecida en la traducción del volumen mencionado anteriormente (Bonāeropolī, ē Typographeō Amōrrortī MMVIII). La publicación de estos fragmentos promueve la difusión en castellano de la obra del profesor Leōnardus Strūthiō con fines académicos y de formación. Conminamos a visitar su biblioteca más cercana o adquirir el volumen físico en su librería de confianza.

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ĒRVDĪTIŌRIBVS ***
