What is Political Philosophy? I 023

Parte de:

¿Qué es la Filosofía Política? / I. El problema de la Filosofía Política

 

Por Leōnardus Strūthiō

Leōnardī Strūthiōnis verba

(2) The rejection of value judgments is based on the assumption that the conflicts between different values or value-systems are essentially insoluble for human reason. But this assumption, while generally taken to be sufficiently established, has never been proven. Its proof would require an effort of the magnitude of that which went into the conception and elaboration of the Critique of Pure Reason; it would require a comprehensive critique of evaluating reason. What we find in fact are sketchy observations which pretend to prove that this or that specific value conflict is insoluble. It is prudent to grant that there are value conflicts which cannot in fact be settled by human reason. But if we cannot decide which of two mountains whose peaks are hidden by clouds is higher than the other, cannot we decide that a mountain is higher than a molehill? If we cannot decide, regarding a war between two neighbouring nations which have been fighting each other for centuries, which nation’s Cause is more just, cannot we decide that Jezebel’s action against Naboth was inexcusable? The greatest representative of social science positivism, Max Weber, has postulated the insolubility of all value conflicts, because his soul craved a universe in which failure, that bastard of forceful sinning accompanied by still more forceful faith, instead of felicity and serenity, was to be the mark of human nobility. The belief that value judgments are not subject, in the last analysis, to rational control, encourages the inclination to make irresponsible assertions regarding right and wrong or good and bad. One evades serious discussion of serious issues by the simple device of passing them off as value problems. One even creates the impression that all important human conflicts are value conflicts, whereas, to say the least, many of these conflicts arise out of men’s very agreement regarding values.

Elijah meeting Ahab and Jezebel in Naboth’s Vineyard (by Frank Dicksee)

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Hispānice

(2) El rechazo a los juicios de valor se basa en el supuesto de que los conflictos entre diferentes valores o entre sistemas de valores son esencialmente irresolubles para la razón humana. Pero esta suposición, aunque generalmente se la considera suficientemente asentada, nunca ha sido probada. Su comprobación requeriría un esfuerzo semejante al que condujo a la concepción y elaboración de la Crítica de la razón pura; requeriría una crítica comprehensiva de la razón evaluadora. Lo que en realidad nos encontramos son observaciones poco precisas que pretenden probar que éste o aquel conflicto concreto de valores es irresoluble. Es prudente aceptar que hay conflictos de valores que la razón humana, de hecho, no puede resolver. Pero si nosotros no pudiéramos decidir cuál de las montañas cuyos picos estuviesen cubiertos por nubes es la más alta, ¿no podríamos tampoco decidir que una montaña es más alta que la tierra acumulada en una de las entradas de una topera? Si nosotros no podemos decidir en una guerra entre dos países vecinos que se han estado peleando durante siglos cuál de los dos tiene la razón, ¿no podríamos tampoco decidir que la acción de Jezabel contra Naboth fue injustificable?1Alusión al episodio narrado en I Reyes 21:1-16. El más destacado de los representantes de la ciencia social positivista, Max Weber, ha sostenido la irresolubilidad de todos los conflictos de valores porque su alma ansiaba un mundo en que el fracaso ese bastardo del pecado violento acompañado de una fe todavía más violenta—, en lugar de la felicidad y la serenidad, fuera la nota distintiva de la dignidad humana. La creencia de que los juicios de valor no están sujetos en último análisis a control racional fomenta la tendencia a emitir aseveraciones irresponsables respecto a lo correcto y lo equivocado o a lo bueno y a lo malo. Se evaden discusiones importantes de problemas serios por el método simple de pasarlos por alto como conflictos de valores. Se puede, incluso, crear la impresión de que todos los conflictos humanos importantes son conflictos de valor, cuando en realidad, por no decir otra cosa, la mayor parte de estos conflictos surgen precisamente de su adhesión a esos valores.

El encuentro de Elías con Acab y Jezabel en la viña de Nabot (por Frank Dicksee)

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