Hegel über Sokrates 018
Don Jorgue Guillermo Federico sobre Sócrates
Parte de:
Lecciones de Historia de la Filosofía [Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie] / Primera parte: La Filosofía Griega [Erster Teil: Griechische Philosophie] / Sección Primera: de Tales a Aristóteles [Erster Abschnitt. Von Thales bis Aristoteles] / Capítulo 2: de los Sofistas a los Socráticos [Zweites Kapitel. Von den Sophisten bis zu den Sokratikern] / B. Sócrates [B. Philosophie des Sokrates] / 1. El método socrático [1. Sokratische Methode]
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Tabla de contenidos
Vorlesungen im Atrium Philosophicum §18
Daß er gewöhnliche Vorstellungen annimmt, sie sich geben läßt, hat die Erscheinung, daß er sich unwissend stellt, die [457] anderen zum Sprechen bringt, – er wisse dies nicht; und nun fragte er mit dem Scheine der Unbefangenheit, es sich von den Leuten sagen zu lassen, sie sollen ihn belehren. Dieses ist dann die Seite der berühmten Sokratischen Ironie. Sie hat bei ihm die subjektive Gestalt der Dialektik, sie ist Benehmungsweise im Umgang; die Dialektik ist Gründe der Sache, die Ironie ist besondere Benehmungsweise von Person zu Person. Was er damit bewirken wollte, war, daß sich die anderen äußern, ihre Grundsätze vorbringen sollten. Und aus jedem bestimmten Satze oder aus der Entwicklung entwickelte er das Gegenteil dessen, was der Satz aussprach; d.h. er behauptet es nicht gegen jenen Satz oder Definition, sondern nimmt diese Bestimmung und zeigt an ihr selbst auf, wie das Gegenteil von ihr selbst darin liegt. Oder zuweilen entwickelt er auch das Gegenteil aus einem konkreten Falle. Aus dem, was die Menschen für wahr halten, läßt er sie selbst Konsequenzen ziehen und dann erkennen, wie sie darin anderem widersprechen, was ihnen ebensosehr fester Grundsatz ist. So lehrte also Sokrates die, mit denen er umging, wissen, daß sie nichts wissen; ja, was noch mehr ist, er sagte selber, er wisse nichts, dozierte also auch nicht. Wirklich kann man auch sagen, daß Sokrates nichts wußte; denn er kam nicht dazu, eine Philosophie zu haben und eine Wissenschaft auszubilden. Dessen war er sich bewußt; und es war auch gar nicht sein Zweck, eine Wissenschaft zu haben.
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Praelēctiōnēs in Ātriō Philosophicō §18
Este hecho de aceptar las ideas comunes y presentarse ante sus interlocutores como ignorante —haciéndoles creer que él no sabe sobre el tema—, para después, bajo el manto de la inocencia, pedir a los demás que lo ilustraran sobre el asunto, que le instruyeran, es la perspectiva de la famosa ironía socrática. Para él, dicha ironía era la forma subjetiva de la dialéctica, una manera de comportarse en sus interacciones. La dialéctica versa sobre los razonamientos de la cosa misma [las razones del asunto en cuestión; Gründe der Sache], mientras que la ironía es simplemente el modo especial de comportarse en el trato de persona a persona. Lo que con ello quería conseguir era que los demás, al exponer sus principios, le den pie para ir desarrollando a la luz de cada tesis sentada por ellos la tesis contraria, como consecuencia implícita en aquélla, o como una conclusión a la que puede llegarse, partiendo del propio razonamiento del interlocutor y sin contradecir abiertamente la tesis propuesta. A veces, desarrolla también la conclusión contraria, partiendo de un caso concreto. Pero, como esta conclusión contraria está considerada por los hombres como un principio igualmente firme, los obliga a reconocer que incurren en contradicción. De este modo, Sócrates enseña a aquellos con quienes dialoga a darse cuenta de que no saben nada; más aún, él mismo dice que no sabe nada de nada y que no se propone, por tanto, enseñar nada. Y puede afirmarse, con razón, que Sócrates no sabía nada, pues no llegó ni siquiera a desarrollar sistemáticamente una filosofía. Tenía plena conciencia de ello, y jamás se propuso como finalidad llegar a tener una ciencia [Wissenschaft].1Tenga el mente el lector la particular de Ciencia en Hegel, que no se equipara a la concepción de un lector del siglo XXI. Hegel entiende ciencia como sistema. Vide Ciencia de la Experiencia de la Conciencia, (Prólogo) 0024 ss.
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Iura
Georg Wilhelm Friedrich Hegel: Werke in zwanzig Bänden. Band 18, Frankfurt am Main: Suhrkamp, 1979 [Hrsg. Eva Moldenhauer und Karl Markus Michel]
Hegel hielt die Vorlesungen insgesamt neunmal, zuerst 1805/06 in Jena, dann 1816/17 und 1817/18 in Heidelberg und von 1819 bis zu seinem Tod sechsmal in Berlin. Schon bald nach Hegels Tod wurden sie von Karl Ludwig Michelet auf der Grundlage von Vorlesungsmitschriften und handschriftlichen Notizen Hegels rekonstruiert und herausgegeben. Erstdruck in: Georg Wilhelm Friedrich Hegels Werke. Vollständige Ausgabe durch einen Verein von Freunden des Verewigten. Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, hg. v. Karl Ludwig Michelet, Berlin 1833-1836. – Der Text folgt im wesentlichen Michelets Rekonstruktion der Vorlesungen. Eine Ausnahme bildet der erste Teil der Einleitung, der auf Johannes Hoffmeisters Edition des Manuskripts von Hegels Heidelberger Antrittsvorlesung von 1817 zurückgeht.
Hegel pronunció estas lecciones un total de nueve veces. Primero en 1805-1806 en Jena; posteriormente en 1816-1817 y 1817-1818 en Heidelberg; y, desde 1819 hasta su muerte otras seis veces en Berlín. Poco después de la muerte de Hegel, fueron reconstruidas y publicadas por Karl Ludwig Michelet basándose en las lecciones y notas del propio Hegel. Se publicó por vez primera en: Georg Wilhelm Friedrich Hegels Werke. Vollständige Ausgabe durch einen Verein von Freunden des Verewigten. Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, Karl Ludwig Michelet (ed.), Berlin 1833-1836. El texto sigue esencialmente la reconstrucción de las lecciones que hace Michelet. Una excepción es la primera parte de la introducción, que se remonta a la edición de Johannes Hoffmeister del manuscrito de la lección inagural de Hegel en Heidelberg en 1817.
Traducción de Atrium Philosophicum de la edición referida. Tenemos delante la clásica traducción de don Wenceslao Roces de 1955 en el FCE, de la que nos reconocemos deudores, pese a sus omisiones (en algunos casos, párrafos enteros) y la necesaria actualización de la terminología hegeliana.
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